sábado, 30 de junio de 2018

AMIGOS POR LA VIDA de Francesco Bruni


TODO LO QUE QUIERAS

El actual cine italiano siempre ha visto los aspectos sociales con una mirada crítica. En los últimos años esa mirada se ha transformado casi excluyentemente en una mirada sobre la familia a través de la cual finalmente observa la conducta social.  Amigos por la Vida no es ajena a ello. Muestra cambios preocupantes en la sociedad moderna que afectan sin duda la unión familiar a la vez que resignifica el papel de nuestros mayores en la formación de nuestros hijos y nietos.

Estamos ante una historia de vida que nos relata el encuentro entre un joven socialmente perdido con una vida casi marginal y un anciano enfermo de Alzheimer. En principio, la película es un retrato de dos personas completamente opuestas, pero en una segunda lectura, es la historia del encuentro de dos hombres que se terminarán ayudando uno al otro.

La película es también un retrato de una parte de la juventud de esta época a través de la descripción de un grupo de cuatro amigos que son buenos para nada. Jóvenes desocupados que no tienen nada que hacer, que siempre están en grupo, se emborrachan y drogan, roban baratijas inservibles o comenten pequeños hurtos para zafar un par de días, o simplemente para molestar al prójimo.

Por otro lado muestra un cuadro de situación familiar cuyas características marginales da lugar a la descripción anterior. Casa con poco espacio. Muchacho que se crió sin madre (murió cuando el niño tenía dos años). Padre que vive de changas, ahora conviviendo con una mujer extranjera. Un cuadro de situación que describe serias necesidades económicas y afectivas.

El muchacho comienza a tomar conciencia que debe abrirse paso. Responde a un aviso en donde se necesita a un hombre joven que acompañe a un anciano enfermo. Ese anciano que padece Alzheimer es su opuesto en todo sentido. Es un hombre educado, un poeta que ha estado en la segunda guerra, ha sido profesor en la universidad y desde hace unos años está viudo de una mujer con la que convivió toda su vida.

El encuentro entre estas dos personalidades tan diferentes dará lugar un cambio radical en la realidad de ambos. Por un lado, el anciano volverá a recuperar parte de su vida perdida, y por el otro, el joven encontrará un referente, un hombre que ha llevado una vida y construido una obra, y que ahora puede predicar con el ejemplo.

Francesco Bruni, con una prolífica vida de guionista desde 1991 y con tres films como director, de los cuales este es el primero que se estrena comercialmente en Argentina, ha dirigido con la suficiente solvencia esta historia dándole un ritmo entretenido, logrando llamar la atención del espectador sobre los planteos tanto individuales como sociales que describe el film. Bruni pasa de la descripción de los personajes y de la situación social al cine de aventuras casi sin advertencias, y transforma al film en una especie de alocada road movie no exenta de honesta emotividad manteniendo siempre el equilibrio narrativo y el interés del espectador en lo que está narrando. La escena del joven y del viejo sentados juntos en un banco de una estación solitaria esperando la llegada de un tren local es absolutamente conmovedora. Es la imagen misma de dos almas que han encontrado un camino que paradójicamente significa el final del recorrido.

Destacan en la actuación Andrea Carpezano como Alessandro, el joven que toma conciencia, y Giuliano Montaldo en el rol del anciano Giorgio. Cabe acotar que Montaldo es, además, el gran director que en los ´70 dirigió tanto Sacco y Vanzetti como Giordano Bruno, dos películas italianas que recorrieron el mundo marcando el extraordinario momento del cine italiano de aquella época.

viernes, 29 de junio de 2018

JEANETTE, LA INFANCIA DE JUANA DE ARCO de Bruno Dumont


HAZTE LA FAMA Y ÉCHATE A DORMIR

Cuando un crítico de cine calificado dice “Lo fascinante del film es que hay pocos gags (el único comic relief es el tío rapero que aparece sobre el final), nadie canta ni baila demasiado bien, y así y todo, el relato funciona en forma integral está arriesgando una conclusión que carece de lógica.

