sábado, 15 de junio de 2019

NI EN TUS SUEÑOS de Jonathan Levine

LA COMEDIA ROMÁNTICA HA QUEDADO ATRÁS

A partir de Loco por Mary (1998), de la mano de los Hermanos Farrelly, lo escatológico, mejor dicho el humor escatológico, se ha instalado en el cine americano marcando una fuerte tendencia, lamentable por cierto. La comedia romántica ha quedado atrás.
En Ni En Tus Sueños, Charlize Theron y Seth Rogen, hacen del mal gusto una comedia que al principio hace recordar a la comedia romántica que tan bien ha hecho el cine americano, aquella donde las Hepburn (primero Catherine y más tarde Audrey) como así también Doris Day en los 50, incluso Barbra Streinsand en los 70 llegaron a generar picos del género en películas como La Fiera de mi Niña (1938) con Catherine Hepburn y Cary Grant , Problemas de Alcoba (1959) con Doris Day y Rock Hudson, Desayuno en Tiffany´s (1961) con Audrey Hepburn y George Peppard,  y Qué Pasa, Doctor (1972) con Barbra Streinsand y Ryan O`Neal, hoy inolvidables.
Ni en tus Sueños comienza bien. De entrada parece que la química entre la Theron y Rogen va a florecer. Ella es Charlotte Field, una mujer educada, con una posición política consolidada. Es Secretaria de Estado en el Gobierno de los Estados Unidos y tiene pretensiones políticas presidencialistas. El, Fred Flarsky, es un periodista que acaba de ser despedido del periódico donde trabaja. Una casualidad los une y la pareja despareja pasa a ocupar el desarrollo de la película en un tono de comedia que al principio parece que va a transitar el romanticismo pero prontamente se desliza hacia la farsa más grosera.
Theron es una actriz que básicamente se ha instalado con fuerza en papeles donde se destaca   como una heroína de films de súper acción. A partir del año 2000 comenzó a mostrarse en películas importantes y en 2003 alcanza el papel que le da la fama: la Stella Bridger de The Italian Job. De allí en más, ha brillado en el rubro, en diferentes incursiones. Incluso se ha transformado en productora de sus propios films. En Ni en Tus Sueños, incursiona en la comedia, tanto como actriz como productora.
Seth Rogen es un actor canadiense que consiguió su primer papel en Instituto McKinley (1999), una serie de televisión de del afamado Judd Apatow, y en el cine comienza a destacarse en una comedia de 2005, también del mismo director, que aquí se llamó “Virgen a los 40”, y que claramente comienza a señalar su perfil de actor cómico.
Lamentablemente, la química de la pareja indispensable para la buena comedia, no aparece. El perfil frio y distante de la Theron poca química encuentra en el desestructurado Seth Rogen. Son el agua y el aceite. Para colmo, lo que al principio suena como una comedia romántica al estilo de Mi Querido Presidente (1995), con Michael Douglas y Annette Bening, prontamente se disipa y se desliza hacia la comedia escatológica haciendo girar todo el humor en una pareja primero alcoholizada, después drogada donde todo parece comenzar y terminar en el sexo más desaforado.
A mi entender, Rogen arrastra con su fuerte personalidad a la Theron, y la película que podría haberse transformado en una interesante farsa sobre el poder en los Estados Unidos, en una comedia sobre una carrera presidencial llena de obstáculos, termina en una falsa moralina que no tiene candor ni es capaz de generar ese mundo de ilusión donde todo parece que puede ser cambiado para que podamos vivir en un mundo mejor.
Tal vez este comentario le esté exigiendo demasiado a un film que solo tiene la pretensión de entretener y que por momentos lo logra. Pero está claro que las intenciones primarias de la película desaparecen rápidamente en función de la fuerte personalidad de Rogen que arrastra para su molino a una Theron que permanece impasible en su rol de Secretaria de Estado no sabiendo donde esta parada, no solo desde el punto de vista político, sino fundamentalmente en su rol cómico.
Los resultados finales son una verdadera pena porque la película se deja ver, incluso entretiene, a pesar que hace agua por todos sus costados, aun con todo el esfuerzo de producción realizado, el ritmo por momentos frenético, que Jonathan Levine le imprime a su film, y a pesar de la pareja despareja que conforma la dupla estelar que no cuaja por ningún lado. Lamentablemente, Seth se repite en su estereotipo 

