viernes, 29 de octubre de 2021

RETRATO DE UNA MUJER EN LLAMAS de Celine Sciamma

 LA PASION Y EL AMOR

Pocas veces el cine ha encarado el tema de la homosexualidad con tanta altura. Este film de la escritora y directora francesa Celine Sciamma lo hace dejando de lado todo tipo de prejuicio, de manera franca y abierta, lo cual le permite narrar con total libertad y honestidad una historia que ocurre más de 200 años atrás, lo cual, nos hace reflexionar sobre un tema complicado y ciertamente tabú durante mucho tiempo. Nos habla en forma clara de aquello de lo cual no se habla.

Responsable de una interesante carrera cinematográfica donde ha asumido tanto responsabilidades como directora, escritora y productora, Celine Sciamma es conocida por una filmografía donde destacan películas como Water Lillies (2007), Tomboy (2011), La Banda de las Chicas (2014), además de otros cortometrajes.

El estreno de Retrato de una Mujer en Llamas la ha colocado en un sitio de privilegio toda vez que su film ganó la Palma Queer en Cannes, convirtiéndose en la primera película dirigida por una mujer en ganar ese premio. Sciamma también ganó el premio al Mejor Guión.

El film nos lleva a la Francia de 1770. Marianne (Noémie Merlant), una pintora, recibe el encargo de una condesa de realizar el retrato de bodas de su hija Héloïse (Adele Haenel), una joven que acaba de abandonar la vida en un  convento para ser casada pero que íntimamente tiene serias dudas respecto a su próximo matrimonio. Marianne tiene que retratarla sin su conocimiento, por lo que se dedica a investigarla pero en forma casi clandestina, casi espiándola.

Sciamma, a partir de su propio guión, construye el film con pequeñas escenas, valiéndose de las miradas, de silencios significativos, la oscuridad de los claustros de un convento, los pasillos laberinticos, una costa rocosa y acantilada vecina al convento, un mar siempre abierto y desafiante. Todos estos elementos, poco a poco, se van aliando y tornando, cada vez, más significativos.

El film resulta una mirada íntima y feminista sobre la sexualidad de una mujer que, en cada escena avanza hacia lo que no se quiere decir, lo que se debe esconder, lo tabú, lo políticamente incorrecto. La notable narración de Sciamma comienza rápidamente a tener una claridad meridiana. La intimidad comienza a desnudar la verdad. Los personajes se muestran tal cual son, desnudando tanto su personalidad como sus deseos más íntimos.

El film es como un tren que avanza en la noche, con muchos silencios significativos, vigías clandestinas, dando lugar a la aparición de preconceptos y tabúes escondidos, que la notable guionista y directora Céline Sciamma va revelando paulatinamente, haciéndolo participe al espectador. Su notable manejo cinematográfico le permite terminar siendo la dueña de las palabras, de los silencios, de las tensiones, de las alegrías, de la satisfacciones, y del rompimiento de estructuras que han venido impidiendo el desarrollo del propio yo de su personaje. En consecuencia, logra poner en escena un film valiente, pero sobretodo, audaz, respetuoso,  adulto, donde lo que destaca son las imágenes y los sonidos en un marco de absoluta austeridad que siempre da lugar a los significados. Cine en estado puro.

El cine de Sciamma logra narrar una compleja relación en la cual, lo que más importa, es el descubrimiento y la aceptación de una identidad sexual, logrando una compleja y profunda narración, donde todo cuenta, nada sobra y nada falta, lo cual hace de su visión una experiencia interesante porque no solo está bien construido y es comprensible, sino también permite apreciar un tema delicado desde un punto de vista diferente.

Retrato de una Mujer en Llamas resulta un film notable, muy bien realizado, actuado, y sobre todo, muy bien dirigido. La complejidad del relato se rebela claramente escena tras escena, lo cual va permitiendo que todo fluya de una manera tal que nos permite interpretar que todo es una simple cuestión de elección, más allá de nuestra apariencia femenina o masculina.