Esa carencia se repite en otras críticas: Imaginen una fusión imposible entre la religión terrenal de Pier Paolo Passolini, el ascetismo de Robert Bresson y la hilaridad indomable de los Monthy Pitton, con el fervor religioso y sublimado de los movimientos de una niña que parece estar protagonizando una función de teatro escolar bizarro.

Finalmente, otro agrega con mucho tino: Todo el film es la confrontación de un dilema: saber que tiene que subordinar su existencia a una misión trascendente y a su vez temer no ser una buena intérprete de los pedidos de su creador.

Opiniones diversas que parecieran estar dirigidas al auto convencimiento más que a la orientación del espectador. No obstante, decido ir al cine y sacar mis propias conclusiones. Comienza el film y rápidamente se intuye el estilo Dumont. Paisajes amplios, cielos abiertos, interpretes amateurs, ritmo cansino. Pero comienzan a correr los minutos y el espectador se pregunta hacia dónde va este retrato de la infancia de Juana. Hay un aire provocativo, una versión personal y extrema de la historia. Pero la película se va transformando en una estudiantina preparada a las apuradas. Uno comienza a dudar si el que está detrás de las cámaras es o no es Dumont. La niña intérprete de Jeannette canta mal y baila peor. La cámara queda fija por media hora y la niña sigue sola hablando, cantando y bailando invocando al cielo. De tanto invocar, aparecen dos monjas, tal vez ángeles, que cantan y bailan aun peor que la niña. Nada de lo que sigue es mejor. 

Disparate tras disparate, la cámara sigue fija registrando lo que podríamos definir como una ópera rock mal hecha.  Mi esposa comienza a aburrirse como una ostra y saca un caramelo. Me convida porque sabe que sino como algo dulce en forma inmediata caeré en un sueño profundo. No obstante, el caramelo hace efecto y logro mantenerme despierto hasta el final. Ya nada logra sorprenderme. Todo es un sinfín de más de lo mismo de una historia conocida que en las manos de Dumont pretende alcanzar ribetes religiosos y filosóficos. Demasiadas pretensiones.

La película sigue y sigue sin levantar cabeza. Son 105 minutos interminables. Es quizás su peor película. A esta altura, hasta la música, un rock muy pesado y chillón me aburren hasta el cansancio. Pero aguanto hasta la palabra fin porque me interesa la opinión de los otros 4 espectadores que hay en el cine, que con suma educación, me contestan: No es lo que esperaba, o qué bajo cayó Dumont, o me aburrió sin atenuantes.

Llego a casa y releo las críticas. A mis críticos favoritos les ha fascinado este film. La mayoría de ellos han escrito críticas favorables, incluso uno de ellos, no solo hace un análisis interesante sino que también reportea al director.  Pero me llama la atención una cosa. Casi todos sin excepción, abren el paraguas. Es como que les gustó pero… Les pareció buena, encontraron hallazgos formales, profundizaron en lo religioso y sobre todo en el destino de una persona como Jeannette. Encuentran a su paso improbables influencias de Passolini, de Bresson y de los Monthy Pitton. Me avisan que se viene la segunda parte. Me dejan más despistado que antes de ver la película. Cosas del cine y de directores famosos. A veces uno no encuentra la sintonía exacta. Dice el refrán: Hazte la fama y échate a dormir.

domingo, 24 de junio de 2018

JURASSIC WORLD de J.A. Bayona


EL REINO PERDIDO

Cada vez que termino de ver una nueva entrega de la saga de Jurassic Park (esta es el quinto capítulo), vuelvo a sorprenderme saliendo del cine fascinado por lo que he visto. Con aire crítico podría decir que vi más de lo mismo. Sin embargo no es así. Cada capítulo de la saga, sobre todo estéticamente, es diferente al anterior.