viernes, 14 de junio de 2019

UN AMOR IMPOSIBLE de Catherine Corsini


SOBRE EL AMOR Y LOS DAÑOS DEL CORAZÓN

El amor imposible del título es una historia que comienza en los años 50 y termina en la actualidad. Raquel es una joven pueblerina que una noche, en un salón de baile, conoce a Felipe, un joven perteneciente a una familia de clase media acomodada. La relación entre ambos irá cada vez más lejos y de dicha relación nacerá una niña. El drama estallará cuando Felipe la abandona, no queriendo casarse ni dar su apellido a su hija.

Se trata de una historia convencional cuyo interés radica en el interesante análisis de la relación amorosa y sus consecuencias que realiza desde los diferentes vértices de ese triángulo que forman madre, hija y padre. Lo hace en el tiempo y en la forma, en un relato de características clásicas que abarca un periodo de casi 40 años en la vida de sus protagonistas dando lugar a que el paso del tiempo rote de lugar los vértices y permita analizar las relaciones amorosas que plantea desde los distintos puntos de vista.

De esta manera, queda claro que más allá de los avances sociales, las heridas que provocan las relaciones amorosas complicadas dejan sus consecuencias y su curación llevan años. Muchas veces los cambios legales suceden con más rapidez que los cambios individuales en la vida de las personas. El ser humano pasa de la niñez a la adolescencia, y después a la adultez, e incluso finalmente a la vejez y no ha terminado de asimilar sus traumas, aquellas eventos que no ha digerido, que no ha entendido en su estructura mental o emocional.

El primer vértice de esta relación triangular es Raquel, una muchacha simple de pueblo cuyo nivel social es bajo con estudios que no pasan de una escuela secundaria. Cuando conoce a Felipe, se embaraza. Cuando nace Chantal, Raquel se queda sola frente al mundo y debe criar a su hija como una madre soltera.
                                                                                                             
El segundo vértice de la relación es Felipe. Perteneciente a una clase social acomodada, su objetivo en la vida es aprender lenguas extranjeras y conocer el mundo. Es un hombre incapaz de asumir responsabilidades. Ignora su paternidad durante mucho tiempo. Es incapaz de mantener una relación seria. En él impera una especie egoísmo extremo e inconsciente que subvierte el amor.

El tercer vértice es Chantal. La niña crecerá sin padre y recién cuando llega su adolescencia comienza a tener un padre de fin de semana. Obviamente, la vida irregular de sus padres no le será indiferente.  

Catherine Corsini maneja todo este material con suma prolijidad y atención a los detalles, especialmente en lo psicológico. Los personajes enfrentan distintas situaciones en diferentes momentos que Corsini siempre maneja con buen criterio y credibilidad, aplicando un sentido común que le permite manejarse dentro de un rango que mantiene al espectador siempre interesado en lo que se le está contando.

La historia de un amor imposible resulta así en una tragicomedia muy atrayente que transcurre durante casi 40 años de vida de sus personajes demostrando que pueden cambiar las condiciones sociales y políticas pero las heridas del corazón no son fáciles de cerrar, sobre todo cuando las diferencias entre los personajes no solamente son de raza o de clase, sino fundamentalmente cuando el daño que se han hecho parece casi irreversible.

El film llama la atención sobre esta cuestión. La película se pregunta cuan profundos son los daños que provocamos inconscientemente afectando a los demás. Este es un film sobre los ellos, los otros, pero especialmente, sobre como nuestras conductas y actitudes egoístas, la inconciencia en nuestros procederes generan consecuencias en la vida de los demás.