Los rubros técnicos son todos de primera línea. La fotografía de Claire Mathon, las interpretaciones de Noémie Merlant (Marinne) y Adèle Haenel (Héloïse), la precisión del guión de la propia directora, el ritmo pausado del inicio que se convierte en un constante crescendo, crean un clima de gran sensibilidad siempre en función de un tema que nos lleva a la reflexión, nos permite una mirada sobre la opresión femenina, como también la relación entre la artista y su obra.

domingo, 24 de octubre de 2021

EL ÚLTIMO DUELO de Ridley Scott


LOS INTERESES MÁS OSCUROS

La época medieval se conoce como el oscurantismo, como un periodo sombrío, infructuoso, e improductivo en la historia de las ideas, donde la iglesia se propuso abolir y suprimir todo tipo de pensamiento e ideología que no le proporcionaba beneficio alguno.... En El Ultimo Duelo estamos justamente en la Edad Media, en Francia. Transcurre el año de 1386, durante el reinado de Carlos VI. Marguerite de Carrouges afirma haber sido violada por el mejor amigo de su marido, el escudero Jaques Le Gris. Su esposo, el caballero Jean de Carrouges, lo desafía a una justa por combate a caballo.

En la introducción del film, Scott divide prolija e inteligentemente los acontecimientos que conducen al duelo. Los divide en tres capítulos, los dos primeros reflejan las perspectivas de De Carrouges y Le Gris, respectivamente, y el tercero refleja la perspectiva de Marguerite.

Los duelos entre caballeros eran comunes en aquella época. En este caso se enfrentará Jean de Carrouges nombrado señor de Carrouges (Matt Damon) con el escudero Jacques LeGris (Adam Driver), dado que así lo ha dispuesto el Rey después de que Carrouges ha acusado a Le Gris de abusar de su esposa, Marguerite (Jodie Comer). Será un duelo a muerte. En caso de que gane el Escudero, la esposa del caballero será condenada a la hoguera por falso testimonio. Este será el último duelo legalmente sancionado en la historia de Francia.

Ridley Scott, el legendario director de Blade Runner, con una filmografía de más de 55 títulos, ha vuelto a la pantalla para contar esta historia desde cuatro ángulos diferentes (el de cada uno de sus protagonistas), lo cual hace al film muy interesante dado los diferentes intereses a que responden cada uno de ellos. De esta manera, la trama se transforma en un enredo de pasiones, una especie de rompecabezas, donde cada una de las historias  narradas contribuirá de diferente manera a esclarecer la situación planteada, a la vez que el director se las ingenia para sostener el suspenso a lo largo de toda la película. En cada una de sus partes, el film siempre contará con un intríngulis que queda por revelar que servirá como enganche de la siguiente parte.

Detrás del perfil de cada uno de los personajes principales está latente una situación que caracteriza a la época. Este Rey de Francia será quien dará fin a los duelos de caballeros. De Carrouges, un señor que  estaba en quiebra, no tenía otra salida que casarse con Marguerite para salir de sus dificultades económicas, a la vez que debía ir a la guerra para servir a su rey. Margarita debe aceptar este casamiento por mandato de su padre. Finalmente, Le Gris quedará enredado entre todas estas situaciones sin poder nunca dar a luz su amor por Margarita.

Muy bien narrada, recupera un género que parecía pasado de moda en el cine. Reitera una vez que los géneros no han desparecido, y por el contrario, su actualización permanente los hace cada vez más atractivos. El film cuenta además con un gran guion co-escrito por Ben Affleck, Matt Damon y Nicole Holofcener. La banda musical es de Harry Gregson-Williams, la fotografía es del gran maestro Darius Wolski, y el montaje de Claire Simpson.

domingo, 17 de octubre de 2021

SIN TIEMPO PARA MORIR de Cary Joji Fukunaga

 

UN BOND INVERNAL

La vuelta de James Bond, a quien sigo con fidelidad desde mis 12 años cuando vi por primera vez Dedos de Oro, es una decepción grande. Sin Tiempo para Morir, la nueva entrega de la zaga, es un traspié dado que se trata de una de las películas menos lograda de toda la serie. Por otro lado, es la despedida  de un actor, Daniel Craig, decidido a migrar hacia otro tipo de cine con el propósito de no encasillarse en un papel y poder tener una mayor libertad actoral.

