SUUENA A REPETIDA
Corría el verano el verano de 1967 en Mar del Plata. Yo
era un adolescente amante del cine que esperaba las vacaciones ansiosamente
para poder ir a la playa pero sobre todo al cine para deleitarme con los grandes
estrenos de principios de temporada. En aquel momento, Grand Prix era el
estreno más esperado.
La película era un gran espectáculo, diferente a las
demás películas toda vez que refería a un deporte donde prevalecía el vértigo y
la emoción sobre la comedia o la tragedia.
Pete Aron, protagonizado
por James Garner, era un corredor de autos de Fórmula Uno que había sido expulsado
de su equipo por ser responsable de un accidente en una carrera que había dejado
gravemente herido a otro corredor de autos. Treinta años después, se encuentra
con su viejo compañero de equipo, un tal Cervantes, que se encuentra al borde
de la quiebra, y lo convence para que
Sony pueda volver a correr autos y salvar a su equipo.
El resultado es una
película entretenida que no aporta demasiado como gran espectáculo aunque llega
a enganchar al espectador dado al automovilismo deportivo dado que las carreras que presenta el film son
lo suficientemente atractivas como para mantener al espectador común..
No obstante, el film
pretende profundizar y en consecuencia, aparece el tema de la culpa, lo cual
reaviva la película en la mitad de su metraje dando lugar a una escaramuza del
guion en el cual un aparece un piloto que comete un error siendo obligado a
trabajar para un nuevo equipo menos famoso que le permitirá una nueva
oportunidad de demostrar su capacidad
conductiva.
La película no concede
pausas, y en consecuencia, permite que el espectador disfrute del espectáculo
sin necesidad de analizar la trama, ya sea cuestión del tema, tanto como a su desarrollo.
El resultado final es mediocre. Como remake, no tiene sentido,
sobre todo porque todo esto lo hemos visto durante muchos años. El lujo de la F1 solo entretiene pero el film no llega a destacar ni como espectáculo deportivo ni como gran película
donde las pasiones sobresalen sobre los
sentimientos. En una palabra, resulta reiterativa y no agrega nada a lo ya
visto.