EL DESEO Y LA SATISFACCIÓN
Emmanuel Mouret
(director y guionista) desarrolla esta admirable comedia de características
corales, imbuida en un humanismo que vuelve carnales a sus personajes a los
cuales entrelaza, generando
relaciones humanas interesantes y creíbles.
Durante un verano, Daphne recibe la visita
de Máxime, un aspirante a escritor, que comienza a contarle historias
personales de su pasado amoroso. Más tarde, será Daphne quien le contará a él cómo
generó la relación con el primo de Máxime. Ambos
mantienen largas conversaciones, en las que van relatando sus relaciones
amorosas, en las que podemos comprobar que no siempre han sido completamente
honestos con sus parejas e incluso, con sus amigos.
Este recurso convierte la historia en un
relato coral que permite varias capas narrativas yuxtapuestas, dado que, en la
formulación triangular que propone Mouret, algunos de estos personajes antes de
ser novios fueron simplemente amantes y, por lo tanto, tuvieron otras
relaciones de carácter informal. No obstante, ello no ha sido impedimento para que
esos vínculos no se transformaran en otros vínculos diferentes respondiendo a un
deseo negado o abrazado con desbordante pasión.
Los personajes se
dejan entrever en sus manifestaciones más íntimas, entre el deseo, el amor y lo
que cuentan, lo que hacen, lo que sienten, lo que muestran, lo que se jactan, son
acuerdos tácitos o explícitos, con sus respectivos imponderables.
Casi como un
homenaje al cine de Eric Rohmer (recordemos Mi Noche con Maud), el film de
Mouret va enganchando de a poquito al espectador y no lo suelta hasta el final,
poniendo siempre el énfasis en los diálogos, concentrándose en las relaciones
amorosas pasadas y presentes y las vicisitudes propias de sus vidas.
No es un film
para todos los gustos, pero es un film muy bien elaborado, con un guion
extraordinariamente escrito y un nivel brillante de actuación. Requiere ser
visto con paciencia y concentración para seguir los giros constantes de la
trama. Basado en el dialogo donde cada uno de los personajes tiene su
oportunidad de contar a su gusto la historia, constituye una aguda reflexión
sobre el amor y la pasión, a través de una galería de personajes interesantes, simpáticos
e incluso tiernos, que nos cautivan en su ir y venir, sus silencios, sus
contenciones, y sus deseos de poder llegar al amor.
Profundamente
francés, Mouret homenajea a los grandes del cine galo llevándonos de la mano con
poesía, contándonos un serie de historias amorosas, algunas simples , otras más
complejas, algunas entrelazadas, con tintes filosóficos, mezclando emociones, intrigas,
interludios románticos, y sobretodo, desarrollando una ética de la conducta humana.
Su
cine no es simplemente pasatista aunque tiene esa cadencia típicamente
francesa.
El
nivel de actuación, y sobre todo las composiciones musicales que acompañan las
imágenes son sobresalientes. La banda sonora acierta subrayando
mágicamente las escenas. Las idas y venidas sentimentales a lo largo del relato
parecen sueños. Tanto el flashback (elemento recurrente del
filme), como los numerosos momentos climáticos de la obra, están abrazados por
el romanticismo francés: Debussy y Satie, un vals de Chopin, un toque de Tchaikovsky,
e inclusive, un aria de Puccini (Tosca). Una maravilla para ver y escuchar.
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