LEJOS DE SEÑOR, CERCA DE LA INFAMIA
Francois Ozon es un prolífico cineasta francés autor de una obra
con algunos altibajos pero nunca carente de interés. En esta oportunidad, se ha
presentado en la Argentina su último trabajo, Por la Gracia de Dios, reciente
ganador del festival de Berlín 2019.
El film es un drama que sigue a un grupo de hombres que se
unen para dar a luz el código de silencio que durante años protegió a un
sacerdote que abusó decenas de niños en un campamento de una escuela religiosa
en Francia hace más de 30 años.
Basado en los sucesos que dieron lugar a la condena del
cardenal Philippe Barbarin, en Lyon, en 2018 por ocultar la conducta del padre
Bernard Preynat, POR LA GRACIA DE DIOS narra los diversos esfuerzos realizados
para dar a luz aquellos abusos, a la vez de ilustrar sobre los efectos de los
traumas provocados en los sobrevivientes y sus respectivas familias en esta
crónica sobre la resistencia, el poder de la movilización, la vergüenza y el
miedo a dar a conocer los hechos ocurridos.
Francois Ozon plantea el drama como una crónica dentro de un
espíritu documentalista que recrea la rebelión de una de las víctimas que, dándose
cuenta que con un pedido de perdón no basta para resarcir la vergüenza ocultada
durante tantos años. En consecuencia, decide continuar la lucha buscando a sus
viejos compañeros de colegio con los que había compartido códigos de silencio,
uniéndose para desmantelar dichos código y dar a luz aquellas verdades
inconfesables que habían ocurrido durante su niñez.
No obstante la sinceridad y la nobleza del relato, el film
cae en un alegato que termina resultando repetitivo, aunque esa repetición no
hace más que enfatizar en los códigos de silencio que se ha impuesto la Santa
iglesia Católica al respecto. Podría interpretarse como si los sacerdotes
acusados estuvieran absolutamente fuera de la ley de los hombres y solo
estuvieran condenados por su conciencia.
Dado que estos sucesos han ocurrido hace más de 25 años, las
acciones legales están prescriptas. En consecuencia, los esfuerzos por obtener
una sentencia judicial favorable a las victimas y/o poder condenar al sacerdote
acusado ya no existe debido a que el periodo legal para reclamar justicia ha terminado.
Solo queda el pedido de perdón de manera religiosa, el cual puede o no ser
aceptado por la víctima, pero esta última nunca lograra una condena penal por
parte de su abusador.
Cabe aclarar que en general, dado que los abusadores han continuado
en su accionar, y dada la labor de estos grupos de damnificados, han continuado
apareciendo casos similares que si han podido ser canalizados a través de
justicia. No obstante ello, la Iglesia no denuncia los casos sino que son las
propias víctimas las que lo hacen.
Incluso, el título original de esta película es la
traducción de la frase francesa "Grâce à Dieu".Esta una frase que
expresa el ex arzobispo cardenal Barbarin en una entrevista: "Gracias a
Dios, estos eventos están sujetos a prescripción", dando a entender como una
expresión de alivio de que el perpetrador ya no pueda ser procesado.
El film de Ozon es claro y contundente respecto a su
denuncia. No obstante ello, el espíritu reiterativo de los casos, el estilo falsamente
documentalista adoptado, la larga duración del film (137 minutos) atentan
contra el hecho puramente cinematográfico a pesar de su clara e importante postura
formulada.
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