sábado, 29 de abril de 2023

KOMPROMAT de Jérome Salle

EL EXPEDIENTE RUSO

Esta película de producción francesa pero hablada en ruso es un pasatiempo que responde a un género al cual sigue con disciplina y dignidad. Encuentra sus antecedentes en el cine del de Alfred Hitchcock, en películas como Falso Culpable (The Wrong Man, 1956). Aquí se invierte el sentido de la culpabilidad. No se trata de descubrir a un culpable, sino de culpar a un inocente. La obra es un plato fuerte, sostenida por un suspenso constante que transcurre en la Rusia actual, en tierras cercanas a Siberia, que divide la narración en dos partes.

Dividida en dos partes, en la primera de ellas, un maestro francés es designado en Alsacia para dirigir la filial  de la Academia Francesa. Solitario y sin compromiso, se complica en un affaire amoroso que termina llevándolo a la cárcel acusado falsamente de un crimen que no ha cometido. En la segunda parte de la película, es liberado de su detención pero termina siendo sometido a una persecución por parte de un agente de policía que quiere eliminarlo.

La primera parte del film es una mezcla de película de amor y de suspenso que no logra atraer plenamente al espectador debido a las vueltas  convencionales y previsibles que complican y hacen perder el interés del relato. La pintura de los personajes es superficial y se concentra en un asunto amoroso bastante convencional. No obstante, en todo momento conserva el buen gusto, las locaciones son mostradas a través de pequeños detalles, y los personajes cobran vida a través de las muy buenas actuaciones de todo el elenco.

En la segunda parte, la cuestión mejora mucho. El reo recibe el beneficio de una prisión domiciliaria, pero debido al asedio de un policía celoso que se cree victima amorosa de un affaire, obliga a escapar de la prisión domiciliaria al protagonista, dando paso a una persecución apasionante  través de los bosques que están camino a Moscú.

No hay mucho más en la película. Lo que sobresale es la prolijidad y el lujo de su factura. El film desarrolla con audacia la cuestión amorosa de la primera parte, pero sobre todo, verdaderamente luce en la segunda parte donde por una cuestión de celos se establece perseguir al ingenuo protagonista en una cacería humana cargada de suspenso e interesantes vueltas argumentales  que re enganchan permanentemente al espectador en base a entretenimiento puro y las buenas actuaciones de sus dos intérpretes principales.

Si quisiéramos definir el film, deberíamos decir que se encuentra más cercano al policial negro que a un relato romántico dado que el personaje principal es un maestro perseguido por un policía debido a una cuestión amorosa y no por un delito. Pero la película también luce por la pintura que capta de la tranquilidad pueblerina, las pasiones encontradas en medio de la una Siberia lejana y congelada que hacen recordar series de televisión como Valle de Pasiones, el Gran Chaparral o Falcón Crest.

La dirección del director francés Jerome Salle también destaca en saber mantener el interés del espectador narrando con gran fluidez, especialmente en su trabajo de la segunda mitad del relato. Allí brilla con luz propia encerrando la obra en un gran bosque donde la persecución de un hombre se transforma en un dilema de vida o muerte.

Por otro lado, la película transpira un anti sovietismo inentendible aunque nunca pretende ser un film político, donde claramente prevalece, en la primera parte, el film romántico y en la segunda, el policial persecutorio.

Los rubros técnicos son inobjetables, particularmente la música y sobre todo, la fotografía. No obstante ello, tratándose de una producción francesa, cabe la pregunta acerca de porque tanta saña contra Rusia, salvo que la violación de derechos humanos en aquellas tierras congeladas, muy lejos de Moscú, continúen bajo regímenes dictatoriales donde reina la mentira y la impunidad, cuestión que, por otra parte, políticamente, desconozco.

jueves, 20 de abril de 2023

EXTORSIÓN de Martino Zaidelis

UN POLICIAL AFRANCHELADO

En éste, su último film, Francella es Alejandro Petrossian, un piloto de una aerolínea argentina que realiza vuelos a Madrid. Por otra parte, tiene años y experiencia, y a esta altura del partido comienza a esperar una jubilación que le permita disfrutar con cierta comodidad el resto de su vida. El tiempo pasa rápidamente.  En compañía de su esposa (Andrea Frigerio) quisiera tener libertad  para poder viajar por placer.

Pero le ocurre todo lo contario. Las circunstancias lo  comprometen y una banda de narcotraficante lo someterá a transformarse en valija del narcotráfico. De ahora en más, seguirá siendo un piloto de avión pero también el trabajo de un correo al servicio de una banda de delincuentes que lo obligaran a trabajar clandestinamente entregando paquetitos en determinadas  direcciones en Madrid, recibir el cobro y volver con el dinero respectivo para entregarlo a sus mandantes. Pablito Rago será Saavedra, el malo de la película, el narco que obliga de la mano de la fuerza y la violencia.

Se trata de un policial clásico de estilo americano, al que sigue con todos sus lineamientos. Sus referentes nacionales son, particularmente, las películas policiales y exitosas de los ´80 que adquirieron fama, aquéllas dirigidas por Adolfo Aristarian,  con actores tales como  Federico Luppi y Pepe Soriano que marcaron una época de buen cine. Estamos hablando de un cine de casi cuatro décadas atrás que brilló entre fines de los ´70 y principios de los ´80, tales como La Parte del León (1978), Tiempo de Revancha (1981), Últimos Días de la Victima (1982), y Plata Dulce (1982), obras que se enrolaban en el policial negro y transitaban un estilo que solía derivar en la tragicomedia, sin abandonar el rubro que les daba vida. Estas películas tuvieron una gran convocatoria de público por su personalidad, contundencia, y una capacidad de generar tendencia que hizo resucitar a un cine argentino que generó entusiasmo  y llegó fácilmente al público llenando las salas.

