CALIFICACIÓN: 
Christian
Petzoldt es un director alemán poco conocido en Argentina debido a la poca
producción de cine europeo que llega a nuestras pantallas. Pero Petzoldt es un
viejo conocido del BAFCI que casi ininterrumpidamente en sus últimas ediciones
ha mostrado casi todos sus trabajos.
Petzoldt forma
parte de un movimiento informal que ha dado en llamarse la "Escuela de
Berlín", una denominación que sus mismos integrantes
rechazan, en principio porque no todos provienen de la capital alemana ni de su
escuela de cine (la Deutsche Filmrecrean und Fernsehakademie Berlín) ni tienen
un manifiesto ni un programa en común. Pero lo notable del caso es que todos
ellos comparten una línea estilística. Sujetos a buenos guiones, desarrollan historias donde recrean atmosferas
opresivas, donde siempre hay un misterio que aclarar, y el que no siempre es
aclarado. La angustia suele ser el motor principal de sus personajes, la
mayoría de las veces representativos de la clase media alemana. Y Alfred
Hitchcock parecería estar detrás de cada uno de ellos recalcándoles tres cosa:
Que 1) Que el guión es de hierro. 2) confíen siempre en la imagen. 3) no se
olviden que son alemanes, es decir, de su identidad.
En Bárbara, Petzoldt (premio al mejor director en
Berlín 2012) dirige a Nina Hoss, digamos, su actriz fetiche. Con Nina filmó la
mayoría de sus anteriores películas e incluso Nina fue reconocida como mejor
actriz del BAFICI 2008 por YELLA, otro thriller a la manera de Petzoldt. En
Bárbara, Nina llega a una actuación notable y Petzoldt a su fil consagratorio.
Bárbara es una médica perseguida por la STASI,
servicios de inteligencia de la democrática república oriental alemana entre
fines de los 70 y principios de los 80. Después de haber sido apresada, Bárbara
es liberada y confinada a un Hospital del Noreste de Alemania. Allí llegará la
médica con toda su persecuta al hombro,
desconfiada y poco dispuesta a establecer relaciones con nadie. Vivirá
en un humilde departamento que le asigna el Estado, y tendrá como todo medio
una bicicleta y el transporte público. Y eso es todo. Mujer solitaria, de
amores clandestinos, concentra su vida en la medicina, tratando de hacer bien
al prójimo.
El objetivo de Petzoldt es mostrar la soledad de esa
persona cuyo nuevo medio se le torna hostil, no solo por la persecución que
sufre sino por propia desconfianza que la lleva al aislamiento, y sobrevirá como
consecuencia de su vocación medica, su dedicación al trabajo, y su secreta
militancia. El film de Petzoldt reiterará una vez más que los autoritarismo
podrán disponer de nuestro cuerpo pero jamás podrán usurpar nuestro
pensamiento, y la resistencia, en forma subterránea, siempre estará buscando un
atajo hacia la libertad.