lunes, 27 de abril de 2015

BIG EYES de Tim Burton


A fines de los ´80, después de realizar "Batman" y "Batman Vuelve" y entre medio de ambos, "Edward, el Joven Manos de Tijera", la critica cinematográfico vaticinó sobre Tim Burton que sería uno de los grandes maestros de los años 2000. Tal vez, no se hayan equivocado. Burton siguió haciendo grandes películas durante los ´90 y hasta el 2003, año que realizó "Big Fish". Pero a partir de entonces, y  en esta última década, parece que se le mojó la pólvora o se le acabaron las grandes ideas, dado que no ha hecho una sola película recordable.

El estreno de "Big Eyes", profusamente anunciada, me despertó como siempre una gran expectativa  que la película, finalmente, se encargó de defraudar.

El problema de "Big Eyes" no es exactamente que sea una mala película. Por el contrario, es una película correcta. Pero teniéndolo todo para ser un "Burton Autentico", parecería que al maestro el tema se le escapó de las manos y solo pudo concretar una película que parece más hecha por encargo que por gusto personal.

Emparentada ligeramente con Dr. Jeckyll y Mr. Hyde, esta historia que se desarrolla en el mundillo de las galerías de venta de arte y pone foco en la venta fraudulenta, se concentra en el descubrimiento de una personalidad paranoica. Margaret, una pintora de cuadros,  llega a San Francisco de la mano de su pequeña hija a fines de los años ´50. Acaba de separarse de su marido y consigue un empleo como pintora de cunas en una fábrica de moblaje para niños. Para ganarse algunos dólares más, los fines de semana participa de una feria de pintores donde casualmente conocerá al Sr. Keane, otro pintor aficionado, que al poco tiempo le propondrá matrimonio. Pero Keane, más que un pintor aficionado, es un hábil comerciante de cuadros y un estafador. En consecuencia, aprovechará la inocencia de Margaret y comenzará a vender sus cuadros como suyos propios.
En un primer momento todo va bien. Pero cuando los cuadros de Margaret se vuelven conocidos, se transforman en un éxito comercial, la prosperidad llega al hogar, y Margaret puede tener su propia bohardilla para pintar con tranquilidad, es entonces cuando comienza a sospechar, deschava a su marido y comienza a reclamar su autoría. Allí aparece el Mr Hyde de ambos, uno escondido en la propia personalidad del Sr. Keane y el otro en el orgullo mancillado de Margaret.

Es en ese momento donde el film de Burton deja de ser de Burton. Uno está esperando ese momento desde el comienzo mismo del film dado que sabe que más temprano o más tarde se va a dar y que a partir de allí, comenzará una película típicamente "burtoniana": dos monstruos disputándose, por un lado, la autoría del producto artístico y por el otro, el producido monetario de la venta de cada cuadro. Fama y poder. Pero no resulta asi. Porque la convencionalidad con que Burton maneja el tema diluye el conflicto, lo aleja de lo psicológicamente terrorífico. Keane en ningún momento se transformará en un "monstruo burtoniano" y muy lejos está de serlo (salvo la escena del sótano donde Keane le tira fósforos encendidos por la mirilla de la cerradura de la puerta a Margaret y su hija mientras tratan de esconderse). Ni siquiera los dos grandes actores con que cuenta (Amy Adams y Christoph Waltz) logran interiorizar el horror de lo que protagonizan.  Tal vez sea porque los horrores que estamos viviendo, o mejor dicho, los terrores de nuestros días, dejan a los personajes de Burton como meros aprendices de brujos de una serie de estafas incapaces de lastimar a nadie más allá del daño material que pueda producirle a alguna de las víctimas y/o el daño moral y la decepción personal que los propios personajes puedan propinarse mutuamente, aunque aparentemente, estén dotados de fortalezas para poder soportarlos.

