domingo, 7 de febrero de 2016

CAROL de Todd Haynes



REPRESIÓN Y SENTIMIENTOS

No es la primera vez que la homosexualidad está presente en un film de Todd Haynes. Ya en "Velvet Goldmine, 1998", donde describía el mundo del rock glamoroso de principios de los ´70, sus personajes se acercaban al movimiento de liberación sexual de aquella época. Más tarde, en 2002, en "Lejos de Cielo", en medio de los años ´50, una ama de casa descubría que su marido la engañaba con otro hombre, provocando una importante crisis personal y matrimonial .  Ahora, en "Carol, 2015", retoma el tema como base principal de la historia que relata, una historia donde el lesbianismo es un componente esencial que establece en la relación de 2 mujeres en la Nueva York  de aquélla misma época.

Este nuevo film se basa en una novela homónima de Patricia Highsmith. Patricia fue una escritora del siglo XX que nació a principio de los años ´20 en los Estados Unidos  pero que al promediar su vida, se mudo primero a Inglaterra y después a Francia donde murió a mediados de la década del ´90. Descubrió su vocación literaria antes que su propia homosexualidad, tema que desarrollará con el título de "El Precio de la Sal" en 1952, y que reimprimirá 35 años más tarde con el nuevo título de "Carol". No obstante ello, la Highsmith se destacó más por sus novelas policiales, muchas de ellas llevadas con al cine, con éxito destacable, como "Extraños en un Tren", dirigida por el maestro Alfred Hitchcock, o "El Talentoso Sr. Ripley", filmada con gran suceso  a mediados de los ´50 por René Clement y en los 2000 por Anthony Minghella, además de otras adaptaciones.

"Carol" de Todd Haynes guarda el cuidado formal que el director imprime en todas sus películas, destacando sobremanera la reconstrucción de época, nuevamente los años 50 como en "Lejos del Paraíso", y la estupenda actuación de sus dos actrices principales. Tanto Cate Blanchett como Rodney Mara se hacen creíbles en sus papeles, al igual que el subrayamiento musical del afamando Carter Burwell ("Fargo"), o la estupenda fotografía de Edward Lachman, siempre en el medio tono, en la difumación de los colores, que ya había mostrado sus destrezas  trabajando con el director en su anterior "I´m Not There", sobre el cantautor americano Bob Dylan.

Por momentos "Carol" parece deslizarse hacia el policial. Pero ese deslizamiento siempre es momentáneo, nunca definitivo, y la historia vuelve una y otra vez a la descripción costumbrista, desafiante por momentos, pero cuidando siempre en no herir susceptibilidades.  Todo es un medio tono, tal vez, demasiado contenido. En consecuencia, las protagonistas nunca parecen  llegar a un límite. Su lucha por un derecho personal nunca parece ser crucial. En ese aspecto, lamentablemente  "Carol" falla. Es que Carol es una mujer adinerada. Puede comprar todo, hasta su propia libertad sexual.   En consecuencia, el tema de la verdadera lucha, que es el de la identidad sexual parece disiparse en torno a una lucha siempre latente, la lucha de clases. Es que justamente esa es su contraparte. Carol es una mujer adinerada, muy bien casada, típica exponente del establishment americano, que parece poder comprar todo aquello que desea. Teresa, en cambio, es una humilde chica del interior americano que ha ido a vivir en Nueva York , que para mantenerse trabaja en el sector juguetería de una de las grandes tiendas de la ciudad. mientras en sus ratos libres desarrolla su hobby de fotógrafa, con el cual sueña algún día volverse periodista. En estos términos, Teresa se transforma en un juguete mas de Carol, quedando para el espectador, dilucidar si lo que ha visto es una contenida pelicula sobre la liberación sexual o una velada parábola sobre la lucha de clases.


"Carol" es un film prolijo, bien actuado, mejor fotografiado, adecuadamente musicalizado pero que carece de pasión. Es un film para el gozo intelectual, donde las pasiones femeninas están tan contenidas como la represión de las costumbres de la época en que transcurre.  Eso atenta contra la propuesta del film. Porque si se trata de desafiar un tabú, entonces debemos llevar el desafío hasta las últimas consecuencias.  Claro está que el film transcurre en los años ´50, y no en los ´60, cuando el lema del "sueño americano" comienza a diluirse en el de "paz, amor y rock and roll" después del fracaso americano en Vietnam. No obstante, el film de Haynes parece apostar en todo momento a la corrección política, al buen gusto y en consecuencia, a un cierto conservadurismo de la moral y las buenas costumbres.

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