miércoles, 17 de agosto de 2016
RAMS de Grimur Hákonarson
DOS HERMANOS Y OCHO OVEJAS
El cine islandés es un cine casi desconocido en Buenos Aires. No obstante ello, los avances y mejoras en la distribución y en las salas del cine de arte en Argentina ha permitido que el año pasado se presentara una muy buena e interesante película, tal como "Of Horses and Men" de Benedik Erligsson. Y este año, para no ser menos, nos ha llegado una film que ha causado cierto encanto en Europa. Se trata de "Rams", de Grimur Hákonarson.
"Rams" es la tercera pelicula de este director islandés que proveniente del cortometraje, debutó en el largometraje en 2010 con "Sumerlandio", que al igual que su segundo largo, el documental "A Puro corazón", no fueron distribuidos en Argentina. Como consecuencia de ello, Hákonarson, con ésta, su tercera pelicula, hace su presentación en las pantallas de arte porteñas. "Rams" es una historia simple, bien contada, sobre la relación de celos, envidia, represiones, y antiguos rencores entre dos hermanos que se dedican a la cría de ovejas en las tierras altas de Islandia.
Hákonarson describe minuciosamente la relación entre los dos hermanos, con un humor agridulce planteándose una fábula muy parecida historia a la bíblica de Abel y Caín, en la que al igual que "Of Horses and Men" aparece fuertemente esa relación entre el hombre y su tierra, y el contacto estrecho con la naturaleza, en la que no es ajena un entorno de vecinos lejanos con los que forman una pequeña comunidad dedicada a la crianza de ovejas y la producción lanar, con las que comparten problemas y enfermedades de los ovinos, anhelos de mejoramiento lanar, y fiestas y concursos alusivos.
Gummi es el hermano mayor. Kiddi el menor. Viven compitiendo y peleando por la calidad de sus carneros, uno en frente de otros, pero respetan los límites de sus parcelas, rigurosamente marcadas por empalizadas y alambres. La rivalidad prevalece entre ellos, pero hay en Gummi una especie de sentimiento de protección hacia su hermano menor ejercido como una especie de mandato familiar que de alguna manera los une. La comunidad que los contiene, más allá de las lejanas relaciones, significa la existencia de límites y reglas a respetar. Al promediar la pelicula ocurrirá un acontecimiento que hará que los hermanos vuelvan a encontrarse y achicar posiciones, pero estarán frente a la necesidad de violar normas impuestas por esa misma sociedad. Emigraran, entonces, hacia tierras más altas para salvar a sus ovejas. En los Highlands, paradójicamente, encontrarán que allí solo rigen las leyes de la naturaleza y su rigor es determinante. Como consecuencia, solo les quedará someterse a ellas.
Multipremiada en el Festival de Valladolid, España, se hizo acreedora de la Espiga de Oro a la Mejor Pelicula del Festival, del Premio Pilar Miro a un Nuevo director, y del Premio de la Juventud en dicho Festival . Por otra parte, fue una de las seis película nominadas a Mejor Pelicula Europea de 2015.
sábado, 13 de agosto de 2016
FUOCOAMMARE de Gianfranco Rosi
Gianfranco Rosi es un director italiano nacido en 1964 en Eritrea, ex Etiopía, colonia italiana. Rosi no es un director común. Sus filmes abrevan en el cine documental, pero Rosi no responde al modelo tradicional de imágenes acompañadas de un discurso de tipo social sino que sus películas son narradas a traves de personas de la vida real a los cuales la cámara sigue y relata sus peripecias. Como consecuencia de ello, sus filmes tratan de historias verídicas. El cine de Rosi es abierto. Su mirada es objetiva aunque siempre pase por la visión de alguno de sus personajes reales.
En 2013 Rosi se alzó con el premio mayor en Venecia con "SACRO GRA", una serie de historias entrelazadas que ocurrían en torno al tránsito por el anillo circular de Roma, o una avenida de 68 km de largo que circunvala la capital italiana. La visión del filme era lo más alejada posible de la Roma histórica, o la de las tarjetas postales, transformándose en un gran testimonio sobre la marginalidad y la soledad de las modernas urbes de la sociedad de consumo.
Ahora nos llega "Fuocommare", o "Fuego en el Mar", que toma el título de una canción de Giuseppe Fragapane que una oyente pide a la radio para que la escuche un marino en medio del mar. Es que el cine de Rosi, si bien despojado, es un cine profundamente humanista. En esta, su última obra, también ganadora del Oso de Oro en Berlín 2016, se focaliza en dos historias. Una individual y otra colectiva. Ambas transcurren en el mismo lugar: Lampedusa, el punto más meridional de la Italia continental, punto que concentra la mayor cantidad de entrada de emigrantes africanos que escapan de las continuas guerras tribales que afectan al norte de dicho continente.
