miércoles, 23 de junio de 2021

NOMADLAND de Chloé Zhao

 UNA ANGUSTIA EXISTENCIAL

Chloé Zhao es una joven directora china que incursiona por primera vez en el cine americano y Nomadland es su tercer largometraje.  Sus dos obras anteriores, no vistas en Argentina, como así también cinco cortometrajes, sin duda han sido para ella una fuente de aprendizaje enorme que ahora le permites realizar un film tan adulto como perfecto en sus aspectos técnicos y especialmente narrativos.

Nomadland muestra la angustia existencial, un malestar que origina en el ser humano un sentimiento de vaciedad, una carencia de motor, de rumbo y de energía o motivación, es decir, la falta de deseo. Lo hace en términos cinematográficos puros (imagen y sonido), mostrando la situación límite a la que llega una persona, con suma delicadeza y pulcritud. Ello sirve de marco para narrar un episodio en la vida de Fern (una actuación extraordinaria de Frances McDormand). Ella es una mujer mayor que acaba de quedar viuda. Con familiares lejanos a los que no puede ver, y tan solo un trabajo poco interesante en un gran tienda minorista, decide vender todos su bienes, comprar una van, y tomar un camino hacia ninguna parte.

Posiblemente inspirada en los hippies de Easy Rider, una búsqueda de libertad fuera de toda legalidad, el hipismo otoñal de Fern aparece prontamente tratando de escapar tanto de la tragedia como de la rutina diaria intrascendente, encontrando un camino que, lejos de la vida monótona de un ama de casa, la instala en la inseguridad de la aventura del día por día, donde encuentra otra gente en su misma situación aunque nada tenga que compartir , salvo algún utensilio culinario, dado que cada uno tiene un objetivo diferente, una diversidad de soledades donde solo puede encontrar el simple refugio.

Pero el cine de Chloé Zhao no se queda ni en un personaje ni en los demás. Su mirada es más profunda. Intenta y logra mostrar la otra cara de los Estados Unidos. Su personaje principal es  Fern. Una mujer que, luego de enviudar, decide llevar a cabo un viaje iniciático por Arizona, lejos de las grandes ciudades, por el interior más profundo de los Estados Unidos, radiografiando el alma americana. Un film que desde lo intimista alude a lo social.

De la mano de Zhao, McDormand, viaja en su vieja camioneta desde el encierro del duelo,  la pequeñez de su  mundo, y su sentimiento de insatisfacción hacia el descubrimiento de un país que lejos de mostrar abundancia y despilfarro, muestra la soledad y la indiferencia de aquellos que han desistido del “american way of life”, aquel sueño americano  que los Estados Unidos han intentado desarrollar una y otra vez, luego de finalizada la gran crisis de los años ´30.

La viudez, el duelo, la soledad, la búsqueda de una oportunidad laboral, pasan de la mirada individual a otra general. La idea del sueño americano comienza a desvanecerse para mostrar que la seguridad de las cosas no pasa por la abundancia de recursos ni por un estilo de vida sino por el equilibrio y el logro personal. Ello es lo que conduce a la satisfacción personal de lograr ser uno mismo. El camino alude  a una inconformidad permanente, la búsqueda y el encuentro de sí mismo.

La pintura austera de Zhao va de los particular a lo general con pequeñas pinceladas que va ahondando en el yo interior de los Estados Unidos volviendo al film en un relato de una aventura de carácter personal que parte de una desgracia individual, transita un estilo de vida comunitaria sin llegar a encontrar la satisfacción del encuentro y el compartimiento con el otro. La vida nómade, la búsqueda de un consuelo que no llega, y  la insatisfacción laboral que apenas da de comer constituyen una trampa que el individuo no llega a superar llevándolo una y otra vez a tropezar con la misma piedra. La soledad se vuelve una costumbre, un hueso duro de roer, una rutina. Una angustia que provoca malestar, un vacío, falta de energías o motivaciones donde impera la falta de deseo.

