martes, 29 de octubre de 2013

ANTES DE LA MEDIANOCHE de Richard Linklater

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DE LA DISFUNCIONALIDAD

CALIFICACIÓN:  

El estreno de "Antes de la Medianoche" es un hito importante por motivos varios. En primer lugar porque es la tercera parte de un tríptico ("Antes del Amanecer" y "Antes del Atardecer" son sus predecesoras) que viene gestándose exitosamente desde el cine independiente desde hace 18 años. En segundo lugar, porque en una cartelera repleta de superhéroes, ésta película gana un lugar en base a personajes que suenan reales, tangibles, de carne y hueso.  En  tercer lugar, porque significa el regreso de un cineasta independiente pero con un sentido muy americano del cine, es decir, del ritmo y de la puesta en escena, más allá de la autoría de sus propios guiones. Y en cuarto lugar porque a pesar de rendir tributo al mejor cine europeo (su film hace recordar al Rossellini de Viaggio in Italia, al Abbas Kiarostami de Copia Certificada,  al Truffaut de la serie de Antoine Doilen, al Rohmer de Cuentos de Verano, al Bergman de Escenas de la Vida Conyugal), su pelicula  transcurre con absoluta fluidez y coherencia narrativa , dividida en 7 grandes escenas, evocadora cada una de ellas a alguna de las películas antes mencionadas,  sin perder la identidad inconfundible de un realizador y una pareja de actores inteligentes comprometidos con el tiempo que viven. Así, "Antes de la Medianoche" se transforma en un excepcional análisis del paso del tiempo en el matrimonio, el desgaste de la convivencia, el distanciamiento que genera la crianza de  los hijo,  la metamorfosis que esos nuevos tiempos provocan en ese concepto, el de "matrimonio" transformándolo en el de "pareja", es decir, el pasaje del "dos en uno" hacia el de "dos en dos", que a su vez se multiplica al observar el concepto de familia, donde tampoco hay una, sino dos o tal vez tres (los tuyos, los míos y los nuestros), y donde la maternidad y/o paternidad entran en conflicto casi permanente con nuestros deseos personales de realización personal. A ello no le es ajeno un mundo cibernético, donde la comunicación es continua pero casi nunca personal, y donde el mundo global nos sitúa en todo momento y en cualquier lado, y no necesariamente cerca de donde queremos o debemos estar. No obstante, el film no reniega del positivismo, del proyectarse hacia el futuro para poderse encontrar en el presente, de sembrar una pizca de esperanza que nos permite confiar en la perdurabilidad más allá de la muerte, de generar el milagro de ese amor capaz de hacernos creer en la eternidad.

lunes, 28 de octubre de 2013

BARBARA de Christian Petzoldt

CALIFICACIÓN: 


Christian Petzoldt es un director alemán poco conocido en Argentina debido a la poca producción de cine europeo que llega a nuestras pantallas. Pero Petzoldt es un viejo conocido del BAFCI que casi ininterrumpidamente en sus últimas ediciones ha mostrado casi todos sus trabajos.
Petzoldt forma parte de un movimiento informal que ha dado en llamarse la "Escuela de Berlín", una denominación que sus mismos integrantes rechazan, en principio porque no todos provienen de la capital alemana ni de su escuela de cine (la Deutsche Filmrecrean und Fernsehakademie Berlín) ni tienen un manifiesto ni un programa en común. Pero lo notable del caso es que todos ellos comparten una línea estilística. Sujetos a buenos guiones,  desarrollan historias donde recrean atmosferas opresivas, donde siempre hay un misterio que aclarar, y el que no siempre es aclarado. La angustia suele ser el motor principal de sus personajes, la mayoría de las veces representativos de la clase media alemana. Y Alfred Hitchcock parecería estar detrás de cada uno de ellos recalcándoles tres cosa: Que 1) Que el guión es de hierro. 2) confíen siempre en la imagen. 3) no se olviden que son alemanes, es decir, de su identidad.
En Bárbara, Petzoldt (premio al mejor director en Berlín 2012) dirige a Nina Hoss, digamos, su actriz fetiche. Con Nina filmó la mayoría de sus anteriores películas e incluso Nina fue reconocida como mejor actriz del BAFICI 2008 por YELLA, otro thriller a la manera de Petzoldt. En Bárbara, Nina llega a una actuación notable y Petzoldt a su fil consagratorio.
Bárbara es una médica perseguida por la STASI, servicios de inteligencia de la democrática república oriental alemana entre fines de los 70 y principios de los 80. Después de haber sido apresada, Bárbara es liberada y confinada a un Hospital del Noreste de Alemania. Allí llegará la médica con toda su persecuta al hombro,  desconfiada y poco dispuesta a establecer relaciones con nadie. Vivirá en un humilde departamento que le asigna el Estado, y tendrá como todo medio una bicicleta y el transporte público. Y eso es todo. Mujer solitaria, de amores clandestinos, concentra su vida en la medicina, tratando de hacer bien al prójimo.