En esta nueva versión, la novedad es que la trama transita hacia una situación de encierro. A diferencia de los guiones anteriores, este film no se desarrolla a cielo abierto y en pleno contacto con la naturaleza. El director español Juan Antonio Bayona, especialista en el género de terror y suspenso, responsable de aquel éxito llamado El Orfanato, ha sido el elegido para mantener la vigencia de la franquicia. Para ello, transforma al nuevo producto de la factoría Spielberg en un cuento de terror gótico. A diferencia de las anteriores entregas,  Bayona encerrará la mayor parte de las acciones en una enorme mansión habitada por solo 4 personas, una de ellas, la inquieta niña de 7 años nieta del anciano ricachón que aporta fondos para la manutención de la Isla Nublar. No faltará en el conjunto, la nodriza de la niña y el inescrupuloso secretario del anciano.

Otra consideración a tener en cuenta es que la discusión científica y los prejuicios morales relacionados con la clonación de células desaparecen del centro de discusión de ideas que se planteaba en las entregas anteriores. El aggiornamiento de la da discusión ahora conduce lisa y llanamente a la cuestión mercantilista. La clonación como un negocio que termina en una millonaria subasta de dinosaurios.

El Reino Perdido comienza de forma convencional siguiendo los lineamientos de las películas anteriores. Ante una erupción volcánica en la Isla Nublar, la científica Claire y el domador de dinosaurios Owen Grady parten hacia allí para tratar de rescatar y salvar los dinosaurios que la habitan, con especial interés de rescatar un ejemplar del Blue Raptor. Pero a partir de ello, los guionistas Colín Trevorrow y Derek Connolly comienzan a atrapar a los personajes en torno a diferentes situaciones de encierro. Esto le viene como anillo al dedo a Bayona, un director con mucho oficio en el género que aprovecha cada una de las situaciones que le sirve el guión permitiéndole un notable lucimiento personal dotando al film de una identidad particular sin dejar de respetar el modelo de la saga.

Bayona desarrolla el encierro en tres etapas: 1) El escape de los protagonistas de la isla, en la que introduce a los personajes en una esfera submarina que se transforma en una trampa casi mortal para ellos. 2) El viaje hacia el continente en un barco cargado de soldados y dinosaurios enjaulados cuyo destino los protagonistas desconocen, donde deben viajar escondidos como polizones. Y 3) El encierro en la mansión del millonario y benefactor Benjamín Lockwood, donde Bayona luce todas sus destrezas narrativas montando la escena de una subasta de dinosaurios totalmente surrealista que dota al capítulo de una identidad propia que definitivamente lo diferencia de la saga, donde las ambiciones materialista dan lugar al reino de la excentricidad de millonarios que pujan con millones de dólares para quedarse con un ejemplar clonado que destaque en sus zoológicos particulares.

Más allá de esos logros, las dos horas de duración del film se pasan volando porque básicamente estamos ante un entretenimiento en su estilo más puro. Y ello no es de extrañar dado que detrás de todo ésto se encuentra la inspiración de un maestro como Steven Spielberg, productor ejecutivo de la película. En el campo de lo nostálgico y del homenaje a una saga que cumple 25 años debemos destacar también dos aspectos: Hay dos apariciones de Jeff Goldblum como el Dr. Ian Malcolm y hacia el final, Michael Giacchino, autor de la banda sonora incluye en el tema principal una estrofa del tema musical de Jurassic Park de John Williams.

No obstante lo comentado, la saga mantiene vigente el mensaje de la serie en torno de que la vida busca a la vida, y si esa vida es una criatura agresiva, no importa dónde esté, se defenderá violentamente para preservarse. Existe un orden natural de las cosas que obliga a que toda manipulación genética debe realizarse con el debido respeto tratando de preservar ese mismo orden.

viernes, 22 de junio de 2018

CUANDO ELLAS QUIEREN (Book Club) de Bill Holderman


VOLVER A VIVIR

Reunir cuatro grandes estrellas del cine de los 70 (Jane Fonda, Diane Keaton, Candice Bergen y Mary Steenburgen), acompañarlas de otros cuatro galanes ahora setentones (Don Johnson, Andy Garcia, Richard Dreyfuss y Craig T. Nelson) e inspirarles una serie de romances bajo la influencia de la lectura de las 50 Sombras de Grey no solo es una proeza sino también la posibilidad de ver un dream team que sigue manteniendo sus grandes condiciones actorales y el carisma a pesar de los años transcurridos, y sobre todo, la capacidad de hacernos entretener.

