miércoles, 8 de noviembre de 2023

HIPNOSIS, ARMA INVISIBLE de Robert Rodríguez

UN BOND ARRODRIGUEZADO

Ben Affleck, en una actuación muy sólida que carga con todo el peso de la película, interpreta a un policía que es atacado mediante el secuestro de una de sus hijas. La trama, de por si complicada, se va desvaneciendo a medida que avanza. Con el propósito de recuperar la niña, el policía se sumerge en un mundo de conspiraciones mientras la película cae inexorablemente hacia la nada.

 A partir de lo narrado, aparecen otros temas: la realidad virtual, la tecnología, la lucha del poder, la capacidad de controlar al individuo, la existencia de mundos paralelos, lo cual conduce al film hacia un divague que termina por despistar al espectador.  

No hay duda que Rodríguez es un gran admirador del maestro Alfred Hithcock. Por otra parte, como autor, no se priva de nada y se da todos los gustos. En este caso, asume diferentes roles: dirige, produce, escribe, fotografía y edita su film. No obstante, queda en deuda con el público. Necesita ordenar el material que maneja.

Inspirado por el maestro del suspenso, el director desarrolla un thriller de características imprevisibles. Danny Rourke, protagonizado por Ben Affleck, es un detective que ha perdido el equilibrio emocional, afectado por la desaparición de su hija. Trata de superar el mal momento mientras investiga una serie de robos bancarios encontrando una pista que podría conectar ambos casos.

El film resulta una mezcla de drama con ciencia ficción que sumerge a su protagonista en una investigación que resulta un laberinto tornando al film confuso y de difícil seguimiento. No obstante, la cosa se complica más cuando nuestro héroe acude a una psíquica.

Allí la película pega un giro y el protagonista principal comienza a ser perseguido por un policía, el cual podría poseer la clave para encontrar a la niña. Consecuencia de ello, se sumerge en su subconsciente terminando en un estado de alteración, donde el cielo y el piso se espejan, dando al protagonista la posibilidad de cambiar la realidad, borrar los malos recuerdos y alterar la historia.  

Se trata de una fantasía que intenta ser real. En consecuencia, termina abrumando y perdiendo el interés que a priori despertaba. Y su mayor desequilibrio queda en la necesidad de explicar una historia sencilla  complicada innecesariamente.

A esta altura del relato, el film ya se ha disparado como una luz de bengala. De todas maneras, entretiene, está bien actuado y fotografiado, pero su transcurrir resulta confuso, sin ninguna necesidad de serlo. Es decir, tiene fallas narrativas que podrían haber sido subsanadas simplemente explicando mejor la presentación de los personajes principales. 

No obstante, entretiene, y si quedan dudas sobre su final, el personaje de la “hipnótica”, se encarga de explicitarle a Danny y a los espectadores, lo necesario para que nadie quede con dudas al respecto.

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