El objetivo de Petzoldt es mostrar la soledad de esa persona cuyo nuevo medio se le torna hostil, no solo por la persecución que sufre sino por propia desconfianza que la lleva al aislamiento, y sobrevirá como consecuencia de su vocación medica, su dedicación al trabajo, y su secreta militancia. El film de Petzoldt reiterará una vez más que los autoritarismo podrán disponer de nuestro cuerpo pero jamás podrán usurpar nuestro pensamiento, y la resistencia, en forma subterránea, siempre estará buscando un atajo hacia la libertad.

jueves, 24 de octubre de 2013

LOS AMANTES PASAJEROS de Pedro Almodovar

CALIFICACIÓN: 

El cine español a lo largo de su historia ha sido dominado por 3 grandes nombres: Luis Buñuel en las décadas de los ´50 y ´60, Carlos Saura en los ´70 y Pedro Almodóvar desde los ´80 hasta la actualidad. Tres estilos diferentes que tuvieron en común el rescate de esperpento como género, al que utilizaron  para alcanzar el ambicioso objetivo de retratar "el ser español". Buñuel sufrió el exilio y parte de su obra más trascedente tuvo lugar en el exterior. Primero en México, y años después, en sus últimas obras, en Francia. Sin embargo, su obra ha sido esencial e inconfundiblemente española, describiendo un mundo de fuertes represiones derivadas de la ignorancia y la fuerte cerrazón religiosa. Saura aparece a principios de los 70 y su obra se continua hasta el presente, pero su cine presente dos etapas muy diferentes: Sus primeras películas, deudoras del boom psicoanalítico, hablan de las miserias y los trastornos heredados de la guerra civil. Más tarde, encara una obra casi documental enfocada a las artes de España, poniendo énfasis en la música y en la danza flamenca.  Finalmente, Almodóvar es un producto del destape español, que abreva en ambos cineastas pero desarrolla un mundo particularmente único y personal siempre en tiempo presente. Almodóvar es, entonces, el mayor cronista de su época con una mirada totalmente subjetiva de la misma.
Por ello es todo una acontecimiento el estreno de un film de quien ahora nos ocupa. Ello es Almodóvar y sus "Amantes Pasajeros".  Una película absolutamente pasatista y auto referencial cuyas audacias narrativas (transcurre en un 90% dentro de un avión en emergencia) y un humor auténticamente almodovariano no alcanzan a cuajar para transformar la obra en una ácida visión de un mundo caótico cuyo epicentro es la crisis española actual.
Los aciertos de Almodóvar están en la presentación y descripción de los personajes (típicamente almodovarianos), en el buen ritmo inicial de la comedia, en el planteamiento de tramas diversas y en el punto culminante de la primera mitad de la película donde las azafatas (varones gays) hacen una parodia de "I´M SO EXCITED" (título del film para la distribución anglosajona) de The Pointer Sister para distraer a "pasajeros al borde de un ataque de pánico". Pero la cosa llega sólo hasta allí. Después del clímax, poco queda por narrar y menos por desarrollar, y cuesta evitar el lugar común. Las parodias del cine americano sobre la serie de "Aeropuerto" de la década del 70 han sido más efectivas.
Almodóvar siempre ha sido capaz de retratar y reflexionar sobre aspectos de su vida y de su época. Pero su obra, capaz de desarrollar un mundo propio, nunca ha sido autorreferencial. No es el caso de "Los Amantes Pasajeros" que encuentran antecedentes en aquellas "Mujeres al borde de un Ataque de Nervios", en "Todo sobre mi Madre" e incluso en la reciente "La Piel que Habito". De la primera, el género, o sea, la comedia, el humor y el destape, la situación extrema y caótica, y la incapacidad comunicacional. El triunfo del celular sobre la comunicación personal. De las otras dos, la asunción de un mundo homosexual, no ya como un mundo paralelo, sino como parte de un mismo mundo donde el cruce de amores y pasiones no distingue sexo. No obstante ello, existe en el film un tono de parodia que parecería negar "la normalidad".