La comedia no tiene otras pretensiones que transformarse en un canto a la vida, de rescatar la idea que cada uno la vive como mejor puede y que la vejez no es un obstáculo para ello, dejándole a un público en edad de jubilación un mensaje en el que siempre hay espacio para el amor y nadie está muerto mientras da pelea.

El director y guionista Bill Holderman, mantiene el equilibrio durante toda la comedia, acompaña a su elenco con buena música sin abandonar nunca el estilo de comedia y consigue hacernos salir del cine con una sonrisa en los labios.

martes, 19 de junio de 2018

MUERTE EN EL CAIRO de Tarik Saleh


LA NEFASTA CORRUPCIÓN

Muerte en el Cairo es una de esas películas que es más importante lo que sugiere que lo que dice. Lo que cuenta, es un episodio policial ocurrido en El Cairo, Egipto, días antes de ocurrir el movimiento social denominado La Primavera Árabe. Pero lo que sugiere es hacer un análisis de lo que se ve, es decir una compleja trama de corrupción que comienza en los escalones más pequeños de la carrera policial y se extiende hasta llegar a su cúpula, y se propaga por todo el sistema de poderes estatales hasta llegar al mismísimo presidente de la nación.

El film de Saleh es un policial clásico contado del lado de los procedimientos policiales con el propósito de esclarecer un crimen que se transforma en  una enorme denuncia al sistema de seguridad egipcio donde claramente la corrupción reina en forma descomunal a lo largo y a lo ancho de toda la institución, y que se presume hace metástasis, en un sistema de poder absolutamente corrupto que sin lugar a dudas tiene mucho que ver con los sucesos sociales que paralelamente se comenzaban a vivir en las calles de El Cairo en aquel mismo momento. Es uno de esos films donde no hay inocentes. Nadie se salva ni está libre de tirar la primera piedra.

Denominada en inglés The Nile Hilton Affair narra la investigación de un crimen que se cometió dentro del propio hotel internacional días antes de estallar la famosa Primavera de El Cairo, cercano a la Plaza Tahrir, en la cual se demandaba por Pan, Libertad y Justicia Social y donde se perdieron 45 vidas humanas en medio de una represión descomunal transformada en un infierno de gases lacrimógenos, piedras y balas de goma dando lugar a la caída del gobierno de Hosny Mubarak.

El notable film de Saleh tiene la virtud de mantenerse al margen de los acontecimientos políticos que signaron a La Primavera  Egipcia pero se transforma en una crónica policial que relata minuciosamente la investigación de un asesinato cometido en el Hotel Internacional a la par que va desnudando toda la maraña de corrupción existente en la policía de la ciudad que no es más que una parte, un brazo armado de la corrupción imperante en el régimen de quien caería días más tarde como consecuencia de aquella revolución.

El crimen del Hotel Hilton es intentado tapar por todos los medios sin que nunca el espectador llegue a conclusiones validas sobre el hecho policial, pero paradójicamente describe la telaraña de intereses creados que buscan tapar el crimen. Esto rompe con los convencionalismos del cine policial transformando el esquema narrativo, saliendo del quién lo hizo para ir al por qué lo habrán hecho a la vez que la película se transforma una investigación de carácter absolutamente personal.