Ver el film es como una bofetada a nuestro egoísmo, a que todo es perdonable sin medir las consecuencias, a esa forma equivocada de pensar que finalmente el tiempo todo lo cura. Incluso pareciera que no puede haber perdón... Las heridas del corazón siempre dejan cicatrices.

BLINDADO de Eduardo Meneghelli


UN FILM CONTUDENTE

Blindado es una nueva y muy interesante incursión de Meneghelli en el film de género. Lo hace través de una historia con un personaje monolítico, Luna (Gabriel Peralta), un conductor de un camión que transporta caudales y que en sus noches de insomnio, repite un sueño como pesadilla donde se ve a sí mismo conduciendo un auto donde en el asiento de atrás lleva a una mujer con un niño pequeño.
Esta pesadilla que altera el sueño de Luna es una clave de la película que juega como una premonición que el protagonista creerá poder hacer realidad a través de una relación incipiente que comienza con una compañera de trabajo, Selva (la brasileña Aline Jones) que casualmente tiene un hijo tal como Luna ve en su sueño.
Luna es un tipo cerrado, un solitario al cual le apasiona la cocina, y sobretodo, hacer empanadas que lleva al trabajo y comparte con sus compañeros de trabajo. Es un solitario que tiene un pasado que esconde y que también lo tortura. En Selva, una compañera de trabajo, ve no solo una posibilidad de tener una pareja, sino también hacer un acto de redención por algo que ocurrió en el pasado y lo tortura.
Meneghelli trabaja este material con suma inteligencia porque dada las características del personaje (conductor de un camión blindado), aprovecha esta situación para mantener al film dentro de la característica de un policial con algo de acción y bastante suspenso cuando en realidad lo que está narrando o más bien describiendo, es el comportamiento atípico de un hombre que arrastra una culpa y no puede encontrar su salvación.
Como consecuencia de ello, el film se va transformando de a poco y con suma sutileza pasa de una película de acción a la de un film intimista que utiliza el suspenso para desarrollar una historia de redención de características imprevisibles que lo vuelven muy atractivo.
Este film de Meneghelli tiene un mérito importante en su gran sinceridad. Acude a la nostalgia como atmosfera y a la narrativa pura y concreta, sin pausas, que va al grano y no se distrae en nada que no sea el relato que está desarrollando. Tiene un look del cine de otra época, posiblemente se inspira en el cine americano de los 70, concretamente en el policial y el western de directores como Donald Siegel y especialmente de Sam Peckimpah. La narrativa seca y directa del primero, y la atmosfera poética del segundo.
Completan el elenco Luciano Cáceres, Luis Zembroski, y Gonzalo Urtizverea como miembros de la tripulación del camión blindado. Es excelente la banda musical de Guillermo Pesoa, la fotografía de Gustavo Biazzi y el montaje de Juan Pablo Docampo y Guille Gatti. Un film muy parejo en todos su rubros.

domingo, 9 de junio de 2019

DOLOR Y GLORIA de Pedro Almodóvar


WARNING!!! EL COMENTARIO QUE SIGUE ES POCO OBJETIVO!!