En síntesis, "Los Amantes Pasajeros" es un film simpático y entretenido pero menor en la filmografía del extraordinario autor español.

CESAR DEBE MORIR de Paolo y Vittorio Taviani

CALIFICACIÓN: 

Este invierno se estrenó una auténtica gema del cine italiano actual. Pequeña por cierto (solo 75 minutos de duración), pero de una calidad deslumbrante, ello es "Cesar Debe Morir" de Paolo y Victorio Taviani,  ganadora del Festival de Berlín 2012.
Los Hermanos Taviani,  ya octogenarios, reconocidos admiradores del cine de Roberto Rosellini, vienen realizando importantes aportes cinematográficos desde su debut en la dirección en 1962. Cine comprometido con las causas sociales, regido por una visión humanista de la vida, generalmente relacionado con obras literarias, ganaron fama y prestigio en 1977 al llevarse la Palma de Oro en el Festival de Cannes con la recordada "Padre Padrone", aquella enorme película,  adaptación de la autobiografía de Gavino Ledda,  en la cual un pastor de ovejas en las montañas sicilianas se sublevaba sobre el autoritarismo castrante de su padre para llegar a ser profesor de lingüística y literatura en Roma. En 1982 presentan otro film importante, La Noche de San Lorenzo, donde afirman que en esa noche todos los sueños se hacen realidad, mientras narran una historia sobre invasores alemanes y fascistas italianos justo antes de la liberación en 1944. Metáfora sobre la resistencia civil y el pacifismo como los medios más genuinos de lograr los objetivos políticos y sociales, el humanismo desbordante vuelve a ser el sello del film. En 1990 alcanzan un nuevo pico con "El Sol También Sale de Noche", donde basados libremente en "El Padre Sergio" de Tolstoy, cuentan la historia del Barón Sergio Giuramondo, que traicionado por su novia, renuncia a las comodidades de la vida cortesana para convertirse en monje y luego en ermitaño, iniciando una carrera hacia la espiritualidad total. En 1984 y 1998 acuden nuevamente a fuentes literarias, esta vez a su admirado Luigi Pirandello para dejarnos una serie de cuentos sobre tradiciones y leyendas de campesinos sicilianos en  dos inolvidables películas: "Kaos" y "Tú Ries", respectivamente.
Ahora se acercan a Shakespeare para traernos "Cesar Debe Morir", por lo cual  van a la cárcel de Rebibbia en Roma a filmar los ensayos y la puesta en escena de la obra "Julio César" con la actuación de presos de esa institución. El film de los Taviani es una perfecta obra de ingeniería narrativa que pasa inadvertidamente del documental al relato intimista, rescatando la potencia de la prosa shakesperiana, a la vez que el esfuerzo diario de esos reos peligrosos e ignorantes para ponerla en escena. Pero no solo es extraordinario el relato del proceso creativo, mostrando como el texto se transforma lentamente de palabra escrita en palabra oral mientras se corporiza en la acción pura del hecho teatral, sino también,  insinuando como esa puesta en escena comienza a afectar íntima y definitivamente a esos ladrones, traficantes y asesinos.

Así como la obra teatral comienza  con las largas discusiones de Casio y Bruto (en el film sintetizadas) sobre las reales intenciones de César después de consolidar el imperio, respecto de la transformación de la república en una dictadura, y continúa con los remordimientos de conciencia que el asesinato de César genera en Bruto, el film es la perfecta metamorfosis de quienes descubren el sentido de la libertad más íntima en las diarias travesía que representa el hecho artístico mientras simultáneamente no dejan de cumplir sus condenas encerrados noche tras noche entre las cuatro paredes de una celda en un reformatorio de máxima seguridad. Una especie de acercamiento al Yin y al Yan, al cielo y al infierno, a la felicidad y al sufrimiento. Un acercamiento al mundo de los opuestos.

martes, 15 de octubre de 2013

BLUE JASMINE de Woody Allen

CALIFICACIÓN: 

A la altura de las mayores obras de Woody Allen, es, ante todo, un magnifico retrato de dos mujeres,  dos hermanas adoptivas, que por ser tan distintas, obran como dos caras de una misma moneda que no es otra que la de los tiempos de esta gran nueva depresión financiera que desde el 2008 está castigando a los Estados Unidos y Europa. Desde este punto de vista, veo la película como un gran fresco de nuestra época (como Annie Hall lo era de la suya), una época claramente decadente, donde los esfuerzos personales están orientados a la vida vanidosa, el desarrollo de las apariencias, el consumo exacerbado y la búsqueda del dinero fácil. De ello, solo parece estar queriendo salir Jasmine, que vuela de New York a San Francisco para reordenar su vida al lado ahora de Ginger, su hermana adoptiva, divorciada, con dos niños maleducados y un amante grosero, que vive en un departamento alejado y miserable  en un mundo donde lo opuesto no es mejor sino igual, donde prevalece  el cultivo de las relaciones pasajeras, y una vulgaridad que parece arrasarlo todo.