Es como si Burton se traicionara a si mismo. Todos su "monstruos" tienen esa doble personalidad, ese lado oscuro. La tenía claramente Batman cuando el afán de venganza prevalecía sobre el de justicia, la tenía también Edward, el joven manos de tijera, cuando queriendo expresar amor lastimaba con sus tijeras, aparecía en Ed Wood cuando estaba poseso por la droga, en la animalidad que gobernaba en el Planeta de los Simios, en los marcianos de "Mars Attack", hiper inteligentes por un lado y extremadamente crueles por otro. En Big Eyes los personajes solo parecen caricaturas de si mismos.

En el final del film, donde en una nueva vuelta de tuerca, transforma el film en "una clásica película de juicio",  vuelve el humor donde Burton parece tomarse el pelo a sí mismo, todo se distiende y da lugar a una sobreactuación, particularmente de Waltz, realmente lamentable. No es un final feliz, es un final previsible. Pero uno agradece el advenimiento del "the end" porque a esa altura ya sabe que Burton no tiene ni más que decir ni contar.

sábado, 11 de abril de 2015

RAPIDOS Y FURIOSOS 7 de James Wan





"No importa dónde estés... a medio kilómetro de distancia o al otro lado del mundo, siempre estarás conmigo y siempre serás mi hermano." Toretto (Vin Diesel)

Después de la muerte del actor Paul Walker, acaecida en noviembre de 2013,en pleno rodaje del 7mo capítulo de esta serie, muchos fans temieron por la suerte de la película y de la saga. Pero como en el mundo del espectáculo, "the show must go on", a las tragedias hay que oponerse con fortalezas y salir de ellas con voluntad de hierro, y eso es lo que se propusieron lo responsables de la saga y por eso estamos ahora aquí comentando esta película.

La tarea no era fácil. Con Walker muerto y algunas escenas sin filmar, queda claro después de ver la película, que la decisión fue eliminar escenas dramáticas donde podría haber tenido participación el actor fallecido e ir directamente a reforzar la acción donde los dobles y los efectos especiales pueden hacer que la ausencia del actor no se notara. También se decidió que el lanzamiento del nuevo capítulo fuera en 3D. Esto es una decisión visualmente importante porque saca al primer plano de la escena para darle más profundidad de campo a la pantalla. Ello hace menos importante la participación actoral. En consecuencia, la película tornó en un film de pura de acción y facilitó la irreemplazable participación de Walker.

Es posible, no obstante, que estas decisiones, si bien salvaron la película, la desvirtuaron en lo dramático. Porque  si Rápido y Furioso llegó a una 7ma parte fue justamente por diferenciarse de las películas de acción plenas dado que, ante todo, se nutria en las viejas películas de carreras de auto clandestinas de la década del 50 y del 60, e incluso abrevaba en films tan dispares como "Rebelde sin Causa" y  "Vanishing Point", donde los personajes exteriorizaban toda su rebeldía contra el sistema corriendo autos en las típicas picadas de la costa californiana o el desierto de Sonora.

Salvo la escena inicial, en esta 7ma entrega, no queda nada de ello. Las carreras de auto y la rebeldía juvenil se dejan de lado para que nuestros héroes pasen a ser superhéroes totalmente integrados al sistema al servicio de algo asi como una  Agencia de Inteligencia tipo la CIA. Y la incongruencia llega aún más lejos, cuando en la 2da escena, el nuevo malo de la película, Deckard Shaw ( el inglés Jason Statham), aparece en busca de una venganza personal contra el héroe Dom Toretto (Vin Diesel), y lo hace impulsado por el odio que le genera que Toretto le haya pegado una paliza a su hermano que lo ha enviado a un hospital en un coma profundo.

Esta contradicción de la película, ello es narrar una vertiginosa búsqueda donde todos los personajes recorren desde Los Ángeles hasta los Cáucasos, y de allí a Abu Dahbi para volver a L.A. en busca de un sistema de computación llamado "Ojo de Dios", capaz de rastrear a cualquier cosa en cualquier lugar del mundo (lo cual nos instala ante el definitivo fin de la intimidad), dejando de lado el tema principal de la película que es la tremenda venganza que guía a Shaw contra Toretto, tornando al film en un mero pasatiempo de más de 2 horas, a pesar que en todo momento Shaw y Toretto  estén en bandos opuestos y se la tengan jurada.