Buscar referencias de un film tan personal como el del director sueco de origen egipcio Tarik Saleh se hace difícil. No obstante ello, podemos buscar algunas referencias en el cine de Martin Scorsese. Cuando el director norteamericano ganó su demorado Oscar como Mejor Director con The Departed (Los Infiltrados) se basaba en la remake de un famoso film coreano que se vio en video en Argentina denominado Internal Affairs, de Wai Keung Lau. En aquel film se desnudaba un poderoso sistema de corrupción policial que más tarde replicaría Scorsese para desnudar la enorme corrupción policiaca en la ciudad de Boston. Ahora, Tarik Saleh, el director sueco de origen turco, parece inspirarse en ambos films tanto en lo temático como en lo estético, realizando la aquí denominada Muerte en el Cairo, lanzando al estrellato a un actor libanes radicado en Suecia: Fares Fares como el Comandante Noredín Mostafa, que literalmente se roba la película.

El film de Saleh resulta una película entretenida e interesante. Un film que transita el género, utilizándolo como una estructura sobre la cual basa un discurso potente y veraz sobre la corrupción imperante en el régimen egipcio que a la postre no es otra cosa que la justificación de los sucesos ocurridos días después en Plaza Tahrir con el lamentable resultado de decenas de muertos. Los resultados obtenidos son óptimos. Por elevación, el film nos deja pensando en la corrupción imperante en nuestro propio país.

domingo, 17 de junio de 2018

JOEL de Carlos Sorín


LA CALIDAD Y LA CALIDEZ

Joel llega en un buen momento en el cual se están discutiendo temas socialmente importantes. El tema de la niñez desamparada, tangencialmente se relaciona con el abandono de niños, y ello no es ajeno a la discusión que tiene lugar en el Congreso de la Nación sobre la ley del aborto legal en Argentina.

La niñez desamparada también es un problema en Argentina. Los nosocomios que reciben a estos niños no siempre están preparados para este fin y además, aparecen problemas relacionados con la propia marginalidad social que padecen estos niños. En casos de niños que han superado la edad de la lactancia, y más aún cuando esos niños han sufrido situación de calle, tanto la instrumentación de soluciones como las decisiones y las condiciones de adopción se hacen difíciles de resolver.

La película de Sorín trata sobre una pareja que vive en el sur y que después de varios años de matrimonio y estériles intentos de embarazo toma la decisión de adoptar. Ellos desean un niño pequeño, pero el Estado les ofrece hacerse cargo de un niño de 9 años, que ha vivido parte de su infancia en un asilo y sus primeros años de su vida ha estado a cargo de un tío que ahora está cumpliendo una condena en prisión. Aceptan las condiciones y se someten a una prueba que durará 6 meses. Al cabo de ese tiempo, Estado y pareja decidirán la adopción definitiva.

Sorín vuelve a la Patagonia, más exactamente a un pueblo en Tierra del Fuego, cercano a la ciudad de Ushuaia. Trabaja el material con la mirada humanista que ha caracterizado toda su obra. Primero describe la pareja que quiere tener un niño. Él es un ingeniero forestal y ella una maestra de música. Se aman, se complementan, pero les falta ese hijo que desean. La adopción parece ser el camino perfecto a la solución de su problema.
Cuando llega el niño comienza un gran cambio en sus vidas relacionado con el proceso de adaptabilidad a la nueva vida. Primero porque hay un extraño entre ellos. Segundo porque ese niño no es un bebé. Tercero porque debe concurrir a la escuela. Y cuarto, porque en toda sociedad habitan prejuicios y estigmas.

Sorín asume la forma de un western clásico para narrar la aventura de esta adopción. La llegada del niño es la de un extraño que terminará provocando una gran agitación en el pueblo. Se trata del elemento hostil que hay que educar y someter a las leyes del pueblo antes que su prédica se vuelva subversiva. Es la llegada del forastero, el desconocido sin nombre, un enigma a resolver que en la realidad de nuestros días comienza en el burocrático proceso de adopción y termina en el difícil proceso de aceptación social por parte de la misma población, e incluso de los demás niños.

No carente de suspenso, Sorín maneja este material con la maestría y la sensibilidad que lo caracteriza planteando todas las dificultades de adaptación que este ser casi anónimo debe atravesar. Primero en la casa, luego en la escuela, y en el pueblo mismo. El film termina donde deberían comenzar las respuestas. Con mucho tino, deja planteada una serie de interrogantes que si bien tienen respuesta, están en su mayoría enquistadas en los prejuicios que tiene el propio espectador, la sociedad en su conjunto.

