miércoles, 20 de septiembre de 2023

CIELO ROJO de Christian Petzold

LA HORA DE LA MADUREZ

Es la última película del realizador alemán, que se hizo del premio mayor en la última versión del Festival de Berlín en febrero de este año. Su filmografía contiene títulos importantes tales como Bárbara (2012), Phoenix (2014) y Tránsito (2018), todas estrenadas en Argentina.

Cielo Rojo es, ante todo, por un lado, una obra de madurez, por otro,  una obra creativa del propio realizador, que lo coloca sin duda, entre los directores / autores más importantes de la década.

En este último film experimenta con una historia de crecimiento, encerrando a sus propios personajes en un momento clave de sus vidas. Estos jóvenes se encuentran repentinamente frente a la mayoría de edad sin darse cuenta. Es época de vacaciones y han ido a pasar sus días de descanso en una casa  frente al mar en una playa casi desierta, donde en búsqueda de paz y descanso, trataran de encontrarse consigo mismos asumiendo su mayoría de edad.

Esos personajes son dos adolescentes que comienzan a vivir la vida. El lugar es solitario y frente a su casa vive una única vecina, joven y bella. Rápidamente, los jóvenes entablan relación de amistad, aunque solapadamente, envueltos en el viento y el vuelo de la arena, comienzan a sentir deseos que reprimen tanto por falta de experiencia como por falta de seguridad en sí mismos.

Petzold siempre ha realizado un cine personal cuya factura ha sido más que interesante. Es un notable narrador que se toma su tiempo y expresa con imágenes lo que pretende decir y lo que hace sentir.  De igual manera describe a su personajes, logrando una perfecta relación entre la sensación bucólica que generan las vacaciones y la existencia de la joven vecina que parece ser la destinataria natural de la iniciación sexual del joven estudiante.

Petzold logra su film más equilibrado e importante de su carrera. Es un film luminoso, lleno de buenas intenciones, narrado con una gran sensibilidad, donde la insinuación es más importante que la ocurrencia. Todo está por pasar, y esa es la mayor virtud del narrador. Da entender hacia dónde va pero nunca rebela el lugar o con quién.

Consecuencia de ello, la sutileza de la narración brilla y da lugar al espectador a que saque sus propias conclusiones. El film solo relata un momento en la vida de estos jóvenes. Lo que pasará en el futuro no lo vemos pero lo intuimos. En estas consideraciones, encontramos los mayores virtudes de esta película, que a mi entender, es una obra maestra del realizador alemán.

Gran película, muy bien escrita, mejor actuada y fotografiada, es una film lleno de calidez y amor sobre el despertar de la amistad y el amor. Los rubros técnicos, más allá de las actuaciones, brilla el montaje, la música y la fotografía en color.


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