Lo lamentable es que en esta entrega se ha debilitado la columna emocional que sostenía esas inquebrantables pasiones de los personajes. Toretto ha generado de la amistad una unión familiar, y si en esta última, la venganza de Shaw esta propulsada por el odio que le genera la paliza que Toretto le propinó a su hermano, podemos pensar que las fuerzas de las pasiones siempre han inspirado a los protagonistas. Pero en esta última entrega, esas pasiones son dejadas de lado porque Toretto, aunque animado por la pasión, acuerda con un tal Mr. Nobody  (Kurt Russell) una mutua ayuda para cazar a Shaw pero poniendo como principal objetivo encontrar antes un "pen drive" que poco tiene que ver con los intereses de los protagonistas y que sin embargo llevan a la cuasi destrucción de la ciudad de Los Ángeles, y lo que es peor, la mayor parte del metraje.

Muchos me dirán que Fast and Furious 7 es un simple film de acción y no hay porque buscarle segundas lecturas, pero en realidad, la importancia que Toretto le da a esa familia disfuncional que crea a partir de la amistad es la contracara del odio que  hacia él siente Deckard Shaw. La necesidad de Deckard de vengar a su hermano no es más que un espejo deformante de esa unión familiar que tan cara es a las pretensiones de Toretto, que por otra parte se está transformando a si mismo en una especie de "padrino" al mejor estilo italiano. Ese es el verdadero núcleo del film y ese enfrentamiento es la sustancia dramática que sostiene toda la película que lamentablemente el director James Wan ignora o pasa a un lejano segundo plano de interés.

No obstante, en el final, el lirismo se apodera del film. Sabiendo que Paul Walker ya no estará más con nosotros, su personaje, Brian O´Conner decidirá dejar definitivamente la acción para dedicarse a la familia y un hijo que viene en camino. Dos autos iniciarán un último "rush" y sabremos que su destino se separará literalmente del destino de Toretto, cuando después de una curva, cada cual encare hacia una dirección diferente. Habrá Rápidos y Furiosos 8 ?  

sábado, 4 de abril de 2015

LEVIATHAN de Andréi Zviáguintsev




CUANDO EL ESTADO SE CORROMPE

Para poder analizar este magnífico film del ruso Andréi Zviáguintsev, debemos introducirnos en algunos conceptos religiosos y otros políticos derivados de la palabra "Leviathán".En la biblia, el nombre "Leviathán" hace referencia a un monstruo acuático de gran tamaño que posee un poder descomunal. En hebreo moderno, significa simplemente "ballena". Interpretaciones del Génesis aducen que Dios creó un Leviathán masculino y otro femenino, luego mató a la hembra, la saló y se la ofreció en alimento a los justos, porque si el Leviathán se procreara, el mundo no podría más que someterse ante él.


En lo político, debemos remitirnos a Thomas Hobbes (1588-1679),
filósofo inglés cuya obra La materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, más conocida como Leviathán (1651) influyó de manera importante en el desarrollo de la filosofía política occidental. Su título hace referencia a dicho monstruo bíblico. La obra de Hobbes, marcadamente materialista, puede entenderse como una justificación del Estado Absoluto. Hobbes dice que el origen del Estado es el pacto que realizan todos los hombres quedando subordinados entre sí a un gobernante que es el que debe procurar el bien para todos. El Leviathán parte del estudio del origen de la sociedad, cuyo comienzo está en la transferencia de los derechos individuales a un poder absoluto. Un poder que elimina el peligro de una guerra de todos contra todos que se deriva de la condición libre del hombre en el estado de la naturaleza. Hobbes piensa que en el estado natural cada uno tiene derecho a todo lo que hay pero debido a la escasez se originan conflictos. Esta necesidad humana de supervivencia lleva al hombre a pactar con los demás el establecimiento de una autoridad que sea capaz de implantar una paz interna. Una autoridad soberana capaz de poseer un poder absoluto.