Estamos ante uno de los film más agudos, intensos, inteligente e incluso atrapante de un director que nunca subestima al espectador. Es también un gran retrato de una problemática social y particularmente de los problemas de inclusión que se sufren en nuestro país. Una hermosa narración que no solo tiene que ver con la adaptabilidad de un ser sino con el miedo que ese ser genera en el otro. Una parábola sobre el ser diferente. Esa cuestión que divide y produce grieta. Un film necesario de ver por su gran vigencia.

sábado, 9 de junio de 2018

EL ENEMIGO INTERIOR de Eran Kolirin


UN LLAMADO A LA REFLEXION

El Enemigo Interior es un muy interesante film israelí que puede ser analizado desde tres diferentes puntos de vista: 1) Los problemas íntimos de una familia en Israel, 2) La problemática de una sociedad no inclusiva, 3) Los actuales cambios que se producen en el mundo que afectan la producción y el trabajo.

El film trata sobre una familia que vive cerca de una colina, la cual opera como un límite con una comunidad palestina. David es un oficial de la fuerzas armadas israelíes que ha sido dado de baja presumiblemente por su edad. Tiene aproximadamente 45 años y está en un claro momento de cambio en su vida.  Acaba de encontrar un trabajo e intenta transformarse en un agente de ventas. Tiene una mujer algo más joven que él y dos hijos adolescentes. No parece un hombre feliz.

Los conflictos familiares operan a partir del forzado cambio de David al ser dado de baja de las fuerzas armadas. Formado bajo la rigidez militar lo cual implica disciplina y austeridad como forma de vida luego de haber servido muchos años en el ejército, su nueva forma vida totalmente hogareña lo encierra en una abulia que seguramente lo hace sentir un hombre derrotado. En un típico cursillo de ventas, David no se define ni como un hombre exitoso ni como un perro de presa. Está ante un cambio de trabajo forzado por las circunstancias que lo obligan a transformarse en un hombre distinto. Y eso le cuesta. Comienza a ser un hombre mayor. Un retirado del ejército. La familia toda no es ajena a ese cambio y cada uno de sus miembros está ante una intersección que conduce a caminos diferentes.

En un segundo plano, como marco de la historia, se refleja una sociedad que pretende ser inclusiva. En ese aspecto, la inclusión aparece como un tanto forzada, como si ninguno de los protagonistas se sintiera convencido u obligado a ello. Judíos y palestinos conviven en un mismo lugar, pero los palestinos parecen ciudadanos de segunda, confinados a tareas menores y a vivir en barrios aislados y de condiciones precarias. En el film ocurrirán dos crímenes, ninguno de los cuales será resuelto. Las victimas de ambos casos son jóvenes palestinos. Pareciera nunca sospecharse de un ciudadano israelí. No obstante ello, la desconfianza es un factor reinante en la sociedad y es de carácter mutuo. El amor entre la hija de David y un joven palestino debe atravesar dicha barrera para poder desarrollarse. Es casi una misión imposible.

En el tercer plano nos encontramos ante un mundo que avanza y cambia paradigmas. La salida del ejército del protagonista lo deja literalmente en la calle, en la intemperie. David no intenta siquiera realizar un trabajo relacionado con la seguridad. Busca una nueva vida a través de la venta aunque claramente se observa que nunca será un hombre de ventas. No tiene opciones. Si bien vive en su propio encierro, tampoco la sociedad le brinda alguna oportunidad. Israel no es ajena a los problemas contemporáneos.

Hacia el final de la película se observa a la familia feliz en el Anfiteatro de Cesárea disfrutando de un show musical. Los problemas de la familia parecieran haber quedado encerrados en la casa mientras sus miembros deciden pasar un momento de solaz y diversión. No obstante, algo queda inconcluso. Detrás de esa aparente felicidad de la familia unida y de la música que entretiene con alegría, sabemos que se esconden secretos y prejuicios muy difíciles de solucionar.

