UNA ANGUSTIA EXISTENCIAL
Chloé Zhao es una joven directora china que incursiona por primera vez en el cine americano y Nomadland es su tercer largometraje. Sus dos obras anteriores, no vistas en Argentina, como así también cinco cortometrajes, sin duda han sido para ella una fuente de aprendizaje enorme que ahora le permites realizar un film tan adulto como perfecto en sus aspectos técnicos y especialmente narrativos.
Nomadland muestra la angustia existencial, un malestar que origina en el ser humano un
sentimiento de vaciedad, una carencia de motor, de rumbo y de energía o
motivación, es decir, la falta de deseo. Lo hace en términos
cinematográficos puros (imagen y sonido), mostrando la situación límite a la
que llega una persona, con suma delicadeza y pulcritud. Ello sirve de marco
para narrar un episodio en la vida de Fern (una actuación extraordinaria de
Frances McDormand). Ella es una mujer mayor que acaba de quedar viuda. Con familiares
lejanos a los que no puede ver, y tan solo un trabajo poco interesante en un
gran tienda minorista, decide vender todos su bienes, comprar una van, y tomar
un camino hacia ninguna parte.
Posiblemente inspirada en los hippies de Easy Rider, una
búsqueda de libertad fuera de toda legalidad, el hipismo otoñal de Fern aparece
prontamente tratando de escapar tanto de la tragedia como de la rutina diaria
intrascendente, encontrando un camino que, lejos de la vida monótona de un ama
de casa, la instala en la inseguridad de la aventura del día por día, donde
encuentra otra gente en su misma situación aunque nada tenga que compartir ,
salvo algún utensilio culinario, dado que cada uno tiene un objetivo diferente,
una diversidad de soledades donde solo puede encontrar el simple refugio.
Pero el cine de Chloé Zhao no se queda ni en un personaje
ni en los demás. Su mirada es más profunda. Intenta y logra mostrar la otra
cara de los Estados Unidos. Su personaje principal es Fern. Una mujer que, luego de enviudar, decide
llevar a cabo un viaje iniciático por Arizona, lejos de las grandes ciudades, por
el interior más profundo de los Estados Unidos, radiografiando el alma
americana. Un film que desde lo intimista alude a lo social.
De la mano de Zhao, McDormand, viaja en su vieja camioneta
desde el encierro del duelo, la pequeñez
de su mundo, y su sentimiento de insatisfacción
hacia el descubrimiento de un país que lejos de mostrar abundancia y
despilfarro, muestra la soledad y la indiferencia de aquellos que han desistido
del “american way of life”, aquel sueño americano que los Estados Unidos han intentado
desarrollar una y otra vez, luego de finalizada la gran crisis de los años ´30.
La viudez, el duelo, la soledad, la búsqueda de una
oportunidad laboral, pasan de la mirada individual a otra general. La idea del
sueño americano comienza a desvanecerse para mostrar que la seguridad de las
cosas no pasa por la abundancia de recursos ni por un estilo de vida sino por
el equilibrio y el logro personal. Ello es lo que conduce a la satisfacción
personal de lograr ser uno mismo. El camino alude a una inconformidad permanente, la búsqueda y
el encuentro de sí mismo.
La pintura austera de Zhao va de los particular a lo
general con pequeñas pinceladas que va ahondando en el yo interior de los
Estados Unidos volviendo al film en un relato de una aventura de carácter personal
que parte de una desgracia individual, transita un estilo de vida comunitaria
sin llegar a encontrar la satisfacción del encuentro y el compartimiento con el
otro. La vida nómade, la búsqueda de un consuelo que no llega, y la insatisfacción laboral que apenas da de
comer constituyen una trampa que el individuo no llega a superar llevándolo una
y otra vez a tropezar con la misma piedra. La soledad se vuelve una costumbre,
un hueso duro de roer, una rutina. Una angustia que provoca malestar, un vacío, falta de energías o
motivaciones donde impera la falta de deseo.
Obra personal, encolumnada en torno a una actriz capaz de generar una actuación extraordinaria, resulta un film inolvidable que deja al espectador no solo emocionado frente a la composición humana del personaje que interpreta Frances McDormand sino también reconoce el análisis socio económico que realiza la directora. Partiendo de la pérdida de un ser querido, el film abre un tajo profundo en la soledad de la protagonista alejándola de su grupo familiar a la vez que su derrotero permite mostrar la otra cara de los Estados Unidos, un endeble tejido socio económico cultural, e indagar en los problemas de la sociedad americana que, sobretodo, destacan el tremendo vacío existencial que genera la soledad de las grandes urbes cuando amenaza la vejez y la muerte se encuentra más próxima.