El problema del film es que su estructura episódica se transforma en un rompecabezas que resulta inmanejable al director americano Cary Fukunaga dado que nunca encuentra el ritmo ni el tono de la película, la cual navega entre el drama  y el film de acción, traicionando este último aspecto, el que siempre ha caracterizado a la saga Bond. El drama se apoderará de la película en la mismísima escena previa a los títulos haciendo presagiar el resultado obtenido. El intríngulis planteado por los guionistas parece una despedida anticipada, y el clásico film de Bond queda a la deriva entre el drama y la acción.

Debo remitirme al pasado. En Noviembre de 2012, cuando se estrenaba Skyfall, en estas mismas páginas escribí: - “No es descabellado afirmar que Skyfall puede llegar a ser la mejor película de la serie Bond. Al menos, es el film más denso y complicado de todas ellas en cuanto argumento, es el más pretencioso en términos estéticos y estilísticos, y es el más ambicioso en términos de producción.”

En la película siguiente (Spectre), el meollo dramático quedaba encerrado en dos Mcguffins, una foto de dos niños tomados de la mano de un hombre en una montaña en Suiza (que  M deja en Skyfall), y un extraño anillo cuyo portador (Marco Sciarra), era un criminal muerto por Bond. Aquello cuestiona tanto el pasado como el futuro de Bond. La línea que se dirige al pasado y ocupa la mayor parte del relato, está orientada a establecer la extraña relación que Bond tuvo con el villano Franz Oberhauser, devenido en principal miembro de la Organización Spectre. La segunda línea está orientada hacia el futuro, y pone en duda la función de los agentes doble cero y la necesidad de licencia para matar dado que la inteligencia artificial puede constituirse en un perfecto sustituto de los mismos con un costo de vidas humanas infinitamente inferior. 

Sin Tiempo para Morir parecería querer desarrollar esta segunda dirección. La escena inicial transcurre en Suiza donde está su mujer y su hija. A ese lugar ha llegado un miembro de Spectre, con intenciones de matar. Bond ha sido padre, es perseguido por la organización criminal, y ya no cuenta con licencia para matar. Ya no es un 007. 

Las escenas finales en el jardín de Lyutsifer Safin (un inexpresivo Rami Malek) dan una idea sobre plantas venenosas que podrían alimentar un tipo de virus altamente virulento para la salud humana con el cual la organización Espectro podría llegar a dominar el mundo. Obviamente, Safin infecta a Bond con una cepa del virus Heracles y queda condenado a la muerte. Cualquier parecido con la realidad de nuestro mundo es pura coincidencia. 

En definitiva, como en todo Bond, lo que termina prevaleciendo es el vértigo en estado puro aunque al director Fukunaga le cuesta bastante ordenar el caótico material que le han servido los guionistas. Para ello se toma dos horas y cuarenta y cinco minutos que lejos de lograr una obra magnifica, deja interrogantes sin resolver. En todo el film hay demasiados cabos sueltos.  El resultado no es la película que esperaba. Obviamente cumple con la mayoría de las pautas “Bond”: Tiene acción y de la buena, momentos sorprendentemente dramáticos, suspenso y una buena historia, tal vez algo desordenada, pero entretenida y nos vuelve a mostrar un Bond humano, que va más allá de la maqueta. Lo negativo del film es que resulta demasiado largo, y genera una especie de contradicción entre una historia que pretende humanizar cada vez más al personaje, pero no lo deja salir del molde ni de la violencia descontrolada cayendo en el caos reinante

CULPABLE (The Guilty) de Antoine Fuqua

 En Netflix

EL PERDÓN A SI MISMO  


Este film es una remake americana de La Culpa, un film danés estrenado en Buenos Aires en abril de 2019, ahora dirigido por Antoine Fuqua y protagonizado por Jake Gyllenhaal, que interpreta a Joe Baylor, un agente de policía de calle que debe cumplir una sentencia de trabajo de oficina por haberse extralimitado en sus funciones policiales. Joe es relegado a la atención de un 911 y en esa función recibe una llamada desesperada de una mujer a la cual intenta identificar y ayudar.

