BAFICI 21
UNA COMEDIA INTELIGENTE
Conocíamos a Louis Garrel como actor. De muy jovencito,
tuvo una oportunidad sin igual cuando nada menos que Bernardo Bertolucci lo
convoco para hacer el papel de Theo en Los Soñadores (2003). Los años pasan, Garrel
se consolida como actor, en 2008 comienza a filmar cortos, y en 2015 debuta con
un largo que se llama Los Dos Amigos (que no fue estrenado en Argentina). Ahora
nos llega con su segunda obra: Un Hombre Fiel, que escribe, dirige y actúa. El
film es presentado en el BAFICI 21 y es galardonado con el premio al Mejor
Director de la muestra Oficial.
Un Hombre Fiel es una comedia muy meritoria. Bien escrita,
mejor dirigida, trata sobre la precariedad actual de las relaciones amorosas.
Es una comedia típicamente francesa, que hace recordar al cine de Francois
Truffaut y particularmente a su serie sobre la pareja y el amor donde a través
de 5 películas describía las vicisitudes de Antoine Doinel (interpretado por el
inolvidable Jean-Pierre Leaud) en distintas etapas de su vida en la que ya
aparecían signos de una sociedad en cambio.
El personaje de Abel que el propio Garrel interpreta en la
película, es un hombre típicamente enamorado que sucumbe siempre ante el poder
del capricho de su mujer. Ella es la que decide todo. Cuando se va a vivir con
él, cuando se separa de él, cuando vuelve a él, y así sucesivamente a lo largo
de unos cuantos años. Una especie de varón domado que siempre termina haciendo el
deseo de ella.
El film de este notable joven realizador francés, no hace
otra cosa que dejar ver la precariedad de las relaciones amorosas de esta
época, donde todo parece ser fugaz, pasajero, y hasta caprichoso. Un tiempo donde
el compromiso no existe, la libertad de las relaciones es solo aparente, la
crianza de los hijos poco tiene que ver con el sentido de la familia, y los
roles de los padres se subordinan a los propios deseos, objetivos, y
posibilidades personales de cada integrante de la pareja.
Los aciertos de Garrel en esta observación de la vida
amorosa moderna son muchos. La vida de sus personajes es una vorágine que
transcurre en medio de acontecimientos que parecen ser todos pasajeros, ninguno
de trascendencia ni fundamental para la vida de cada uno. Las decisiones
importantes de sus vidas parecen formar parte de una sucesión de hechos cuyo objetivo
o final no importara. Es como que todo da igual y solo se privilegiara la
satisfacción del momento.
Bajo estas premisas, la idea de futuro parece desaparecer
en virtud de vivir el hoy como si eso fuera un todo y no existiera un mañana.
El film se transforma en un fresco sobre las relaciones pasajeras, vínculos que
no buscan estabilidad ni perdurabilidad amorosa.
Relatada con mucho ritmo, con algunos rasgos que recuerdan
al vodevil francés, con personajes correctamente delineados, tiene la virtud de
ser un exponente fiel de una comedia de época. El comportamiento de sus
personajes refleja muy bien con el concepto actual de sociedad liquida, donde
se da por terminada la vinculación emocional sólida que generaban nuestros
abuelos dando lugar a matrimonios para toda la vida, lugares de trabajos
estables, y metas materiales posibles como ser propietario de una casa. En cambio,
la sociedad a que se hace referencia, genera una idea de cambio constante,
transitoriedad absoluta, desvirtuando valores tanto educativos como culturales
y económicos.
No solamente bien escrita y dirigida, la película resulta
simpática y amable, muy entretenida y cuando el film termina, el espectador
concluye que no ha visto un mero entretenimiento sino una película que alcanza
una profundidad notable en la descripción de los tiempos que estamos viviendo.
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