jueves, 17 de junio de 2021

VIDA PRIVADA de Tamara Jenkins

 CINE EN NETFLIX

CRECED Y MULTIPLICAOS

Sobre guión propio de la actriz y directora estadounidense Tamara Jenkins, y con la actuación de Paul Giamatti y Kathryn Hahn, sobresale en la programación de Netflix este largometraje americano, cabal exponente del cine neoyorquino, que se introduce con interés y sutileza en la vida de una pareja de clase media americana que orilla los 40 años de edad y padece de problemas de fertilidad, originando en ellos un sentimiento que va más allá de la necesidad de ser padres cayendo en una obsesión culposa por lo que sería el incumplimiento de un mandato divino que transforma sus vidas en un drama existencial.

Bordeando la tragicomedia, la directora describe con honestidad sin caer en efectismos, el calvario de una pareja que sufre al no poder tener un hijo. El guión se articula a través de una serie de escenas que describen situaciones dramáticas, constituidas por diálogos de la pareja con una serie de amigos  en las cuales la pareja  transmite su frustración procreativa colocando a sus personajes en situaciones que se complican cada vez más, al observar que el fracaso de sus intentos los hace sentir insatisfechos e  incompletos. En ese contexto, los actores destacan por su actuación naturalista, una característica propia del cine del Este.

El estado de desesperación que paulatinamente muestra la pareja refleja una cuestión particular a la vez que evidencia una necesidad de trascendencia, una búsqueda reproductiva que va más allá del capricho o el deseo insatisfecho sino una necesidad humana, una especie de mandato divino cuyo cumplimiento se ve complicado por un problema de salud: la infertilidad.

El film no solo interesa por la autenticidad con que narra los hechos sino porque  logra mantener a lo largo de su metraje un tono tragicómico que  describe un drama bajo la forma de una comedia costumbrista cuyo trasfondo toca una de las cuerdas más sensibles del ser humano.

En la película, “creced y multiplicaos” resulta un mandato divino que se transforma en una obsesión que como tal, enferma a los personajes, los sojuzga y los somete no dándoles posibilidad alguna de liberarlos. Consecuencia de ello, el acto de la sexualidad se vuelve en ellos un puro mecanismo de reproducción alejándolos de toda posibilidad del goce sexual. De esta manera, dicho acto se transforma en un deber más que en un derecho, una especie de obligación natural, a la vez, social, moral  y religiosa.

Ello trasciende a la pareja, reflejando esta necesidad en el deseo de quienes la rodean, generando alternativas que el film describe minuciosamente, yendo de la comedia al drama, donde en su punto medio, la tragicomedia otorga el marco necesario para que la pareja encuentre siempre un tercero dispuesto a ayudar, lo cual da lugar a crear un clima y situaciones que bordean el absurdo aunque esas cuestiones constituyan un objetivo de vida.

Cuando los tratamientos fallan, la desesperación de la pareja refleja un sentimiento de culpa donde la fertilidad no solo juega como una necesidad natural o un deseo personal o de satisfacción de la pareja sino como un mandato de carácter religioso, un objetivo de mantenimiento de la especie que va mucho más allá de los simples deseos naturales e instintivos de la reproducción humana o de las necesidades de la pareja.  

El film narra estas peripecias con fluidez, entreteniendo con diálogos simples pero profundos e interesantes,  desarrollando un tema que siempre mantiene actualidad. Asimismo, se nutre de las notables actuaciones de Giamatti y Hahn que protagonizan todas las escenas de la película donde prevalece la naturalidad, lo cual genera verdad y sostiene el interés del film permitiendo reflexionar sobre una cuestión que va más allá del drama de una pareja con problemas de fertilidad para hacernos pensar sobre la cuestión misma de la supervivencia humana.

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