sábado, 9 de diciembre de 2017

EXTRAORDINARIO (WONDER) de Steven Chbosky


LA ACEPTACIÓN SOCIAL DEL INDIVIDUO


Auggie es un niño de 11 años con una deformación de nacimiento en su cara. Vive en la ciudad de Nueva York con su familia, sus padres y una hermana mayor, formando una clásica familia tipo de clase media americana. Auggie nunca ha ido a un colegio. Su educación siempre fue hogareña y a cargo de su madre. Ahora estamos ante el comienzo de las clases. Isabel, su Madre, es partidaria que Auggie asuma sus responsabilidades y vaya a un colegio para que tenga sociabilidad con otros chicos de su edad. Eso entraña una serie de riesgos.

Niño súper inteligente con una clara vocación por las ciencias, sueña con ser astronauta. Como tal, tiene un casco, con el que a veces juega a serlo, y otras, cuando la impotencia lo paraliza, lo usa para esconder su cara. La película es un retrato de las dificultades que generan los prejuicios, primero en la propia casa donde el apoyo al niño termina desbalanceando las relaciones familiares, tanto las de la pareja como la relación con cada hijo. En este caso, la el incorrecto manejo de la enfermedad de Auggie deteriora particularmente la relación de sus padres con su hermana mayor, a la que descuidan y prácticamente dejan librada a su propio albedrio. En consecuencia, toda la atención de la familia se centra sobre Auggie, protagonista principal magníficamente interpretado por Jacob Tremblay.

La escuela comenzará a dar un marco de referencia diferente y la creación de nuevas relaciones personales. Auggie deberá interrelacionar tanto con sus maestros y directivos de la escuela como con sus compañeros de clase y demás niños del colegio. El universo de Auggie, se ampliará necesariamente, y el niño no solo deberá asumir su condición de alumno regular sino también hacerse cargo de quien es y de lo que parece. En este aspecto, la deformidad de su cara lo transformará en un fenómeno donde el niño ya no será uno más sino uno distinto. Y en ello, radicará la inteligencia de padres, maestros, directivos y propios compañeros para aceptar a alguien tal como es, dejando de lado un mundo de prejuicios que tempranamente han demorado su adaptación escolar y la aparición de fenómenos más altruistas como el compañerismo y la amistad.

El film desarrolla la acción en forma agradable, tratando de que el espectador encare la visión del asunto como un tema de carácter eminentemente humanista y deje de lado toda la posibilidad de ver al personaje como un fenómeno de feria. En ese sentido, la narración corre fluidamente, con un alto grado de sinceridad y realismo, que logra una casi inmediata simpatía con el protagonista y su familia, logrando despegarse de films como EL Hombre Elefante de David Lynch, donde la cuestión se focalizaba en lo contrario: la falta de aceptación social del individuo, al que solo se lo reconocía como un objeto de feria, del que la alta sociedad parecía querer preocuparse por él, aunque la filosa visión de Lynch hacía hincapié en que el interés seguía estando sólo en la curiosidad del fenómeno que simplemente se transformaba en espectáculo de clase alta.

No obstante ello, “Extraordinario”, a medida que la narración avanza no puede evitar caer en los convencionalismos de este tipo de películas donde la cuestión de la deformación de la cara solo parece ser un tema de aceptación social que simplemente tiende a desaparecer ni bien se genera la aceptación del individuo afectado. En este caso, si bien tratado con mucha delicadeza, el individuo es un niño sumamente agradable, inteligente y desenvuelto que lejos está de aislarse tanto familiar como socialmente, sino busca integrarse a una sociedad que con más o menos reservas, aun manteniendo algún grado de burla o agresión física, comienza a aceptar al diferente.

En esa aceptación del diferente, en su inserción social, primero en la propia familia, más tarde en la escuela y la universidad, y finalmente en el mercado laboral, permitiendo el desarrollo no solo una vida de afectos y amistades, sino también de habilidades manuales, técnicas, e intelectuales, es como la persona humana transita a través de la vida. Y en ese sentido, el positivismo refrescante de esta película, y el desprejuicio del personaje central, la torna altamente recomendable.

Lejos del film científico, incluso del drama, “Extraordinario” se impone como una comedia de características familiares apoyada en el carisma y la experiencia para el género con que cuentan los dos actores principales en el rol de los padres de la familia: Julia Roberts y Owen Wilson que tienen la capacidad para desdramatizar en asunto. Brilla por su espontaneidad, pese a actuar con una prótesis durante todo el film, Jacob Tremblay como Auggie. Y acompañan adecuadamente, Izabella Vidovic como la hija, y Rukiya Bernard como su novio.


Stephen Chbosky dirige con habilidad logrando una comedia que despierta interés y entretiene al mismo tiempo. Además de director del film, es autor del guión acompañado por Steve Conrad y Jack Thorne. El guion responde a lineamientos clásicos de la comedia americana que se basa fundamentalmente en el mantenimiento del humor en base a diálogos agiles regidos siempre en la respuesta inteligente.

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