Se trata de una película francesa realizada
en 2024 que se estrena en esta semana en Argentina y se transforma en una verdadera sorpresa descubriendo también a
un director muy capaz, que se maneja básicamente con la extraordinaria destreza
actoral de un intérprete como es el actor francés Benjamin Levernee.
El argumento del film es simple y conciso.
No anda con vueltas de ningún tipo. Se trata de un hombre cincuentón que por
esas cuestiones del destino descubre que tiene un hermano menor que nunca ha
conocido que entrara a formar parte indisoluble de su vida a través de la
facilitación de un trasplante.
Ese muchacho, ya adulto, que trabaja en un
comedor escolar pero cuya pasión es casualmente, la música. Este joven es el
trombonista de una banda escolar en un lugar lejano a Paris en el norte de
Francia, La película los presenta como
dos opuestos que no tienen que ver un
con el otro, pero casualmente, en una convencionalidad del guion, los
une el gusto por la música.
Al detectar las excepcionales habilidades
musicales de su hermano, Thibaut se propone reparar la injusticia del destino.
Jimmy entonces comienza a soñar con otra vida..
Emmanuel Courcol, como director, logró en su
segunda película como director, un éxito total con un millón seiscientos mil
entradas vendidas en su país de origen. Y es que la espontaneidad que brilla en
su actuación es la misma que genera como director del film llevando hacia
delante una trama que apela a los sentimientos
sin generar atisbos de sensiblería,El film comienza con un director de orquesta que
está enfermo y necesita un trasplante pero no consigue un donante compatible. Dado
que tiene un hermanastro, con quien no tiene una relación cercana, apela a su
familia.
La película transita por el borde justo de lo ridículo sin caer nunca en ello. Ello
es gracias al muy buen guion escrito por el propio director e Irène Muscari. La solvencia del guion se basa
en la naturalidad del contenido, un film que apunta directamente al centro de
una relación de hermandad que nace del uno con el otro, donde el espacio en común
que transitan es el amor por la música.