Por un lado, narra la historia de Sammuele, un niño de Lampedusa que vive una bucólica vida campesina rodeada del afecto de su abuela y su tío pescador. Nada se sabe de sus padres, pero Sammuele es una especie de hombre niño que alejado del mundanal ruido de la ciudad crece en perfecto contacto con la naturaleza, concentra su vida en sus estudios escolares (una escena de la pelicula es una antológica clase de inglés), y tiene una estrecha relación con sus médicos, quienes lo cuidan tanto como su abuela. Pero todo ello no es más que la falsa máscara de un pueblo muerto en vida, donde claramente escasea el trabajo más allá de la pesca dado que los campos yermos rodeados de colinas siquiera dan lugar a la explotación minera o agropecuaria.
Como contrapunto de ello, las imágenes marítimas muestran las barcazas repletas de emigrantes que pagan fortunas por un viaje indeseable y que al llegar a Italia, si bien se les da amparo, reciben una fría bienvenida de carácter burocrático por parte de las autoridades aduaneras que no es otra cosa que la contraparte de la dura vida que les espera.
El cine de Rosi muestra una realidad. No da soluciones sino que plantea problemas sociales. La dura vida de los pescadores de Lampedusa, vis vis, la posibilidad del agrandamiento del problema originado por la entrada de los emigrantes, muchos de los cuales son portadores de enfermedades, incluso incurables. En medio de esa difícil situación socio economica, aparecen pequeñas luces de humanidad que generalmente están dadas por el amor al prójimo. Situaciones individuales emergentes del cariño familiar, el altruismo de médicos y enfermeras, el respeto de funcionarios aduaneros y poco más. La visión general no deja de ser la de una desesperada evasión hacia un páramo desolado, donde no solo no existe trabajo sino que apenas subsisten los que lo habitan y apenas mantienen una esperanza aquellos soñadores que divisan un fuego muy lejano en medio del mar. Tan solo una ilusión, un sueño.
Contada con cierto humor que tiende a la negrura, tal vez para negar tanta soledad y tanta miseria, tal vez para dejar abierta una luz de esperanza, se impone con influencias de tragicomedia a la italiana, donde el humor y la inocencia de sus personajes aparece solo en su superficie. Más allá de eso, es atravesada por la preocupación que genera un futuro que parece tan yermo como pequeñas las posibilidades de esos pobres barqueros que se han hecho a la mar en busca de un destino alentador para sus pobres y miserables vidas. "Fuego en el Mar" es, sobre todo, una pelicula para pensar y reflexionar.
sábado, 6 de agosto de 2016
JASON BOURNE de Paul Greengrass
EL FIN DE
LA INTIMIDAD
Jason
Bourne nace de la pluma del afamado escritor americano Robert Ludlum
(1927-2001), muy bien conocido por sus novelas de espionaje, muchas de la
cuales fueron llevadas al cine con gran suceso: "The Osterman
Weekend", dirigida nada menos que por Sam Peckimpah, "Holcroft
Covenant", dirigida por John Frankenheimer, fueron algunos de sus éxitos
cinematográficos. Pero Bourne, un personaje que da lugar a una serie de
novelas, nace en los últimos años de la vida del autor, y ve la luz cinematográfica solo después de la
muerte. Paradójicamente, Ludlum nunca pudo imaginar el éxito que tendría la
saga en el cine. Su personaje, hijo de
un agente de la CIA, sufre memoria traumática y desconoce su identidad. Ha sido
entrenado para matar y sobrevivir en cualquier ámbito, pero a su vez, tiene
conciencia y remordimientos. Es un ser solitario que en el fondo de su alma, no
es más que alguien en busca de su padre.
En 2002, la
pareja de productores americanos Frank Marshall y Kathleen Kennedy deciden
comprar para Universal Pictures los derechos de las tres novelas que Ludlum
había escrito sobre Bourne, y contratan a Doug Liman, un especialista en cine
de acción, para que dirija la primera de esas novelas (The Bourne Identity). Liman
realiza un trabaja sumamente artesanal y el film, si bien entretenido, no
reporta el éxito esperado.
No obstante
ello, en 2004, la dupla Marshall/Kennedy decide redoblar la apuesta, y para la
segunda novela (The Bourne Supremacy) contratan a un nuevo director, el inglés Paul
Greengrass, quien asume la dirección de la serie y la transforma en un éxito
cinematográfico inesperado, que prácticamente coloca a su protagonista, el
actor Matt Damon, al borde del estrellato. Alentado por este éxito, Greengrass,
un director graduado en Cambridge, proveniente de la televisión británica y del
cine documental, pero dotado de una notable experiencia, revitaliza la serie,
da mayor cuerpo dramático al personaje y logra una pelicula de acción que pone
a "Bourne" en la historia del cine de acción y del subgénero de espionaje.
