martes, 19 de junio de 2018

MUERTE EN EL CAIRO de Tarik Saleh


LA NEFASTA CORRUPCIÓN

Muerte en el Cairo es una de esas películas que es más importante lo que sugiere que lo que dice. Lo que cuenta, es un episodio policial ocurrido en El Cairo, Egipto, días antes de ocurrir el movimiento social denominado La Primavera Árabe. Pero lo que sugiere es hacer un análisis de lo que se ve, es decir una compleja trama de corrupción que comienza en los escalones más pequeños de la carrera policial y se extiende hasta llegar a su cúpula, y se propaga por todo el sistema de poderes estatales hasta llegar al mismísimo presidente de la nación.

El film de Saleh es un policial clásico contado del lado de los procedimientos policiales con el propósito de esclarecer un crimen que se transforma en  una enorme denuncia al sistema de seguridad egipcio donde claramente la corrupción reina en forma descomunal a lo largo y a lo ancho de toda la institución, y que se presume hace metástasis, en un sistema de poder absolutamente corrupto que sin lugar a dudas tiene mucho que ver con los sucesos sociales que paralelamente se comenzaban a vivir en las calles de El Cairo en aquel mismo momento. Es uno de esos films donde no hay inocentes. Nadie se salva ni está libre de tirar la primera piedra.

Denominada en inglés The Nile Hilton Affair narra la investigación de un crimen que se cometió dentro del propio hotel internacional días antes de estallar la famosa Primavera de El Cairo, cercano a la Plaza Tahrir, en la cual se demandaba por Pan, Libertad y Justicia Social y donde se perdieron 45 vidas humanas en medio de una represión descomunal transformada en un infierno de gases lacrimógenos, piedras y balas de goma dando lugar a la caída del gobierno de Hosny Mubarak.

El notable film de Saleh tiene la virtud de mantenerse al margen de los acontecimientos políticos que signaron a La Primavera  Egipcia pero se transforma en una crónica policial que relata minuciosamente la investigación de un asesinato cometido en el Hotel Internacional a la par que va desnudando toda la maraña de corrupción existente en la policía de la ciudad que no es más que una parte, un brazo armado de la corrupción imperante en el régimen de quien caería días más tarde como consecuencia de aquella revolución.

El crimen del Hotel Hilton es intentado tapar por todos los medios sin que nunca el espectador llegue a conclusiones validas sobre el hecho policial, pero paradójicamente describe la telaraña de intereses creados que buscan tapar el crimen. Esto rompe con los convencionalismos del cine policial transformando el esquema narrativo, saliendo del quién lo hizo para ir al por qué lo habrán hecho a la vez que la película se transforma una investigación de carácter absolutamente personal.

Buscar referencias de un film tan personal como el del director sueco de origen egipcio Tarik Saleh se hace difícil. No obstante ello, podemos buscar algunas referencias en el cine de Martin Scorsese. Cuando el director norteamericano ganó su demorado Oscar como Mejor Director con The Departed (Los Infiltrados) se basaba en la remake de un famoso film coreano que se vio en video en Argentina denominado Internal Affairs, de Wai Keung Lau. En aquel film se desnudaba un poderoso sistema de corrupción policial que más tarde replicaría Scorsese para desnudar la enorme corrupción policiaca en la ciudad de Boston. Ahora, Tarik Saleh, el director sueco de origen turco, parece inspirarse en ambos films tanto en lo temático como en lo estético, realizando la aquí denominada Muerte en el Cairo, lanzando al estrellato a un actor libanes radicado en Suecia: Fares Fares como el Comandante Noredín Mostafa, que literalmente se roba la película.

El film de Saleh resulta una película entretenida e interesante. Un film que transita el género, utilizándolo como una estructura sobre la cual basa un discurso potente y veraz sobre la corrupción imperante en el régimen egipcio que a la postre no es otra cosa que la justificación de los sucesos ocurridos días después en Plaza Tahrir con el lamentable resultado de decenas de muertos. Los resultados obtenidos son óptimos. Por elevación, el film nos deja pensando en la corrupción imperante en nuestro propio país.

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