Pedro, fílmate algo!. Qué no se te ocurre nada? Por qué no contás algo de tu vida íntima, que tenga que ver con la gran movida española de los 80? Te acordas, hermano, que bien la pasamos? ¿Y de tu primera película? Además, te hiciste famoso. Increíblemente, la gente fue a ver Pepi, Luci , Bom y otras chicas del montón! ¿Quién lo hubiera dicho? Y dos años después corrían a ver Laberinto de Pasiones. Qué años los ´80! Sobre el final de la década llegaron las Mujeres al Borde de un Ataque de Nervios, Pedrito, y todo lo que filmaste después fue bien recibido! En los `90 ya te conocía todo el mundo y eras un director consagrado. Qué queres hacer ahora? 8 y Medio? Acaso te animas? Mirá que vos no sos Fellini!
Para qué lo abre dicho? Dolor y Gloria es el 8 y Medio almodovariano, licuado de acuerdo a los tiempos líquidos que estamos viviendo. Cuesta creer que un director consagrado como Pedro Almodóvar haga una película tan impúdica sobre sí mismo, mostrándose en una crisis creativa, enfermo, drogándose hasta el cansancio hasta llegar a un punto donde los médicos encuentran una solución a sus padecimientos, dan en la tecla, lo devuelven a la vida y chau pinela! A filmar otra vez! Con una gran suma de auto indulgencias, tenemos otro nuevo Almodóvar en cartelera.
Se podría decir que el film es la crisis existencial de un artista que en un pico de enfermedad, se hunde en la desesperación, y como llamada de auxilio retorna a sus viejos amigos en busca de apoyo, llegar al fondo acompañado, cuando vuelve a aparecer la luz, renace como una Ave Fénix volviendo de sus cenizas a una nueva plenitud creativa.
Almodóvar es Almodóvar, y aunque nunca se llevó la Palma de Oro en Cannes, igualmente es considerado un Gran Maestro del Cine. En el 2000, con Todo Sobre Mi Madre, ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera y en Cannes, la Palma al Mejor Director. Pero llegar a este “Dolor y Gloria” mostrándose como un director absolutamente decadente incapaz de superarse a sí mismo parece una broma de mal gusto, casi una tomadura de pelo al espectador. Creo que es la primera vez que un film de Almodóvar no me gusta e incluso me causa rechazo.
No obstante, debo reconocer que Antonio Banderas está impecable en su papel de Salvador Mallo, el presunto alter ego de Almodóvar. Compone la figura de un director enfermo, al borde de la decadencia, autodestructivo, incapaz de enfrentarse con la verdad aislándose en el mundo de las drogas donde su auto indulgencia lo puede todo, transformándose siempre en una víctima de los demás.
El film también cuenta la infancia del director. Estas escenas parecen de otra película, en la cuales se hace incapie en la importancia de la formación religiosa en aquella época. En ellas, Penélope Cruz compone la madre joven, mientras que más tarde, Julieta Serrano hace de su madre anciana, para que en una escena en el hospital, donde Doña Jacinta agoniza, el sentimiento de culpa del director pueda ser expiado. Hay otros dos papeles también destacables en el casting.  Asier Exeandía en el papel de Alberto Crespo, un actor importante en la vida de Salvador Mallo, y Leonardo Sbaraglia, un bisexual que ha sido el gran amor del director.
Dos colaboradores habituales de Almodóvar completan su equipo técnico dando jerarquía al producto. Jose Luis Alcaine en la fotografía, y el notable músico español Alberto iglesias en la música.
Creo que el tiempo colocará en su lugar a esta nueva obra del director. Hoy la veo como una película menor del gran maestro español. No creo que dentro de unos años pueda recordársela como una obra capital en su filmografía, aunque si recordaremos los esfuerzos de Antonio Banderas interpretando a ese director perdido entre la auto indulgencia, la enfermedad y la drogadicción tratando de salir y encontrarse con lo mejor de sí mismo. Muy lejos de Fellini y su “8 y ½”.