Es como si la mentira y el cinismo de una sociedad fueran los baluartes que se arrastran desde un tiempo pasado ignorando la necesidad de cambios que impone el presente, no solo por los diferentes vientos políticos del propio Estado sino también por el cambio global que avanza inexorablemente.

Tercer film del director, anteriormente realizó La Visita de la Banda (2007) y The Exchange (2011), de los cuales solo se vió en Argentina el primero de ellos, es una muestra más de las virtudes del nuevo cine israelí, un cine que está dando películas y series de televisión de notable calidad. Es un acierto también el título con que se presentó en Argentina que describe absolutamente un estado de situación que necesariamente plantea la necesidad de un profundo cambio a nivel individual para que esa misma sociedad pueda transformarse y permitir el desarrollo personal de cada uno de sus miembros.

OCEAN´S 8 de Gary Ross


LAS ESTAFADORAS

Después de la trilogía que Steven Soderbergh desarrolló entre 2001 y 2007 con George Clooney en el papel principal, Soderbergh viaja a Nueva York para producir una secuela absolutamente femenina y feminista en la cual se organiza y ejecuta un robo durante una noche de gala en el Metropolitan Museum de dicha ciudad.

Con guión y dirección de Gary Ross, un hombre que tiene en su haber uno de los guiones más exitosos del Hollywood (consolidó la fama de Tom Hanks en Quisiera Ser Grande), que en la dirección cinematográfica cuenta con éxitos como Pleasantiville (1998) y Los Juegos del Hambre (2012), y que ahora con la compañía de un elenco estelar encabezado por Sandra Bullock, Cate Blanchett, Anne Hathaway y Helena Bonhan-Carter entre otras, escribe y dirige este film que si bien no es una remake de los anteriores, feminiza la propuesta y hace honor al lema Ni Una Menos!!

La película resulta un film muy moderno, narrado con gran habilidad, pero carente de síntesis, sobre todo al principio, donde la presentación de los personajes y la planificación del robo, se toma más tiempo de lo debido provocando cierta monotonía en el relato. A partir que el robo se pone en marcha, el film adquiere un ritmo desenfrenado como si quisiera recuperar el tiempo perdido para llegar a un final que con una nueva vuelta de tureca, lo alarga innecesariamente.

Es claro que con semejante elenco de grandes y buenas actrices que componen personajes que le vienen a cada una de ellas como anillo al dedo y con una dirección que entiende de puesta en escena y sabe darle veracidad a los acontecimientos narrados, el film termina zafando y volviéndose simpático, aunque no logra convencer totalmente como propuesta porque Gary Ross como director elude deliberadamente tanto desde el guión como desde su dirección toda oportunidad de crítica social o justificación moral de los personajes. Por el contrario, el film se vuelve absolutamente glamoroso y totalmente fuera de la realidad. Las Estafadoras del título en castellano son 8 especialistas que viven una vida de novela, son totalmente profesionales en su trabajo, carecen de necesidades de cualquier tipo, y son capaces de aguantarse 5 años de prisión, salir de la cárcel y pasar la noche en el Plaza Hotel de Nueva York como polizonas, sin pagar un solo dólar. Una dignidad a toda prueba!!

Ocean 8 o Las Estafadoras tiene la virtud de no pretender otra cosa que ser un entretenimiento de casi dos horas y hacernos creer que todavía quedan ladronas glamorosas en un lugar igualmente glamoroso donde la pobreza parece no existir. Es uno de esos films que podemos ver como mero pasatiempo. Si esperamos algo más de ellos, solo saldremos defraudados del cine.

domingo, 3 de junio de 2018

LAS VEGAS de Juan Villegas


VOLVER A EMPEZAR

Una madre y su hijo adolescente llegan a Villa Gessell a pasar el fin de año. Se instalan en un edificio que se llama Las Vegas. Casualmente, por la tarde, llega al mismo lugar su ex marido acompañado por una joven colombiana con la que está viviendo un romance. El encuentro será inevitable.