Entonces, asi como Dios crea al hombre, el hombre crea al Estado, que no es sino un "hombre artificial", aunque de mayor estatura y robustez para cuya protección y defensa fue instituido; y en el cual su soberanía es un alma artificial que le da vida y movimiento; los jueces y fiscales son nexos artificiales que administran la justicia, es decir, los premios y castigos. De esa manera, cada hombre es inducido a ejecutar su deber como individuo social tal como el cerebro hace lo mismo en el cuerpo humano; la actividad del pueblo son sus negocios. La consecuencia de éstos son la riqueza y la abundancia producida que constituyen su potencia los ingresos del Estado a través del cobro de impuestos; los maestros son los que enseñan lo que es preciso conocer: la memoria, la equidad y las leyes que son razones y voluntades artificiales producto del intelecto humano: Finalmente, la concordia, es la salud; la sedición, la enfermedad; la guerra civil, la muerte.

Kolya ( Aleksey Serebryakov ) es un ex soldado que ha venido a vivir en la Siberia. en las afueras de un pequeño pueblo costero en el Mar de Barents , donde las ballenas vienen a desollar y muchas veces quedan varadas en la playa y mueren (la referencia al primer Leviathán, al biblico, es un enorme esqueleto que yace en la playa). Allí vive con su familia una vida común que pretende ser normal , con su segunda esposa Lilya ( Elena Lyadova ) y su hijo adolescente Romka . Kolya viene siendo asechado por el alcalde del  pueblo, un hombre corrupto y despiadado  (Roman Madyanov ) , que quiere quitarle la tierra , su casa y un pequeño taller de reparación de automóviles que Kolya posee frente al mar para poder realizar un emprendimiento inmobiliario de gran envergadura para aprovechar las bellezas naturales del lugar. Kolya está a punto de ser expropiado y es procesado porque se niega a aceptar la indemnización que el Estado arbitrariamente le fija. Es allí cuando decide pedir ayuda a su viejo amigo y camarada de armas Dimitri  (Vladimir Vdovichenkov ) quien vive en Moscú y que ahora se ha convertido en un abogado autorizado. Dimitri acude en su ayuda, pero se reencontrará con Lilya, su antiguo amor. El melodrama y la denuncia social se instalarán en la pantalla. El drama se fundirá en una sola dirección, y Kolya quedará absolutamente solo, desprotegido porque ahora está  frente a un Estado Desprotector dado que ese Estado esta colonizado por la más absoluta corrupción. El Alcalde Vadin maneja la justicia, la policía, las finanzas del pueblo. A ello no les ajeno la complicidad de las autoridades religiosas de la región, que como siempre, haciendo hincapié absoluto en lo espiritual, dejan de lado la cuestión material, que no es otra cosa que el elemento desbalancear del equilibrio humano y que tan bien define Hobbes en su antiguo libro. Visto de esa manera, Kolya no es más que una oveja descarriada que más bien será juzgada por los hombres de Vadin que por Dios, si existe. En la escena final, el monstruoso Leviathan será encarnado por una enorme Caterpiller que con su amenazadora cuchara mecánica comienza a destruir con una bestial garra la hermosa casa frente al mar del Kolya. Esa escena final, que vemos en un primer plano desde dentro de la casa, nos quedará grabado en la retina como las imágenes de ese Estado Todopoderoso que tanto daño hace.

