DOS POR UNO
Almodóvar no descansa. Siempre tiene algo interesante que decir, y además suele decirlo de diferentes maneras. Su nuevo film está constituido de dos partes. La primera, es un mediometraje de unos 30 minutos. Un western clásico lleno de pasiones, determinado por la homosexualidad. El segundo, una conferencia del director que comenta cómo y porqué realizó la película.
Su cine siempre logra atrapar y entretener. Pone de su lado al
espectador más desprevenido. El cortometraje inicial relata la historia de dos
bandoleros durante la época de la conquista del oeste americano que tienen en
común ser una pareja de homosexuales.
El film, como es habitual en el director español, plantea
una tragedia familiar, que lleva a la controversia sobre un género que siempre
ha hecho gala del machismo, sobre todo, porque todas las historias que
transitaron el western americano siempre imprimieron la idea de que el camino
hacia el oeste había sido un esfuerzo de hombres y mujeres que eran empujadas por una idea poblacional, ello
es familia enteras, que cruzaban con caravanas hacia el oeste , pretendiendo llegar
a una tierra inhóspita que les permitiría alcanzar sus metas individuales de
manera colectiva. Es decir, construir pueblos donde cada uno de sus habitantes
pudiera desarrollar su vida y alcanzar sus objetivos.
Bajo esta esta idea paragua, el director español decide
narrar una pequeña historia 30 minutos, de aquella gran cruzada hacia el oeste
a través de la historia de dos hombres, homosexuales, que se han amado durante
años, pero se han separado siguiendo distintos rumbos.
La segunda parte es un poco más larga y desarrolla la idea
del propio Almodóvar de comentar lo que ha querido expresar. Podríamos decir
que se trata de un análisis riguroso de su propia obra donde el autor y
director del film explica cómo lo hizo y porqué, lo cual, termina siendo una
clase de análisis de una obra que va más allá de lo meramente cinematográfico,
volviéndose clase magistral de cómo mirar cine.
Es muy posible que el público en general se haya sentido
sorprendido por el carácter de la
película, pero todo aquel amante del cine, encuentra no solo una obra interesante sino también un
análisis magistral de lo que hizo, un auto análisis que lleva a comprender
mejor sus intenciones como realizador.
Cada escena, cada movimiento de cámara, cada corte, la
dirección de los actores, es analizada por el propio director de la película con
un espíritu constructivo. La película no solo entretiene sino que se eleva a
una altura tal que la ubica entre sus
obras más meritorias y personales.
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