viernes, 7 de junio de 2019

EL ARBOL DE LAS PERAS SILVESTRES de Nury Bilge Ceylan


REGRESO A CASA


Lo primero que nos preguntamos cuando termina la película es si hacía falta invertir tres horas de cine para contar lo que acabamos de ver. Seguramente, por diversas razones, la pregunta quedará sin respuesta. No obstante ello, con tan solo hacernos la pregunta estamos cuestionando lo único que podemos cuestionar respecto a lo que hemos visto.
Pero vayamos al grano. Pocas veces el cine logra una profundidad de mirada como cuando detrás de las cámaras está este gran maestro turco. La película puede ser acusada de demasiado larga (ya marcamos la duración), de lenta (en cada escena el maestro se toma su tiempo), de hermética (hay varios temas dando vuelta y no se puntualiza en ninguno), pero está claro desde el vamos que con Bilge Ceylán hay que tener paciencia. Su cine es para degustar parsimoniosamente, disfrutando de cada momento y hasta de los silencios, y después, comenzar a pensar en lo que nos contó. Pero este es un film, básicamente, de diálogos.
Sinan, el protagonista del film, un joven de 18 años, vuelve a casa después de haberse recibido de maestro. Su propósito inicial es reencontrarse con su familia (padres y hermana) y amigos. También tiene un objetivo claro. Quiere ser escritor y está dispuesto a escribir su primer libro. Un libro de memorias y vivencias relacionadas con su pueblo, donde privará la poesía.
Bilge Ceylán desarrolla su film con su maestría conocida. Obviamente, se toma su tiempo, arma cada una de las escenas con largas conversaciones entre su personaje central y los miembros de su familia y los amigos del pueblo. Cada charla se irá transformando en una radiografía, un análisis de un estado de situación tanto material como espiritual, que va formando un diagnóstico, una opinión general sobre la situación familiar, y las relaciones personales del protagonista con cada miembro de su familia, con las autoridades religiosas del pueblo, con un escritor de éxito y hasta con una antigua novia conformando un cuadro de situación que termina por abarca todo.  
El film se va impregnando de un existencialismo en el que todos los personajes que transitan por la vida de Sinan y él mismo están convencidos, a pesar de las dudas que siembra el camino, que cada uno debe seguir su destino. El film termina siendo una sensible mirada sobre la vida de la gente común en el campo y en los pueblos vecinos, lejos de las grandes capitales y urbes hacinadas.
De esta manera, el gran director turco, muestra parsimoniosamente una aceptación del estado de las cosas, como si cada uno tuviera un destino escrito de antemano y no tuviera otra alternativa, que dedicarse a eso para lo cual ha nacido. Sinan mismo siente que debe ser un escritor, y contra viento y marea, sabe que tiene que intentarlo. Lo intenta pero fracasa. Toma conciencia que deberá volver al lado de su padre y seguir construyendo ese pozo de agua que tanto sacrificio significa pero le dará de beber a sus ovejas. Pero no abandona la idea de escribir un segundo libro.
Su padre es un maestro de escuela primaria. Sabe que ese es su destino. Vive pobremente en una casa rural, seguramente heredada de su familia, cuidando de sus ovejas. Pero también vive desafiando ese destino gastándose gran parte de su salario en apuestas que le permiten soñar que algún día podrá cambiar su vida. Pareciera un loco, una persona ganada por un vicio: el juego. Pero sin esa apuesta de cada día, la chatura de sus días le consumiría la vida. La apuesta es parte de un deseo insatisfecho de cambio.
En el film, nada es como parece ser. Como si la apariencia fuera una cosa y su sentido fuera otra. Hay una larga caminata con los religiosos del pueblo donde se cuestionan profundamente los preceptos que forman parte de los sermones de cada día. La escena comienza con una charla muy formal que va derivando hacia el humor en la medida que la conversación entre los amigos va cobrando confianza.
El director turco es dueño de una filmografía única. No hace cine para entretener a los espectadores sino para hacerlos pensar. Su cine es difícil de ver y de digerir, requiere paciencia y tiempo, pero finalmente el espectador termina por reflexionar sobre las ideas de Bilge Ceylán y de sus personajes. Tal vez este nuevo film del maestro turco esté por debajo del nivel de algunas de sus anteriores maravillas. No es Distancia, tampoco es Sueño de Invierno, por tan solo citar dos de sus películas que más me han gustado. No obstante, salí de la sala con mucho gustito a cine, con la sensación que no había perdido el tiempo, y con el sabor de que había disfrutado de un film muy lento, parsimonioso, existencial, siempre muy interesante.
El Árbol de la Peras Silvestres es un film contemplativo. Algo muy parecido a un cuadro, un cuadro en movimiento que contiene 8 o 9 viñetas que proponen una larga reflexión sobre la vida, la familia, la herencia, el destino, y los sueños. La conversaciones con su madre, con el escritor exitoso y la final con su padre son momentos sublimes, solo ubicables en la sensibilidad del cine de Bilge Ceylán.