Obra personal, encolumnada en torno a una actriz capaz de generar una actuación extraordinaria, resulta un film inolvidable que deja al espectador no solo emocionado frente a la composición humana del personaje que interpreta Frances McDormand sino también reconoce el análisis socio económico que realiza la directora. Partiendo de la pérdida de un ser querido, el film abre un tajo profundo en la soledad de la protagonista alejándola de su grupo familiar a la vez que su derrotero permite mostrar la otra cara de los Estados Unidos, un endeble tejido socio económico cultural, e indagar en los problemas de la sociedad americana que, sobretodo, destacan el tremendo vacío existencial que genera la soledad de las grandes urbes cuando amenaza la vejez y la muerte se encuentra más próxima.

jueves, 17 de junio de 2021

VIDA PRIVADA de Tamara Jenkins

 CINE EN NETFLIX

CRECED Y MULTIPLICAOS

Sobre guión propio de la actriz y directora estadounidense Tamara Jenkins, y con la actuación de Paul Giamatti y Kathryn Hahn, sobresale en la programación de Netflix este largometraje americano, cabal exponente del cine neoyorquino, que se introduce con interés y sutileza en la vida de una pareja de clase media americana que orilla los 40 años de edad y padece de problemas de fertilidad, originando en ellos un sentimiento que va más allá de la necesidad de ser padres cayendo en una obsesión culposa por lo que sería el incumplimiento de un mandato divino que transforma sus vidas en un drama existencial.

Bordeando la tragicomedia, la directora describe con honestidad sin caer en efectismos, el calvario de una pareja que sufre al no poder tener un hijo. El guión se articula a través de una serie de escenas que describen situaciones dramáticas, constituidas por diálogos de la pareja con una serie de amigos  en las cuales la pareja  transmite su frustración procreativa colocando a sus personajes en situaciones que se complican cada vez más, al observar que el fracaso de sus intentos los hace sentir insatisfechos e  incompletos. En ese contexto, los actores destacan por su actuación naturalista, una característica propia del cine del Este.

El estado de desesperación que paulatinamente muestra la pareja refleja una cuestión particular a la vez que evidencia una necesidad de trascendencia, una búsqueda reproductiva que va más allá del capricho o el deseo insatisfecho sino una necesidad humana, una especie de mandato divino cuyo cumplimiento se ve complicado por un problema de salud: la infertilidad.

El film no solo interesa por la autenticidad con que narra los hechos sino porque  logra mantener a lo largo de su metraje un tono tragicómico que  describe un drama bajo la forma de una comedia costumbrista cuyo trasfondo toca una de las cuerdas más sensibles del ser humano.

En la película, “creced y multiplicaos” resulta un mandato divino que se transforma en una obsesión que como tal, enferma a los personajes, los sojuzga y los somete no dándoles posibilidad alguna de liberarlos. Consecuencia de ello, el acto de la sexualidad se vuelve en ellos un puro mecanismo de reproducción alejándolos de toda posibilidad del goce sexual. De esta manera, dicho acto se transforma en un deber más que en un derecho, una especie de obligación natural, a la vez, social, moral  y religiosa.

Ello trasciende a la pareja, reflejando esta necesidad en el deseo de quienes la rodean, generando alternativas que el film describe minuciosamente, yendo de la comedia al drama, donde en su punto medio, la tragicomedia otorga el marco necesario para que la pareja encuentre siempre un tercero dispuesto a ayudar, lo cual da lugar a crear un clima y situaciones que bordean el absurdo aunque esas cuestiones constituyan un objetivo de vida.

Cuando los tratamientos fallan, la desesperación de la pareja refleja un sentimiento de culpa donde la fertilidad no solo juega como una necesidad natural o un deseo personal o de satisfacción de la pareja sino como un mandato de carácter religioso, un objetivo de mantenimiento de la especie que va mucho más allá de los simples deseos naturales e instintivos de la reproducción humana o de las necesidades de la pareja.  

El film narra estas peripecias con fluidez, entreteniendo con diálogos simples pero profundos e interesantes,  desarrollando un tema que siempre mantiene actualidad. Asimismo, se nutre de las notables actuaciones de Giamatti y Hahn que protagonizan todas las escenas de la película donde prevalece la naturalidad, lo cual genera verdad y sostiene el interés del film permitiendo reflexionar sobre una cuestión que va más allá del drama de una pareja con problemas de fertilidad para hacernos pensar sobre la cuestión misma de la supervivencia humana.