SENSIBILIDAD Y SENTIMIENTO
Es un film sobre el encuentro y la sensibilidad que
provoca el amor. Es también un film único, muy fuera de época, que causa una
sensación extraña que nos lleva hacia el prójimo, a compartir, a ayudar al otro,
dejándonos satisfechos y contentos, provocándonos ser, esencialmente, mejores
personas.
La película es el simple encuentro de dos
“perdedores”, un hombre y una mujer, dos soledades que terminan uniéndose para
encontrar el amor. La acción transcurre en Helsinski. Ella se llama
Ansa. Es soltera y vive en ese lugar. Trabaja por horas durante las noches en
un supermercado donde abastece estanterías de mercaderías. Como su sueldo no
alcanza, también separa basura recuperando plástico reciclable. El tema es toda
una alusión sobre la posibilidad de reciclarse, es decir, de volver a tener una
segunda oportunidad. El tema alude a la recuperación de una vida después de una
profunda caída, de un desencanto.
La narración comienza una noche, cuando casualmente,
una mujer se encuentra con un hombre. Su nombre es Holapa. Él es bueno y
solitario, un trabajador que sufre un vicio. Es un alcohólico que bebe para
olvidar penas.
Ansa y Holapa se conocerán y comenzaran a salir
juntos. Con el tiempo construirán una pareja desbalanceada por el vicio que en
manos de Kaurismaki se torna una epopeya existencialista sobre la vida de dos
fracasados.
El director finlandés se inspira en el cine del
americano Jim Jarrmusch, uno de los más cabales constructores de films
independientes, un hombre joven alejado de los estudios de Hollywood que
comienza a destacarse en 1984 con una película iniciática llamada “Extraños en
el Paraíso”. Esta obra contenia enormes
influencias del neorrealismo italiano, pero sobre todo de aquellos directores japoneses, como Imamura, Ozu, y Mizoguchi.
Con un tono realista e intimista, el film
desarrolla la historia de una pareja donde ella es un ser no dispuesto a
claudicar que encuentra en él alguien que está dispuesto
a rehabilitarse. Kaurismaki es lo suficientemente inteligente para
dejar abierta una puerta creíble que deje paso al menos a la ilusión de que su
protagonista puede tener rescate.
Armada como un pequeño rompecabezas, cuadro tras
cuadro, la obra adquiere continuidad y el director finlandés sale airoso
creando escena por escena, y movimiento tras movimiento, utilizando
inteligentemente primeros planos que exigen toda una actuación de sus dos
actores principales, apoyado en excelentes diálogos.
La película atrapa no solo por la inmensa actuación
de sus dos actores principales (Aisea Poysti y Jussi Vatanen), sino también por
la estupenda puesta en escena que realiza su director, quien mantiene el equilibrio
de la historia de sus personajes dejando ver el marco de pesadilla
que conllevan las adiciones.
Hay pocas películas en cartel, pero sin lugar a dudas esta obra es merecedora de ver por derecho propio. Se trata de una gran realización finlandesa realizada con un profundo trabajo de montaje que se emparenta en lo conceptual con otra película similar vista un mes atrás dirigida por la directora turca Ayse Polat, ambas construidas de la misma manera, donde un montaje minimalista genera un efecto de encierro que, en este caso, dispara no solo una historia de amor sino una estructura de cine moderno y a la vez austero, creando una atmosfera de intimidad.
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