Lo notable de Blue Jasmine es que las acciones de sus personajes no son exactamente una búsqueda sino un escape que se materializa a través del alcohol, los ansiolíticos, y la marihuana, y en consecuencia, no encuentra salida. Blue Jasmine está contada como una comedia, pero no hay duda que lo que se nos está contando es un drama.


La pluma lúcida de Allen podría trazar un paralelo con la acidez del bienestar de pos guerra del Tennessee Willians de Un Tranvía Llamado Deseo, donde Jasmine y Ginger parecen referenciar a Blanche y Stella Dubois, y el Chili de Bobby Cannavale al Stanley Kowalski de Marlon Brando.

martes, 1 de octubre de 2013

HANNA ARENDT de Margarete Von Trotta

LA BANALIDAD DEL MAL

CALIFICACIÓN: 


Qué más puedo yo decir de este film de Margarete Von Trotta que me pareció extraordinario?

Para quienes no conocen a Hanna Arendt, puedo contarles que fue una mujer alemana de origen judío que emigró en pleno auge del nacional socialismo de Alemania a Francia en los años ´30. Y cuando los nazis ocuparon Francia durante la 2da Guerra Mundial en los ´40, Hanna volvió a emigrar hacia los Estados Unidos, donde vivió hasta los ´70 en el final de sus días. Hanna fue una gran pensadora del siglo XX. Algunos se niegan a llamarla filósofa, pero fue discípula (y amante) del filosofo Martín Heidegger quien la inició en el racionalismo, y hacia 1928 se graduó en filosofía política en la universidad alemana de Heidelberg. Luego, en su exilio, enseñaría en el Brooklyn College, cerca de Nueva York, en USA. Su obra cumbre es "El Origen del Totalitarismo", una obra de consulta permanente en el estudio de las ciencias políticas.

Margarete Von Trotta, la directora de este soberbio film, es una cineasta de la generación del ´70. Contemporánea a Warner Rainer Fassbinder, Win Wenders y Werner Herzog, se distinguió por llevar a la pantalla la vida o retazos de vidas de grandes mujeres. Así fue que dirigió, entre otras, la estupenda "Rosa Luxemburgo" y "Las Hermanas Alemanas". Una serie de mujeres interesadas por el mundo de las ideas con fuertes personalidades capaces de llevar a cabo aquello que piensan.

En "Hanna Arendt" no realiza una obra biográfica, sino que toma un episodio de esa vida y lo dramatiza en función de la ideología política de la Arendt. El episodio es el secuestro y posterior enjuiciamiento del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann en Jerusalén en 1963. Hanna acude a dicho juicio en carácter de periodista del diario americano New Yorker. El fruto de su trabajo será una artículo controversial y tremendamente significativo que se denomina "Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal". La película es simplemente la crónica de ese período, los días previos al viaje, las despedidas, su llegada a Jerusalén, el encuentro con viejos amigos sionistas, la crónica del juicio a través de registros fílmicos de archivos, su regreso a Nueva York, las vicisitudes de la escritura del articulo y su posterior repercusión. Pero lo notable del relato, y eje de la narración, es la es la descripción de la dimensión de la bataola negativa que levanta su artículo, el mal entendimiento del mismo, las acusaciones que recibe, el desprecio de la comunidad judía, las presiones de trabajo y finalmente, y sobre todo, la costosa soledad que provoca la fidelidad a un pensamiento y a una razón contraria al sentimiento popular. La película termina transformándose en un gran monumento a la libertad de expresión.

Obra de madurez de Von Trotta, "Hanna Arendt" (la película), se alza como un faro en medio de tanta mediocridad que se ve en estos días. No solo por señalar un camino fílmico sino por rescatar la discusión de las ideas de Arendt, que tal vez sin ninguna intención por parte de Von Trotta, son de tremenda actualidad en Argentina. La banalidad del mal no hace otra cosa que argumentar sobre el rol de las responsabilidades en los crímenes de lesa humanidad. Más actual, más vigente, imposible.