La estructura de la película responde a un modelo clásico, aun género, el policial, que no admite demasiado riesgo artístico. Su plena adhesión a la forma, el protagonismo de un actor conocido que sabe clonarse en diferentes papeles aunque nunca deje de ser sí mismo, porque en el fondo, lo cierto, es  que la gente se lo pide. En consecuencia, construye el personaje por afuera dejando siempre deja el sello de su marca en el orillo. Posiblemente, y con sumo respeto, lo mismo le pasaba a Luppi en  las películas que hemos mencionado. No obstante, estamos hablando de un actor consagrado, alguien que puede elegir el papel que quiere, en este caso lo hace interpretando el rol de un detective policial que debe disfrazarse de narcotraficante.

El tema de la droga, el vestuario moderno, la fotografía en color, el propio estilo “francella” agiornan a este policial haciéndolo transcurrir en nuestro tiempo. Pero el film nunca se deja de parecer y añorar a aquellos clásicos y obras maestras de los años ´40. El “Halcón Maltes” de Otto Preminger (1944), “La Dama de Shanghái” (1945), “El Sueño Eterno” de Howard Hawks (1946) y tantos otros que han sido y son modelos en los que éste se basa aunque cueste reconocerlo.

Prolijamente realizado, el policial de Zandelis aprueba el desafío de un género donde abundan los clásicos. Es posible que no pase a la memoria, pero seguramente, es capaz de entretener durante hora y media sin generar un bostezo. Obviamente, no pasará a la historia del cine policial dado que se inspira en ellos aunque sin su glamour, y menos aún, extrañando aquellas viejas estrellas del cine que los interpretaban. Bogart hay uno solo.

Los actores que lo acompañan cumplen en sus respetivos papeles. La música subraya sin molestar  pero tampoco deja recuerdo y el montaje es clásico y preciso. Pero… la falta de glamour, la concentración de la trama en un personaje interpretado por un Francella que siempre hace  de sí mismo en diferentes papeles, deja al film como una obra pasatista sin demasiadas pretensiones, que, si bien engancha al espectador, nunca muestra pretensiones renovadoras que lo transforme en un policial diferente capaz de generar un modelo o estilo de época. El esfuerzo de Francella es notable, pero Francella siempre es Francella.

sábado, 1 de abril de 2023

LA NOCHE DEL CRIMEN de Dominik Moll

RADIOGRAFIA DE UNA CLASE MEDIA ADORMECIDA

Estamos en los suburbios de Paris. La ciudad luz se torna oscura y pueblerina. Algunos vecinos se visitan. Pocos andan por la calle.

Clara, una joven adolescente visita una amiga. Conversan y se ríen de cuestiones cotidianas. Se hace de noche. Se despide y se va. Desde las sombras, sorpresivamente, emerge un sátiro, quien la ataca y la mata.

Yohan será el detective policial destacado para investigar el caso. Con escasos elementos sobre la mesa, trata de seguir algunas pistas. Es poco lo que tiene. Se guía por corazonadas y experiencias más que por una rigurosa investigación de los hechos. Sigue un camino que en el fondo conduce  a ninguna parte.

El film se transforma en una inspección de las mínimas posibilidades que la policía tiene para descubrir, detener, concluir y llevar a juicio a un crimen. Un asesino anda suelto. Por un lado, se observan los hábitos de una clase media absolutamente enfrascada en sus rutinas diarias, de las cuales emerge anestesiada sin ninguna capacidad de reacción frente a una realidad a la que ignora en su aislamiento.

La película recorre un barrio donde no parece haber ocurrido algo tan siniestro como un asesinato. Solo el punto de vista de un policía nos transmite la urgencia de la investigación. La misma, no arroja resultados de ninguna naturaleza.

El crimen se sumerge en la oscuridad de la nada y se transforma en una gran mirada sobre la indiferencia de una sociedad ensimismada en una rutina diaria, de un de casa al trabajo y del trabajo a la casa donde el tercero, el otro, no parece existir. Las aspiraciones sociales básicas: educación, casa, y auto, se superponen a la falta de seguridad aunque a la vuelta de la esquina, esté al acecho un asesino suelto y esa amenaza llegue incluso al crimen.

Por otro lado, el film es una descripción de las costumbres de una clase media acomodada, metida en sí misma, cuyas preocupaciones son mantener un status cuyas rutinas diarias son despertar, desayunar, ir a trabajar, regresar a casa, cenar, mirar televisión, e ir a la cama para dormir.

El esfuerzo de un investigador policial solitario que se interesa en el caso y trata de obtener pruebas para poder esclarecer el crimen no es suficiente para dilucidar el caso y lograr un acto de justicia.

Una obra contundente del joven director francés que tiene 4 películas en su haber aunque solo se ha visto en Argentina “Un Amigo que te Quiere” realizada y vista en el año 2000.

La Noche del Crimen ganó del Premio Cesar  del cine francés. Es a su vez, una de las películas más galardonadas de la temporada. La sutileza de su narración, pequeños detalles que cobran significación a lo largo de su metraje, su mirada sobre la indiferencia de todo un barrio frente a un crimen horrendo, las bajas aspiraciones y la chatura de la vida, la convierten en una nueva gran joyita del cine francés.