domingo, 17 de octubre de 2021

CULPABLE (The Guilty) de Antoine Fuqua

 En Netflix

EL PERDÓN A SI MISMO  


Este film es una remake americana de La Culpa, un film danés estrenado en Buenos Aires en abril de 2019, ahora dirigido por Antoine Fuqua y protagonizado por Jake Gyllenhaal, que interpreta a Joe Baylor, un agente de policía de calle que debe cumplir una sentencia de trabajo de oficina por haberse extralimitado en sus funciones policiales. Joe es relegado a la atención de un 911 y en esa función recibe una llamada desesperada de una mujer a la cual intenta identificar y ayudar.

 

La película de Fuqua sigue fielmente el original. Concentra la acción en las llamadas telefónicas que recibe el policía, y todo sucede encerrado en la pequeña cabina de Joe. En esta nueva versión americana, la visión de Fuqua, un director de súper acción, deja su marca  porque a diferencia de la versión anterior que apelaba a lo filosófico, aquí el propósito es simplemente un ejercicio de estilo, muy bien logrado, donde lo que importa es mantener la atención del espectador y entretener durante 90 minutos en los cuales Joe Baylor tratará de desatar el nudo gordiano que presenta la situación.

Durante ese tiempo, la ciudad arde en medio de los incendios forestales de los bosques  de California, por lo que muchas llamadas son solicitudes de rescate mientras Joe, muy tenso e involucrado, intenta que alguien vaya al bosque y realice las acciones de rescate. De repente, la cuestión se complica cuando Joe recibe un llamado extraño de una mujer que dice haber sido secuestrada. Su nombre es Emily. Cuando está por terminar con la llamada, sus instintos se activan y descubre que Emily ha sido secuestrada pero por su propio esposo, quien la traslada en una camioneta blanca. Teme por la seguridad de la mujer. Esta llamada entre Joe y Emily es el núcleo de la película, y da inicio a una tensión y un suspenso dirigido con mano maestra por Fuqua.

Baylor está a punto de quebrarse bajo la tensión que sufre, no solo por el supuesto secuestro, sino también por un divorcio reciente que le genera culpa. A esta altura del film ya podemos afirmar que la actuación de Gyllenhaal es notable, una de sus mejores performances para el cine. Saca provecho a su papel y demuestra que es un gran actor. Compone un policía  de calle, asmático y atormentado por un sentimiento de culpa que se manifiesta con fuertes zumbidos en los oídos.  Está separado de su esposa y extraña a su pequeña hija. Ha cometido un error en su trabajo, ha sido castigado y lo han designado a atender el servicio telefónico del 911. Una degradación.

Meritorio trabajo del director Antoine Fuqua, diestro en el cine de acción, hace gala aquí de su pericia en el cine de suspenso, dirigiendo correctamente toda la película y ayudando a Jack Gyllenhal a mostrar toda su capacidad actoral, logrando mantener el interés del film durante sus 90 minutos, metraje que lo convierte en un thriller tan tenso como interesante, que coloca al espectador en un sube y baja de conflictos emocionales mientras el policía Joe trata desesperadamente de salvar a una mujer que cree que ha sido secuestrada por su ex marido.

No hay duda que el personaje de Joe Baylor busca su propia redención personal mientras trata de salvar a Emily. Joe está trastornado por la situación que vive, acercándose cada vez más a un abismo personal, con un caso judicial pendiente y su situación matrimonial en jaque. Jake Gyllenhaal  demuestra aquí su talento. Sin embargo, será el factor tecnológico quien jugará un papel clave toda vez que es quien permite desentrañar el misterio planteado en el film.

Los incendios forestales contribuyen a poner en un segundo plano la dramáticidad de la situación reinante que afecta los recursos de emergencia, así como la contaminación del aire que se respira. La confusión policial y el abuso de poder también son otros aspectos subyacentes que desarrolla el film. No obstante, la película habla de la inmensa presión que enfrentan las fuerzas del orden y cómo los instintos y las decisiones rápidas son cruciales para la asistencia y la supervivencia.

La tensión en "The Guilty" se vuelve extraordinaria y el film, una clara ópera de cámara, se transforma en un gran entretenimiento. Su personaje principal, finalmente  asume tanto la emoción como la ira para darse cuenta que necesita tomar una decisión si quiere solucionar su propio problema.

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