Hablar de las cualidades formales de Zviáguintsev sería redundante. Con 4 largos en su haber (El Retorno, 2003; Isgnanie, 2007; Elena, 2011 y Leviathan, 2014) ya forma parte de los realizadores jóvenes (50 años) consagrados en los más importantes festivales del mundo y este año también fue candidato al Oscar a la mejor película extranjera por la que aquí comentamos. Guionista y director de sus películas, sus personajes habituales se enfrentan a un miedo que desconocen: los hijos a la desaparición de su padre en "El Retorno"; una enfermedad repentina y un inesperado reencuentro amenazan la potencial herencia de un ama de casa en "Elena"; la envergadura del Estado frente a la soledad de Kolya en la presente "Leviathan". Acompañado siempre de grandes actores, en esta última, además, con la presencia de Phillip Glass en la extraordinaria banda sonora, hacen de Leviathan un film disfrutable, rigurosamente estructurado y especialmente recordable, porque la impotencia de Kolya es la misma impotencia que sentimos muchos de nosotros cuando escuchamos hablar de la necesidad de un Estado Grande sin medir las consecuencias de lo que ello entraña y del lastre que nos generamos para poder mantenerlo, máxime cuando dicho Estado se enfrenta al riesgo de ser colonizado por la corrupción y deja de cumplir sus funciones esenciales.


Qué pasa cuando ese cuerpo social se descompone, cuando alguien se sale del rol que le compete y se aísla? Qué sucede cuando ese alguien se corrompe? Qué consecuencia tiene si ese alguien es un funcionario del gobierno? Y si ese alguien ostenta un poder absoluto? Cómo responde el individuo, que lo ha entregado todo, que ha limitado su libertad en pos de la convivencia y del pacto social, que ha pagado sus impuestos para que el estado materialmente pueda cumplir sus roles específicos para proveerle la justicia para que haya igualdad ante la ley, el poder de policía para lograr la seguridad y la paz interior, el poder de defensa para neutralizar las amenazas externas, la salud pública para combatir las epidemias, la educación para nivelar las potencialidades humanas y las oportunidades?. 

Qué de ese individuo sometido como ciudadano?
Ese ciudadano pierde la calidad de tal. Vuelve a su condición de individuo y como persona humana queda reducida a la nada y sometida en forma absoluta frente al poder descomunal del Estado. Eso es lo que hace la corrupción del Estado y eso es lo que relata "Leviathán", la película del ruso Zviáguintsev.


miércoles, 1 de abril de 2015

MOMMY de Xavier Dolan






"Amar a una persona no la salva. El amor aquí no cuenta. Por desgracia." (dialogo del film)

Dura, durísima, y verdaderamente notable por su rigurosidad dramática es esta nueva película de Xavier Dolan, el nuevo "niño  terrible" del cine canadiense francés que, además, con solo 26 años y con  mucha justicia, se alzó con la palma del Premio del Jurado en el último Festival de Cine de Cannes 2014, el más importante del mundo.

Escritor y director de cine, con 5 largometrajes en su haber, su cine es altamente cuestionador de la institución familiar, y de la relación madre-hijo en particular, y de la impotencia de la contención familiar cuando cuadros de enfermedad mental se presentan a temprana edad en niños y adolescentes.

Mommy es una película seca, directa, bien escrita, estupendamente  dirigida. Dolan hace uso de recursos sonoros y visuales en forma balanceada logrando siempre que éstos estén al servicio de la  estructura  narrativa, enfatizándola adecuadamente. En la banda de sonido, los crescendos de la acción son subrayados por una elevación de los sonidos ambientales o de la misma música que utiliza. La abundancia de primeros planos (es una película prácticamente narrada en primer plano) son soportados por una imagen cuadrada que no permite más que remarcar las formas gestuales y el lucimiento de los actores. Su guión, implementado en forma teatral, es un mecanismo tan preciso como si fuera de relojería, que le permite desarrollar un crescendo que no es otra cosa que la agudización de la enfermedad de Steve, el hijo.  La acción podría ocurrir íntegramente en interiores, pero las libertades que Dolan se toma son siempre orientadas a airear la película y permitir que el espectador recupere su aliento para que pueda seguir tolerando el cuadro de desintegración familiar que le presenta. En esos momentos, amplia la imagen y la pantalla se vuelve ancha. Los personajes se sienten libres y disfrutan de la vida. Son muy pocos esos momentos. Pero esos son momentos de felicidad y dicha en estado puro. Pero enseguida se vuelve al encierro, a la casa, al auto, a espacio cerrado, a la represión donde vive el conflicto.