 

La película de Fuqua sigue fielmente el original. Concentra la acción en las llamadas telefónicas que recibe el policía, y todo sucede encerrado en la pequeña cabina de Joe. En esta nueva versión americana, la visión de Fuqua, un director de súper acción, deja su marca  porque a diferencia de la versión anterior que apelaba a lo filosófico, aquí el propósito es simplemente un ejercicio de estilo, muy bien logrado, donde lo que importa es mantener la atención del espectador y entretener durante 90 minutos en los cuales Joe Baylor tratará de desatar el nudo gordiano que presenta la situación.

Durante ese tiempo, la ciudad arde en medio de los incendios forestales de los bosques  de California, por lo que muchas llamadas son solicitudes de rescate mientras Joe, muy tenso e involucrado, intenta que alguien vaya al bosque y realice las acciones de rescate. De repente, la cuestión se complica cuando Joe recibe un llamado extraño de una mujer que dice haber sido secuestrada. Su nombre es Emily. Cuando está por terminar con la llamada, sus instintos se activan y descubre que Emily ha sido secuestrada pero por su propio esposo, quien la traslada en una camioneta blanca. Teme por la seguridad de la mujer. Esta llamada entre Joe y Emily es el núcleo de la película, y da inicio a una tensión y un suspenso dirigido con mano maestra por Fuqua.

Baylor está a punto de quebrarse bajo la tensión que sufre, no solo por el supuesto secuestro, sino también por un divorcio reciente que le genera culpa. A esta altura del film ya podemos afirmar que la actuación de Gyllenhaal es notable, una de sus mejores performances para el cine. Saca provecho a su papel y demuestra que es un gran actor. Compone un policía  de calle, asmático y atormentado por un sentimiento de culpa que se manifiesta con fuertes zumbidos en los oídos.  Está separado de su esposa y extraña a su pequeña hija. Ha cometido un error en su trabajo, ha sido castigado y lo han designado a atender el servicio telefónico del 911. Una degradación.

Meritorio trabajo del director Antoine Fuqua, diestro en el cine de acción, hace gala aquí de su pericia en el cine de suspenso, dirigiendo correctamente toda la película y ayudando a Jack Gyllenhal a mostrar toda su capacidad actoral, logrando mantener el interés del film durante sus 90 minutos, metraje que lo convierte en un thriller tan tenso como interesante, que coloca al espectador en un sube y baja de conflictos emocionales mientras el policía Joe trata desesperadamente de salvar a una mujer que cree que ha sido secuestrada por su ex marido.

No hay duda que el personaje de Joe Baylor busca su propia redención personal mientras trata de salvar a Emily. Joe está trastornado por la situación que vive, acercándose cada vez más a un abismo personal, con un caso judicial pendiente y su situación matrimonial en jaque. Jake Gyllenhaal  demuestra aquí su talento. Sin embargo, será el factor tecnológico quien jugará un papel clave toda vez que es quien permite desentrañar el misterio planteado en el film.

Los incendios forestales contribuyen a poner en un segundo plano la dramáticidad de la situación reinante que afecta los recursos de emergencia, así como la contaminación del aire que se respira. La confusión policial y el abuso de poder también son otros aspectos subyacentes que desarrolla el film. No obstante, la película habla de la inmensa presión que enfrentan las fuerzas del orden y cómo los instintos y las decisiones rápidas son cruciales para la asistencia y la supervivencia.

