viernes, 22 de septiembre de 2023

ASTEROID CITY de Wes Anderson

 UN NUEVO MUNDO DE FANTASIA

La última película del director americano da lugar a un nuevo tipo de animación que puede verse desde diversos puntos de vista. Se trata de una obra que da lugar a una puesta en escena  donde el dibujo es reemplazado por pequeños muñecos y actores reales, contando una historia que narra la caída de un asteroide en un pueblo del desierto del Mojabe, bajo la forma del dibujo animado.

Acorde a las características personales del autor, Anderson asume la trama relatando con lineamientos tradicionales (actores, actrices  y dibujos animados) tomando algunos riesgos que pueden jugar en su contra. Su cine está basado en ello. Solo para recordar, este es el autor de Moonrise Kingdon (2012),  Gran Hotel Budapest (2014) y La Crónica Francesa (2021).

Su nueva obra no puede dejar de observar contrastes. Por un lado es una obra única, renovadora de las formas, que completa un ciclo de desarrollo narrativo que genera un estilo propio de cine que difiere con lo tradicional dado que juega con lo naif pero a su vez, no deja de observar la realidad, a la que de alguna manera, satiriza. Sin lugar a dudas, es una obra controvertida no apta para el espectador común que busca el relato lineal y pasatista, como tampoco es tan solo una película orientada al cine infantil.

Anderson es un director creativo y aquí expresa su propio universo. Un cine que parece salido de los viejos dibujos animados de la factoría Disney, pasa por Pixar / Disney, toma ideas de Barbie  y comienza a desarrollar la propia factoría, la del Anderson autor y  director, buscando y su propio desarrollo que, sin duda,  va en busca de su obra maestra,

El paso dado es gigante. Con actores reales e importantes y un proceso de animación realizado con pequeños  muñequitos que cobran vida en la pantalla con un complejo sistema de montaje cuadro por cuadro, el resultado es realmente revolucionario.

La trama del film transcurre en 1955, en un lugar en medio del desierto que lleva el nombre de la película, de características similares al Mojabe, donde se reunirán cientos de colegiales para participar de un concurso escolar, observando fenómenos astronómicos. ​Allí coexistirán resabios de la primera explosión atómica en medio de una feria de carpas tipo San Telmo en Buenos Aires.

Sin lugar a dudas se trata de un film destinado a la controversia. Para algunos, su valor estará en el paso cualitativo de animación que logra Anderson. Para otros, será simplemente, una curiosidad cinematográfica más. Lo cierto es que esos pequeños juguetes de plástico logran cobrar vida en la pantalla relatando una historia simple y compleja a la vez, con personajes claramente delineados, que deja algo desconcertados tanto a los niños como a los adultos.

No obstante ello, el experimento de Anderson tratando de satisfacer a una platea amplia de padres e hijos, puede llegar a aburrir dado que la extensión de la propuesta es demasiado larga, sobre todo para los más pequeños y poco interesante para los mayores, más allá de los logros cinematográficos (particularmente el trabajo de edición), que es extraordinario y  no admite discusión.


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