¿DÓNDE ESTÁS?
El éxito de “Elvis”, la película que el año pasado ha
vuelto a recordar al gran cantante que marco toda una época con baladas muy
inspiradas durante la posguerra, ha generado una secuela, esta vez focalizada
en la vida de su esposa.
Priscilla tenía 14 años cuando conoció a Prestley. Se casó con él en 1967, el matrimonio
tuvo solo una hija, y solo duró 5 años, al fin de los cuales, se separan en 1972, pare divorciarse
definitivamente 1973.
La película se concentra en la vida de la mujer del
ídolo, en la gran soledad que siente cuando
él emprende sus giras artísticas y comienza a pasar largo tiempo fuera de su
casa.
La diferencia de edad entre los componentes de la pareja y
sobre todo la cantidad de ausencias hogareñas
son también generadas como consecuencia de su momento de fama e idolatría,
provocando una distancia adicional que con el tiempo comienza a desgastar la
relación tanto íntima como de pareja y termina en el divorcio de ellos.
El film se focaliza en aquellos momentos de soledad en
los que Priscilla se siente lejos de su marido, lo cual desgasta el matrimonio,
pero sobre todo genera una soledad que no soporta la idolatría de la pareja al vivir
solitaria por los largos periodos de tiempo que insumen dichas giras.
Algo repetitiva, a medida que pasan los minutos, comienza
también a desgastar la paciencia del espectador dado que nada es peor que el
aburrimiento que soporta Priscilla, la cual pasa largas horas en la cama
simplemente acostada mirando el techo o dándose vueltas en la cama.
Si bien la película funciona como un caso clínico sobre
la incomunicación y la depresión de la mujer de un hombre exitoso, lo cierto es
que para la mayoría del público, el film es rechazado dado que no entretiene
demasiado, mostrando solo las consecuencias de la vida en soledad, donde no se
encuentra un equilibrio entre vida artística y privada.
No obstante ello, hay por parte de Sofía Coppola, una
intención positiva de reflejar la vida tal como una pesadilla en medio del
éxito, una especie de infierno que lleva a sentir un mayor aislamiento
La actuación de Cailee
Spaeny es sobresaliente toda vez que transmite su angustia y desesperación ante
la tristeza que despierta el éxito de su novio. La película está basada en esa melancolía,
por lo tanto, poco puede agregarse del resto del elenco. Asimismo es excelente
la fotografía llena de claroscuros que subrayan el sufrimiento de la
protagonista.
La película refleja
indirectamente el costo de la vida exitosa de un ídolo. Está bien hecha, es interesante,
algo repetitiva pero sobre todas las cosas es creíble, dibuja acertada y
despiadadamente la otra cara del éxito, aquella que no se paga en dólares sino
con la perdida de los sentimientos más íntimos