La tensión en "The Guilty" se vuelve extraordinaria y el film, una clara ópera de cámara, se transforma en un gran entretenimiento. Su personaje principal, finalmente  asume tanto la emoción como la ira para darse cuenta que necesita tomar una decisión si quiere solucionar su propio problema.

martes, 12 de octubre de 2021

LOS AÑOS MÁS BELLOS DE UNA VIDA de Claude Lelouch

EN CINES

SEGÚN PASAN LOS AÑOS…

Hombre de una dilatada trayectoria que ha conocido tanto el éxito como el fracaso, que ha transitado tanto la ficción como el documental, vuelve a la cartelera con un film autorreferencial, donde una vez más (ésta sería la tercera parte) vuelve a su película más reconocida para contarnos un capítulo más de la misma historia de un amor que no solo perdura en la pantalla sino también en el tiempo. Según pasan los años, Lelouch repite la historia modificando el tiempo y el lugar.

Los personajes (Anne y Jean Louis) y los protagonistas (Anouk Aimee y Jean Louis Trintignant) son los mismos que generaron el clásico film de amor de 1966 conocido como Un Hombre y Una Mujer, y que después tuvo una continuación o segunda parte en 1986. Ahora los vuelve a encontrar en la etapa senil de la vida, donde Jean Louis está internado en un retiro para ancianos con síntomas de Alzheimer, y Anne es avisada por su hijo para que vaya a verlo y le dé algo de alegría a su vida.

El film, es su primera parte, carretea con éxito porque el encuentro entre ambos, después de tanto tiempo transcurrido, es el de dos desconocidos. Los años de la juventud han pasado,  los personajes (enfermedad por medio) no se reconocen. Es una reunión entre dos desconocidos que obviamente alcanzarán una química muy particular entre ellos.

De esta manera, el film en su primera parte, se transforma en una oda a la vejez, en la que Lelouch saca a relucir un  cine verdad donde los personajes ya envejecidos encuentran una química ente ellos que les permite disfrutar del momento pero lo cual no implica un reconocimiento del otro. Esto hace que el film resulte muy interesante, como también intrigante, incluso con algunos muy buenos diálogos, con un sentido de un humor negro, que revierte el tono dramático de la puesta que hacen presagiar las escenas iniciales.

Pero transcurrida la primera mitad, Lelouch no puede con su egocentrismo,  y la segunda parte del film remite a los recuerdos de la pareja. El film repite  escenas transcurridas en las películas anteriores transformando al film en un homenaje a su propia filmografía, y sobre todo, a su músico de aquella época, el famoso Francis Lai, quien compusiera una serie de bandas de sonido inolvidables que aquí son nuevamente utilizadas donde su lozanía vuelve a brillar envolviéndonos en un pasado que comenzamos a extrañar.

Perdido el interés inicial sobre la llegada a la vejez de los personajes, el film, no obstante, deja verse. Es siempre entretenido. Los cinéfilos, volverán a encontrar aquellas hermosas imágenes del pasado acompañadas por la  música siempre evocativa de Lai, cuya dulzura y capacidad de crear atmosferas de notable intimidad, le permitía a Lelouch hacer soñar con una historia de amor que el futuro siempre truncaba.

Anouk Aimee y sobre todo de Jean Louis Trintignant vuelven hacer en su vejez dos actuaciones extraordinarias. Ellos sostienen la primera mitad del film con sus dos grandes actuaciones. En la segunda mitad, prevalece la mano del director que en un impecable ejercicio de montaje extrae imágenes ya vistas logrando armar un collage cinematográfico impregnado de un tono evocativo que aun viendo lo ya visto permite entender a una nueva generación aquella vieja narración que une hoy a esos dos ancianos que alguna vez hace años transformaron una simple historia de amor en un clásico del cine francés.

domingo, 3 de octubre de 2021

UNDINE de Christian Petzold

EN CINES

LEYENDA MEDIEVAL Y CINE MODERNO

En la mitología griega, las ondinas eran las ninfas acuáticas náyades, mujeres de gran belleza que habitaban en los lagos, ríos, estanques o fuentes. Al igual que las nereidas, eran mitad mujer y mitad pez, y estaban condenadas a amar a un hombre. Pero si ese hombre lastimaba a una ondina, esa ondina debería ajusticiarlo con pena de muerte antes de regresar al mar.

