domingo, 3 de octubre de 2021

UNDINE de Christian Petzold

EN CINES

LEYENDA MEDIEVAL Y CINE MODERNO

En la mitología griega, las ondinas eran las ninfas acuáticas náyades, mujeres de gran belleza que habitaban en los lagos, ríos, estanques o fuentes. Al igual que las nereidas, eran mitad mujer y mitad pez, y estaban condenadas a amar a un hombre. Pero si ese hombre lastimaba a una ondina, esa ondina debería ajusticiarlo con pena de muerte antes de regresar al mar.

Undine es una mujer joven que trabaja como historiadora dando conferencias sobre el desarrollo urbano de Berlín. Pero cuando el hombre que ama la abandona, el antiguo mito la alcanza. Undine tiene que matar al hombre que la traiciona para poder volver a su medio, el agua.

El director alemán Christian Petzold elige el melodrama para contar bajo la forma de un policial negro una versión moderna de aquella vieja leyenda medieval. Undine era la clásica mujer abandonada por su amante, quien la deja por otra mujer. Ella reacciona y lo amenaza de muerte, pero él hace caso omiso.

El tiempo pasa. La Undine actual conocerá a otro hombre. Su nuevo amor será Cristoph. Al terminar una cena e intentar salir de un restaurant, otra vez sucede el milagro: estalla frente a ellos una enorme pecera de cristal que contenía a un acuario. La leyenda se vuelve realidad. Vuelve a nacer un romance. El destino de Undine está escrito. Su futuro ocurrirá como tal, y su mundo se derribará.

En sus films anteriores (BarbaraAve Fénix y Transit), Petzold incursionó en el melodrama, historias de amores imposibles, reprimidos casi siempre por circunstancias políticas. Pero Undine, su nueva película, acude a la tragedia griega, inspirándose justamente en Ondina, la vengativa ninfa griega de las aguas, y la lleva a la actualidad transformándola en una mezcla de drama y fantasía que sirve de base a un romance parecido a una tragedia griega, en nuestra época, una historia de amor, dolor y muerte.

Petzold es un cineasta moderno. Le gusta mezclar tiempos y géneros, y en general, sus obras despiertan el interés del espectador. Su película es apasionante, un policial negro que transcurre en Berlín actual. La ciudad cobra tanto protagonismo como sus personajes, interpretados por Franz Rogowski y Paula Beer. Y su fuente de inspiración parece proveer de esos mismos  lagos y pantanos sobre los que fue construida dicha ciudad alrededor del siglo XIII, que por otra parte, son los que dan  lugar al tema de las conferencias que realiza Undine, la joven protagonista que da título a la película.

Tal como establece la leyenda, Undine (Beer) no acepta términos medios: reclama para sí un amor total, absoluto, incondicional. Y si no es así, ella mata a quien le desobedece. Un amor condicionado. Así lo dice y así lo ejecuta.

Undine conocerá a Christoph (Rogowski) y se enamorará de él. Christoph es buzo, y su trabajo está en las profundidades de los lagos. Ella se enamora de Christoph. Cree que este nuevo amor le podrá cambiar su destino, pero no le cambiará su naturaleza.

La habilidad de Christian Petzold, hoy el más interesante director alemán, le permite contar una historia de amor romántico como si fuera un thriller y, a la vez, hacer un film fantástico que no deja de ser político en su cuestionamiento al modo en el que la ciudad de Berlín borra permanentemente las huellas de su pasado para poder reconstruirse. Todo quedará atrás.

El film no tiene desperdicio. Es tan entretenido como interesante. Está muy bien construido y se solventa con las convincentes actuaciones de Rogoswki y Beer. Ni hablar de la fotografía en blanco y negro que remite a los mismos principios del cine alemán. La pantalla se llena de luces y sombras y el expresionismo vuelve a estar entre nosotros.

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