¿QUÉ SERÁ DE CORNELIA?
Alejandro Montiel dirigió esta película basada en la novela
Cornelia de Florencia Etcheves, con una muy buena adaptación de la propia
escritora acompañada por Jorge Maestro, Mili Roque Pitt y el propio director, quien
encaró esta obra con un gran sentido pragmático y la firme decisión de serle
fiel a un género. El resultado obtenido es positivo.
Estamos ante un film cuya pretensión es contar una historia
bien estructurada poniendo énfasis en lo policial donde lo social forma parte
de la estructura narrativa pero nunca tiene la pretensión de transformarse en
un critica social. En esa honestidad de contar simplemente una historia está
tal vez el mayor mérito de sus realizadores.
La acción desenvuelve cuestiones del pasado que sin lugar a
dudas comienzan a repercutir en el presente. Será la propia madre de Cornelia,
la perdida del título, quien al comienzo de la misma recurre a Manuela Pelari
(Luisana Lopilato), ahora policía de investigaciones, para que profundice sobre
la desaparición de su hija.
La investigación conduce a una oscura madeja de intereses
donde la cuestión es la trata de blancas, es decir el comercio ilegal de
personas con propósitos de explotación sexual y trabajos forzados a nivel internacional.
Este quizás sea el punto más flojo de la trama toda vez que no se necesita ir
tan lejos para ocuparse del tema, pero es ciertamente funcional a los intereses
de una coproducción en la que intervienen producción y actores españoles.
En síntesis, Perdida resulta una película entretenida que le
hace honor al género del suspenso, manteniendo un hilo narrativo que atrapa al espectador durante todo su metraje, en el cual en ningún momento se
aprecian puntos muertos ni escenas forzadas.
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