Undine es una mujer joven que trabaja como historiadora dando conferencias sobre el desarrollo urbano de Berlín. Pero cuando el hombre que ama la abandona, el antiguo mito la alcanza. Undine tiene que matar al hombre que la traiciona para poder volver a su medio, el agua.

El director alemán Christian Petzold elige el melodrama para contar bajo la forma de un policial negro una versión moderna de aquella vieja leyenda medieval. Undine era la clásica mujer abandonada por su amante, quien la deja por otra mujer. Ella reacciona y lo amenaza de muerte, pero él hace caso omiso.

El tiempo pasa. La Undine actual conocerá a otro hombre. Su nuevo amor será Cristoph. Al terminar una cena e intentar salir de un restaurant, otra vez sucede el milagro: estalla frente a ellos una enorme pecera de cristal que contenía a un acuario. La leyenda se vuelve realidad. Vuelve a nacer un romance. El destino de Undine está escrito. Su futuro ocurrirá como tal, y su mundo se derribará.

En sus films anteriores (BarbaraAve Fénix y Transit), Petzold incursionó en el melodrama, historias de amores imposibles, reprimidos casi siempre por circunstancias políticas. Pero Undine, su nueva película, acude a la tragedia griega, inspirándose justamente en Ondina, la vengativa ninfa griega de las aguas, y la lleva a la actualidad transformándola en una mezcla de drama y fantasía que sirve de base a un romance parecido a una tragedia griega, en nuestra época, una historia de amor, dolor y muerte.

Petzold es un cineasta moderno. Le gusta mezclar tiempos y géneros, y en general, sus obras despiertan el interés del espectador. Su película es apasionante, un policial negro que transcurre en Berlín actual. La ciudad cobra tanto protagonismo como sus personajes, interpretados por Franz Rogowski y Paula Beer. Y su fuente de inspiración parece proveer de esos mismos  lagos y pantanos sobre los que fue construida dicha ciudad alrededor del siglo XIII, que por otra parte, son los que dan  lugar al tema de las conferencias que realiza Undine, la joven protagonista que da título a la película.

Tal como establece la leyenda, Undine (Beer) no acepta términos medios: reclama para sí un amor total, absoluto, incondicional. Y si no es así, ella mata a quien le desobedece. Un amor condicionado. Así lo dice y así lo ejecuta.

Undine conocerá a Christoph (Rogowski) y se enamorará de él. Christoph es buzo, y su trabajo está en las profundidades de los lagos. Ella se enamora de Christoph. Cree que este nuevo amor le podrá cambiar su destino, pero no le cambiará su naturaleza.

La habilidad de Christian Petzold, hoy el más interesante director alemán, le permite contar una historia de amor romántico como si fuera un thriller y, a la vez, hacer un film fantástico que no deja de ser político en su cuestionamiento al modo en el que la ciudad de Berlín borra permanentemente las huellas de su pasado para poder reconstruirse. Todo quedará atrás.

El film no tiene desperdicio. Es tan entretenido como interesante. Está muy bien construido y se solventa con las convincentes actuaciones de Rogoswki y Beer. Ni hablar de la fotografía en blanco y negro que remite a los mismos principios del cine alemán. La pantalla se llena de luces y sombras y el expresionismo vuelve a estar entre nosotros.

viernes, 1 de octubre de 2021

EL ESTORNINO de Theodoro Melfi

EN NETFLIX

VOLVER A EMPEZAR

Película sobre un duelo a partir de la pérdida de un hijo pequeño, se concentra en las consecuencias de ese hecho devastador al separar al matrimonio. El director Theodore Melfi, un director de raza negra con tres largometrajes en su haber (los otros son St. Vincent, 2014 y Figuras Ocultas, 2016) y también con mucha experiencia como productor y guionista en Hollywood, decide transitar la tragedia con un paso de comedia dado que su objetivo principal es enviar a través del film un mensaje de no claudicación, de que somos más fuertes que lo que creemos, y los escollos que debemos salvar en la vida son pruebas de fortalecimiento a las que Dios nos somete.