Pero habría que esperar hasta el tercer capítulo para encontrar la obra maestra
del género: "The Bourne Ultimátum" (2007), donde Greengrass realmente
no solo maneja, entiende al personaje sino que transforma la pelicula en un
masterpiece de suspenso, generando 4 escenas de persecuciones realmente
antológicas que terminarán haciendo escuela en la historia del cine de acción.
El secreto de Greengrass fue que cada escena de acción estuviera orientada
hacia una clave. La acción estaba dominada por la persecución. Y esa
persecución esta signada por el suspenso. Cuando el personaje llegaba a un
objetivo, develaba algo critico de la historia, y la continuación estaba dada
por la persecución de una nueva clave. A mi modo de ver, el mejor ejemplo de
ello es la persecución de Bourne en Londres cuando llega a Victoria Station.
En la
cuarta película de la serie, ocurren dos cosas: 1) Ya no hay más novelas que
filmar. En consecuencia, se arma un guión en base al personaje original. 2)
Damon se niega a un cambio de director. No obstante ello, la dupla
Marshall/Kennedy sigue adelante y contratan a Tony Gilroy para escribir el
guión y dirigir la pelicula, y a Jeremy Renner para asumir a un nuevo agente de
la misma camada de Borne. El film
resulta correcto y da crédito para seguir la serie.
El año
pasado, Marshall/Kennedy vuelven a la carga y convencen a Greengrass para que
regrese al proyecto. Ya no están ni las bases literarias de Ludlum ni los
guiones de Tony Gilroy. Lo hace de la mano del editor Christopher Rose, con
quien ya había trabajado en otras dos excelentes películas: " Vuelo 97",
sobre el ataque aéreo a las Torres Gemelas, y "Capitán Philips", sobre
el secuestro por parte de terroristas islámicos de un barco mercante en las
costas de Somalia. Pero esta vez, el resultado no será el mismo.
"Jason
Bourne", la quinta pelicula de la serie, suena ajada, manoseada, como cosa
ya vista. El personaje central ya no tiene mucho para descubrir y su orfandad
ha pasado a ser más un problema de la CIA que de sí mismo. O sea, el factor
dramático ha desaparecido. Bourne ahora es perseguido sin piedad durante toda
la película. En consecuencia, el film todo se trasforma en una gran persecución
de la cual Greengrass trata de sacar el mayor jugo posible, pero al carecer de
un factor dramático que lo sostenga, el interés del film decae rápidamente.
Está claro
que Greengrass no se dará por vencido fácilmente. Su obra vuelve a ser un nuevo
modelo de cine de super acción porque no solo hace añicos cuanta cosa pasa por
delante de su cámara, sino que en la sala de montaje, hace añicos lo filmado, remontándolo
y dándole al film una velocidad inusitada, que disipa todo interés por el
personaje o incluso el argumento para que el espectador se concentre y disfrute
de un espectáculo puramente sensorial, basado simplemente en la acción y en sus
imágenes.
Como consecuencia de ello, la problemática que
plantea "Jason Bourne", es la de una CIA, y unos genios
cibernéticos totalmente ocupados en desarrollar un sistema espía que puedan
interiorizarse en nuestras vidas y espiarnos
a través de nuestros celulares, computadoras y tablets, pasará rápidamente
de lado arrollada por la acción vertiginosa que despliega Greengrass. Una
verdadera pena, porque deja de lado una reflexión inexorable que al fin y al
cabo plantea la película y que implica
que el fin de la intimidad ha llegado. Todos podemos ser espiados. Cientos de
computadores nos siguen a lo ancho y a lo largo del mundo para saber dónde
estamos, quiénes somos, qué gustos tenemos, cuáles son nuestros amigos, que
opinamos, a quiénes amamos, a quiénes odiamos, cuáles son nuestros hobbies, qué
tipos de mujeres o de hombres nos agradan, qué tipo de comida preferimos, qué
ropa usamos, qué libros leemos, qué películas vemos, dónde nos gusta
vacacionar, etc.