Juan Villegas desarrolla una trama realista y amena, con una exacta pintura de los personajes, transitando con comodidad la comedia. No se trata de una comedia disparatada, tampoco es una comedia a la francesa sino más bien una comedia heredera de la comedia americana, aquella que tiene más que ver con el cine de Woody Allen que el de los grandes cultores de la comedia clásica americana. Particularmente rinde tributo a ese medio tono que tan bien transitan directores como Bill Murray, Jim Jarmusch, o los hermanos Cohen.

Es decir, estamos ante una comedia situacional. El director genera una serie de sketches donde la exacta pintura de los personajes y las buenas actuaciones de todo el elenco contribuyen a construir un apropiado clima donde impera la gracia, el buen gusto, y el buen entretenimiento.

La virtud de Villegas radica esencialmente en haber logrado un guión bien estructurado que al llevarlo a la escena fluye sin tropiezos narrativos. Es notable lo que ha avanzado el director en la puesta en escena. En Las Vegas no se observan puntos muertos, ni baches narrativos, ni largos momentos de silencio como tampoco una comedia disparatada o absurda tal como nos tiene acostumbrado nuestro mal criado cine nacional a la luz de muchos films franceses de la década del 60. Por el contario, Villegas realiza un film con una historia bien contada con personajes que van y vienen, se cruzan y desarrollan acciones compatibles con el momento que están viviendo, lo cual dará lugar al nacimiento de un par de historias de amor de seres comunes que disfrutan de unas vacaciones en la playa.

Narrado de esta manera, sus personajes fluyen con un realismo muy particular y reconocible, como si realmente fueran de carne y hueso. Sus retratos se delinean como si el guionista y director contara historias de seres conocidos y queridos, en lo cual hay que reconocer la contribución notable de sus cinco intérpretes: Camila Fabbri como Cecilia, Pilar Gamboa como Laura, Santiago Gobernori como Martín, Valentín Oliva como Pablo, y Valeria Santa como Candela.

Gran trabajo de Villegas. Una obra superadora que lo coloca en un plano superior y que abre expectativas halagüeñas sobre su futuro.

PERDIDA de Alejandro Montiel


¿QUÉ SERÁ DE CORNELIA?

Alejandro Montiel dirigió esta película basada en la novela Cornelia de Florencia Etcheves, con una muy buena adaptación de la propia escritora acompañada por Jorge Maestro, Mili Roque Pitt y el propio director, quien encaró esta obra con un gran sentido pragmático y la firme decisión de serle fiel a un género. El resultado obtenido es positivo.

Estamos ante un film cuya pretensión es contar una historia bien estructurada poniendo énfasis en lo policial donde lo social forma parte de la estructura narrativa pero nunca tiene la pretensión de transformarse en un critica social. En esa honestidad de contar simplemente una historia está tal vez el mayor mérito de sus realizadores.

La acción desenvuelve cuestiones del pasado que sin lugar a dudas comienzan a repercutir en el presente. Será la propia madre de Cornelia, la perdida del título, quien al comienzo de la misma recurre a Manuela Pelari (Luisana Lopilato), ahora policía de investigaciones, para que profundice sobre la desaparición de su hija.

La investigación conduce a una oscura madeja de intereses donde la cuestión es la trata de blancas, es decir el comercio ilegal de personas con propósitos de explotación sexual y trabajos forzados a nivel internacional. Este quizás sea el punto más flojo de la trama toda vez que no se necesita ir tan lejos para ocuparse del tema, pero es ciertamente funcional a los intereses de una coproducción en la que intervienen producción y actores españoles.

En síntesis, Perdida resulta una película entretenida que le hace honor al género del suspenso, manteniendo un hilo narrativo que atrapa al espectador durante todo su metraje, en el cual en ningún momento se aprecian puntos muertos ni escenas forzadas.