La obra admite varias lecturas. La primera es la ya mencionada y se relaciona con la realidad, el modo como cada uno de los miembros del matrimonio asumen la tragedia de manera diferente. Lilly Maynard (Melissa Mc McCarthy) es la madre de una niña que fallece en un accidente automovilístico. Dicho hecho conmueve a la pareja de diferente manera. Lilly tratará de  salir de la tragedia, seguir trabajando y no dejarse abrumar por ella. Jack, su marido, por el contrario, cae en una crisis de depresión nerviosa. Lily quedará sola en la casa y Jack será internado en un nosocomio especializado en tratamientos de recuperación depresiva.

En la soledad de su jardín, Lily comienza a recibir la visita de un pajarito simpático y juguetón. Es un estornino, que con sus vuelos y piruetas en el jardín, comienza a alegrarle su casa y su vida. Una esperanza positiva comienza a apoderarse de ella. En su trabajo, es reprendida por no prestar la debida atención a sus tareas. No obstante ello, no se deja llevar por el desánimo y comienza a sentir que su vida no ha acabado en el accidente. Sabe que todos modos, la vida continúa.

Su esposo es Jack Maynard, interpretado por Chris O´Dowd, es el padre de la niña. La tragedia ha golpeado en él de manera diferente, le cuesta superarla, pierde noción de la realidad y finalmente debe ser internado en un nosocomio especializado en enfermedades mentales. Es un hombre disciplinado, sigue las indicaciones del médico y escucha con atención las charlas de los terapeutas. El golpe que les ha la vida dado dejará algunas cicatrices pero también comienza a dejar de doler.

Un tercer personaje importante del film es un terapeuta convertido en veterinario, interpretado por Kevin Kline, es un hombre sabio que conoce la vida y da consejos que  siempre dan buen resultado. La actuación de Kline no luce, pero su papel es clave en la recuperación anímica de Lily.

En otro nivel, el estornino, un pajarito que vive en la pradera americana y se caracteriza por su canto, resulta un símbolo de la recuperación de la familia. El pajarito mismo ha perdido a su pareja frente al tiro de un cazador irresponsable. Posiblemente por instinto, el estornino queda solo, pero paradójicamente, encuentra refugio de la casa de Lily dado que se siente protegido por ella. El pájaro se transforma en un símbolo de la fuerza de voluntad, de la perseverancia misma, de la propia sociedad solidarizada.

El estornino es un film que explora el dolor, un dolor que es diferente en cada persona sea cual fuera su dolencia. Cada uno de los personajes siente el drama que está viviendo de forma única y personal. Ese dolor no se transmite, ni el remedio es el mismo en cada caso o en cada persona. Lily encuentra en su pelea con el estornino una razón natural para continuar su lucha por disminuir la pena que siente ante la pérdida de su hija y comienza a sentir que debe aceptar su destino. Cuando Jack observa que a Lily está quedando en paz con su conciencia, él comienza a salir de su depresión. Cuando ellos se sienten en equilibrio, su mundo vuelve a girar.

El film es un ejemplo de todo aquel que lucha por superar algo en la vida. Nada es fácil. Todo lleva tiempo. La solidaridad  es parte de la fuerza del cambio, abrirse a los demás para desarrollar la capacidad de compartir los sentimientos más profundos para que ellos operen como un vertebrador de fuerzas, lo cual termina siendo un ejemplo sanador, un motor de índole social que empuja a superar la tragedia sufrida.