En el film hay un padre ausente. Murió a los tres años de nacer Steve, el personaje central de la película, un adolescente que transita desordenes varios que van desde el "Déficit de Atención e hiperactividad " al "Trastorno de Oposición Desafiante", cuadros de alteración metal que lo vuelven inestable y violento. Cuando el film comienza, Die, su madre, consigue sacarlo de un nosocomio donde está internado y llevarlo a su casa bajo su tenencia. Allí recibe de una enfermera la frase de advertencia que inicia este comentario. Al día siguiente, Die pierde el empleo. O sea, desempleo y enfermedad de un hijo, la golpean de entrada. No obstante ello, de  las conductas de Die también podemos inferir que ella misma también es una mujer alterada, no solo por lo que en la vida le tocado en suerte, sino básicamente porque ella también muestra síntomas de hiperactividad manifiesta. El film no da datos acerca de ello, Probablemente, ella también sufra alguna enfermedad de tipo nerviosa. El cuadro se cerrará con la aparición de una vecina (Kyla) que acude a su ayuda. Kyla viene del Canadá de habla inglesa, no domina el francés, y está transcurriendo un año sabático a raíz de algo que también desconocemos pero que bien pudiera ser un ACV. Kyla tiene claras dificultades para expresarse con su habla, pero claramente, ocupará el papel del padre muerto, y siendo maestra de escuela, ayudará a Steve a recuperar sus estudios perdidos como consecuencia  de la internación a que fue sometido.

La película entrará a girar en forma centrífuga cada vez con más violencia, sobre todo verbal, pero paradójicamente, mostrando el afianzamiento de esa "nueva familia" nacida de la desigualdad y de la "necesidad del  otro". Es extraordinaria la capacidad de Dolan para administrar sus medios narrativos y generar momentos verdaderamente conmovedores, muestras del amor más profundo en medio de tanta soledad y tanta  violencia.

Descripción de un cuadro familiar disfuncional asolado por un hijo con síndromes de hiperactividad y explosiones de  violencia, cabe preguntarse acaso si Dolan no solamente está realizando un film hiperrealista, sino una tremenda reflexión acerca de los tiempos que estamos viviendo, unos tiempos donde las disfuncionalidades familiares se multiplican y parecen ser producto de la falta de contención de la propia institución familiar, lo cual ha permitido derivar  a un profundo choque generacional, dentro de un mundo tecnologizado en el cual las relaciones personales se han ido modificando, el encuentro personal  se ha ido perdiendo dando lugar al encuentro virtual a través de los innumerables medios de comunicación  que disponemos, el desempleo se ha instalado como una problemática mundial derivada de el incontenible avance tecnológico que inexorablemente reemplaza al ser humano de los medios de producción,  que el ocio redundante lleva a una vorágine de sexo, drogas  y violencia y que a nivel global, conduce a Occidente a un inevitable choque de civilizaciones dada la inevitable necesidad de globalización.


Mommy merece ser vista. Es una película rigurosamente realizada por un director joven que sin lugar a dudas muestra garra narrativa, innumerables destrezas para la puesta en escena, capacidad para expresarse con realismo, y una habilidad asombrosa para ensamblar los medios audiovisuales de que dispone para ponerlos al servicio de su película. No me quedarían dudas que en caso de tener que encasillar a Xavier Dolan en alguna categoría lo haría dentro del llamado "Cine de Autor". Una mención aparte merece el grupo de los tres actores que lo acompañan. Anne Dorval en el papel de la madre, Suzanne Clément en el de la vecina Kila, y el magistral Antoine-Olivier Pilon como Steve.