Ha vuelto Pedro
Almodóvar con una gran película: "Julieta", la cual está basada en
tres cuentos ("Destino", "Pronto" y "Silencio"), de
la escritora canadiense Alice Munro, ganadora en 2013 del Premio Nobel de
Literatura. No obstante ello, la película no resulta una adaptación fiel de los textos, sino una
versión libre de los mismos inspirada en el personaje principal (Julieta), al
que deja volar libremente hasta transformarlo en la protagonista de su película.
Para Almodóvar, un drama. Para mí, un típico "melodrama almodovariano",
lo cierto es que "Julieta" es una de sus mejores películas. Realizada
con inspiración y rigor técnico," Julieta" se impone por su
clasicismo formal. Partiendo de una crisis individual de su protagonista, el
film se transforma en la escritura cinematográfica de una carta de Julieta a su
hija Antía que es un "racconto" de ida y vuelta de la historia de su
vida tratando de encontrar el porqué su hija la ha abandonado. Usando tanto la elipsis
como la narración en off, comienza a construir a Julieta en un departamento del
centro de Madrid para introducirla rápidamente en un tren nocturno, un lugar metafórico
donde Julieta entrará en contacto con los dos extremos de la existencia humana:
la vida y la muerte, y el amor como condición necesaria para una continuidad
infinita.
En Julieta
predomina lo dual. Ninguno de los personajes está solo. Siempre tienen alguien
a su lado y ese alguien está jugando un papel determinante. Esto da lugar a una
generación de triángulos, donde
obviamente Julieta es el vértice superior . En consecuencia se dan una
multiplicidad de relaciones triangulares donde se generan desde apoyos mutuos hasta
la búsqueda de salida a celos enfermizos que solo encuentran incomprensión y
desamparo. De esta manera se generan relaciones que tienden a generar sospechas y dualidades. Es entonces donde en este
gran film de Almodóvar aparece la sombra
de otro gran maestro: Alfred Hitchcock.
Porque inesperadamente, la obra se encamina a través del suspenso y del
misterio. El enigma de la desaparición de Antía remite tanto a "La Sombra
de una Duda", como a "Vértigo". A La Sombra de una Duda" porque Julieta
como madre, se vuelve sospechosa, y comenzamos a dudar de ella. De Vértigo, porque
el predominio de la dualidades es permanente y Antía desaparece como en " Vértigo"
desaparecía Kim Novack. Los personajes se transforman con el paso del tiempo.
Incluso, Julieta, es interpretada por dos actrices diferentes según la acción
transcurra en el pasado o en el presente.
"El
tiempo pasa, y el piso continúa tan desnudo como lo vi la primera vez". Almodóvar,
a pesar de haber creado un mundo cinematográficamente propio, nunca ha sido ajeno a la pintura ni a la crítica
social. Lo que ocurre en el mundo Almodóvar no es otra cosa que lo que ocurre
en el mundo real, solo que lo vemos deformado por el prisma a traves del cual
lo vemos. "Julieta" tampoco es una excepción a ésto. Y en esa colmena
de relaciones que pinta, el maestro está apuntando la disfuncionalidad
familiar. Las relaciones familiares afectadas por los cambios económicos y sociales
de la vida moderna. Tampoco es casual que la acción actual transcurra en Madrid
mientras que el viaje hacia el pasado se interne en la España más lejana de la costa
gallega, pueblos manchegos y los Pirineos de Aragón.
"Tu
ausencia llena mi vida y la destruye" es la frase con que Almodóvar expresa
a Julieta para describir todo el dolor de su perdida. El guión y las palabras no
son el único acierto en el film. La música es otro valuarte que apuntala la
acción y las atmosferas que pinta el director. Para ello, lo acompaña ese gran
músico español que es Alfredo Iglesias que subraya momentos, espacios vacios, estados
anímico y acompaña al maestro en su detallista descripción de situaciones y
personajes. La banda sonora de Iglesias es también una de las mejores de las
muchas que ha realizado en su vida.
Con una ambientación
muy cuidada y una prolija escritura cinematográfica, de la cual es responsable
el fotógrafo francés Jean Claude Larrieu, el nuevo filme de Almodóvar se llena
de blancos, rojos y azules. La puesta en escena del maestro es austera, el arte
decorativo impera en pequeñas estatuillas que llaman la atención y adquieren
significación sin ocupar grandes espacios.
Por último,
la excelencia de la actuación. Julieta se desdobla en la Julieta actual: Emma Suarez, y en la
Julieta de su juventud, Adriana Ugarte. Ambas están excelentes. Los prodigios
de Almodóvar para con ellas llegan a un lavado de cabeza que envuelve en una
toalla a la Ugarte y en la desenvoltura aparece la Suarez. Una escena donde la
dualidad se hace presente y que habla de la excelencia expresiva del maestro
español. Pasado y presente se entrelazan marcando una continuidad de tiempo y
espacio donde no somos otra cosa que responsables de nosotros mismos. Insisto,
un gran film de Almodóvar. Uno de los mejores de una larga carrera cinematográfica
que ya abarca 20 títulos en casi 36 años.
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