Tal como en
1974 Francis Ford Copola nos lo
preanunciaba en "La Conversación", con una visión anticipatoria asombrosa, el
espía era el espiado. Ahora, nosotros, meros espectadores, seremos los espiados, nuestro derecho a la intimidad,
vulnerado y el principio a nuestras libertades básicas, brutalmente avasallado.
jueves, 4 de agosto de 2016
SANGRE DE MI SANGRE de Marco Belocchio
PODER Y
RELIGION
El cine de
Marco Belocchio nunca fue fácil. Sus historias siempre críticas de la burguesía
adinerada, en las cuales predominan el ansia de dinero a la par de un fuerte
sentimiento religioso y un grado de alienación permanente en sus personajes ha
sido la característica principal de este italiano iconoclasta que desde "Con
los Puños en los Bolsillos, 1965", pasando por "Con el Diablo en el Cuerpo, 1986",
la extraordinaria "Vincere, 2009", hasta la recientemente estrenada
"Sangre de Mi Sang5e, 2015" se ha mantenido fiel a sí mismo y a todos
los dogmas fundacionales de toda esa generación de grandes cineastas italianos
nacidos a luz de esa obra emblemática que fue" La Dolce Vita" de
Federico Fellini en 1960.
Nacido en
Bobbio hace 78 años, ex marxista y militante del Partido Radical, en 2006
presentó su candidatura a diputado por el partido "Rosa en el Puño", el
cual apoyaba al partido Socialista italiano. Abrevando en estas fuentes, su nueva
película transcurre íntegramente en Bobbio, su lugar en el mundo, desde donde
su visión se amplia y le permite reflexionar sobre el poder, la religión y los
nexos existente entre ambos temas.
"Sangre
de mi Sangre" narra dos historias que se relacionan ente si a través del
lugar común donde transcurren y el tema del vampirismo que ronda ambas
historias. Porque esa vampirización, si bien simbólica, no es otra cosa que la
idea de quien le chupa la sangre a otro. Y esa idea es central en las bases del
marxismo y visión de la lucha de clases, ellos es la tajante división de la
clase obrera y la clase campesina frente a los terratenientes que ostentan el
poder en el Medioevo, o la burguesía capitalista en los tiempos pos industriales.
La de aquellos que viven trabajando por un plato de comida para que las plusvalías
sean acumuladas por sus patrones. O los nuevos ricos de hoy en día que hacen
gala de su dinero frente a enormes masas
de seres humanos que aún permanecen en la miseria más absoluta.
En la
primera historia, dos hermanos están enamorados de una misma mujer. El hermano
mayor se suicida sospechado por el embrujo de la amada. El menor acude al
convento donde han ocurrido los hechos con
el propósito de evitar que el cuerpo de su hermano sea enterrado en suelo
profano. Puede haber una excepción: que la novia del difunto, confiese un pacto con Satanás. En la segunda
historia, un inversor ruso llega a Bobbio con la intención de comprar el
edificio de la prisión, propiedad de un Conde vampiro que despierta con dolor
de muelas y que termina en el consultorio de un odontólogo amigo que le extirpa
un colmillo. En este segundo cuento, el absurdo se apodera de la trama y de la
película. Pasado y presente comienzan a fundirse uno en el otro, y el film
comienza a transformarse en un gran fresco sobre la alianza siniestra entre la
clase dominante y la iglesia a través del paso del tiempo. El pequeños mundo
del pasado donde los roles estaban perfectamente definidos, se vuelve cada vez
más difuso. Los nobles dejan de serlo y aparecen los nuevos ricos que no pueden
justificar su riqueza. Un tufillo burlón se apodera de la película y los grandes
temas de Belocchio resucitan conformando un fresco de niveles un tanto
desproporcionados.
Sangre de
mi Sangre no es el mejor film de Belocchio pero si es un Belocchio en estado
puro. La explotación de clase a traves de los tiempos, la alienación enajenante
de la sociedad de consumo, la corrupción de poder, la falta de comunicación de
unos y otros, el delirio en que viven sus personajes siguen siendo temas
actuales que por su tratamiento demuestran que el cineasta italiano está vivo y
aún gozando de su plenitud creativa. En su ciudad natal, acompañado en la
actuación por sus hijos Pier Georgio y Elena, y su hermano Alberto, realiza esta
película que le hace honor a su titulo. Pero Belocchio nunca ha sido un director
de fácil digestión. Su obra es compleja, y como en las otra obras citadas, se
interna en lo más profundo y lo más oscuro del ser humano: sus creencias, sus
miedos, su ansia de poder, la arbitrariedad de sus leyes, la capacidad de ejercer
la decisión sobre la vida o la muerte de sus semejantes.
Técnicamente
deslumbrante, muy bien actuada, sonorizada, musicalizada y fotografiada, es tal
vez una de las obras más inquietante e interesante que se ha estrenado este año en Buenos Aires, y que demuestra la
absoluta vigencia de su director, a esta altura, un verdadero autor, un gran
maestro del cine italiano.
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