NECESIDAD DE REDENCION
Cuando Asger Holm (Jacob Cedergren), Operador de
Emergencias de la Policía de Copenhague, atiende el teléfono se encuentra con
Iben (Jessica Dinnage) una mujer que dice haber sido secuestrada por su marido
Rashid (Omar Sharwagi). Teléfono en mano como único recurso para evitar una
tragedia, Asger tratará de salvar la vida de una mujer en peligro.
El film es la crónica de una serie de llamadas telefónicas
que da lugar a una obra de encierro y de gran lucidez dramática y conceptual
que se desarrolla con la presencia de tan solo 5 actores, donde uno de ellos es
protagonista absoluto, 2 aparecen esporádicamente como apoyo, otros dos,
protagonistas esenciales del drama policial permanecen invisibles durante toda
la película.
La trama se concentra en un 100 % del film en el trabajo
del operador telefónico Asger, interpretado magníficamente por Jacob Cedergren
(Submarino de Thomas Vinterberg), que logra transmitir con su actuación toda la
angustia de la situación planteada como así también la suya propia derivada de
un traspié policial ahora en manos de la Justicia debido a una intervención policial
negligente.
Jacob no solo necesita saldar una situación procesal con la
justicia, sino que necesita demostrase así mismo que él no es culpable. Jacob sabe
que es responsable de un error, seguramente fatal. Por eso tiene una necesidad
de redención, y no de una redención de carácter cristiana sino de la liberación
de una acción que lo condena pero que sin duda ha hecho por un sentido del
deber. El policía ha actuado creyendo hacer el mal
menor, pero con ello, ha transgredido la ley.
La película de Moller es un film absolutamente intimista
sobre un personaje torturado por el sentido de la culpa. Asger es un policía
que arrastra un juicio por mala praxis que mientras se resuelve en los estrados
judiciales lo ha degradado como policía a un puesto de atención de emergencias telefónica.
Se siente subvaluado. Por eso mismo se excede en sus funciones de atención
telefónica y en el caso de Iben, encara la llamada como si fuera para él una
última posibilidad de redención.
Ante la llamada, Moller no sigue un simple protocolo. Por
su experiencia policial, huele que la llamada se trata de algo más importante
que lo acostumbrado. No hay en línea un simple accidente de tránsito. Iben
transmite una angustia que él percibe como un llamado de auxilio. El policía encuentra
en la llamada esa posibilidad de salvación que tanto necesita.
La culpa deriva de la omisión de hacer o seguir la conducta
debida para prever o evitar un daño, y puede estar originada en la negligencia,
la imprudencia o la impericia. Puede ser psicológica o penal. Moller tiene una
acusación ante la justicia pero su conducta deriva hacia lo psicológico. El
sentimiento de culpa es el que lo lleva a extralimitarse en la atención de la
llamada telefónica que da lugar a la trama. El comportamiento de Asger, su
individualismo, lejos de cualquier protocolo, hace pensar incluso que su
personaje incurre en un proceso de auto culpabilidad derivada del
incumplimiento de normas o comportamientos éticos.
El guión de Moller es de una versatilidad extraordinaria.
Encierra a su personaje en una habitación frente a una consola telefónica durante
85 minutos de metraje y lo observa detenidamente en todos los detalles de su
accionar. Su mirada es paciente y a la vez atenta. No deja escapar detalle a
una actuación verderamente inolvidable de su actor principal, un Jacob
Cedergren que debe haber ensayado enormemente su papel para pasar del eficiente
telefonista de emergencias al torturado oficial de policía que interpreta en la
película.
Pero es cierto, también, que no es menor el trabajo de
dirección de Moller, conteniéndolo, no dejándolo caer en la sobre actuación,
aprovechando al máximo sus expresivos primeros planos en los que manifiesta
ansiedad, desesperación e impotencia ante lo que está ocurriendo. El personaje
que compone Cedergren deja sentir todo su sufrimiento por no poder hacer nada
frente a la tragedia que presiente.
Film apasionante, ópera prima del joven director sueco
Gustav Moller, fue premiada como tal en el último Festival del Sundance en los
Estados Unidos. Sin lugar a duda, la mayor sorpresa estrenada durante estos
primeros meses de 2019.