EL PODER DE LA IGLESIA
El tema religioso no ha sido evitado por el cine.Varias
películas pueden ser recordadas tanto por sus valores espirituales como
políticos. Una de mis más recordadas es un film llamado El Cardinal de Otto
Preminger (1963), otra de las muy populares fue Las Sandalias del Pescador
(1969), como también Ángeles y Demonios (2009). En esa lista no podemos dejar
de recordar un film muy estilizado como Amen,
dirigida por Costa-Gavras en 2002, en la que se narra la supuesta
complicidad con que la Santa Sede y varios países del mundo toleraron que Alemania avanzara en el exterminio de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Ahora aparece
un director de origen alemán con un film denominado “Conclave”, una obra
rigurosa desde lo estético pero algo
alargada en lo cinematográfico que nos lleva a un momento en la Iglesia
Católica donde el tema fundamental se concentra en el ejercicio del poder, el
cual es minimizado en una serie de encuentros y desencuentros entre dignatarios
de la Santa Sede a partir de la muerte de un Papa, momento en el cual todo el
aparato se vuelve tambaleante donde los ejercicios espirituales dejan paso a
las pretensiones de aquellos más hombres más poderosos de la iglesia y las
simpatías particulares que cada uno de ellos sepa generar con el propósito de
quedarse con el primer puesto.
El film
deviene en una serie de charlas, algunas abiertas, otras más cerradas, incluso la necesidad de poner
en marcha en forma inmediata el ejercicio de poder para marcar la cancha, si bien
logra entretener desnudando a través de las conversaciones cada una de las pretensiones
de los diversos dignatarios no llevan hacia otra cosa que no sea el poder.
Bien escrito
y mejor actuado, el film es un ejercicio de estilo que sale adelante porque no
solo desarrolla un tema interesante, destapando aquellas minucias que ponen
pequeñas pero molestas piedras en el camino en el camino hacia el poder.
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