EL HOMENAJE DEL ALUMNO
Ante todo, es un film homenaje que Tornatore dirige con la sensibilidad propia de un alumno destacado que ha sufrido la dolorosa perdida de un gran maestro, un músico talentoso, Ennio Morricone, compositor y director de orquestra, capaz, no solo de subrayar la música de una película sino también de ganar un lugar entre los grandes músicos de cine del mundo generando un estilo propio.
Hijo de un trompetista de una orquesta de jazz, eligió
también el camino de la música, y se volvió famoso como compositor y director
de orquesta destacándose en el mundo cinematográfico en oportunidad de ser convocado
para musicalizar las escenas de un espagueti western, genero italiano por
excelencia, que satirizaba al western americano tradicional, dirigida por su
amigo de la infancia Sergio Leone.
La película es un documental que recrea la obra del
músico a través de las películas más famosas en las que participó desde 1955,
primero como arreglador musical de otros autores y más tarde debutando en 1961
en una serie de televisión. Fue reconocido
tres años después componiendo la banda sonora de Por un Puñado de Dólares. Cabe
agregar que como compositor y director de orquesta Tornatore trabajó
ininterrumpidamente hasta 2020, año en el que falleció a los 91 años,
subrayando musicalmente cerca de 500 películas.
Tornatore realiza “Ennio”,
como un gran homenaje a su maestro musical, dado que todas menos su opera
prima, llevaron la música de este autor, entre ellas, algunas inolvidables como
Cinema Paradiso (1987), Stanno Tutti
Bene (1990),
La Sconosciuta (2006),
entre otras.
La película resulta muy entretenida evocando una
época muy especial del cine italiano, un momento de cambio, donde la rebeldía
de una época de transición se hacía escuchar con la protesta que el cine reflejaba
con estilos nuevos que buscaban dejar
atrás los convencionalismos de la época. Era hora de algo nuevo. Los arreglos
musicales influenciados por la música clásica pedían un cambio. Y ese cambio
llegó de Italia y por el maestro Morricone, cuya experiencia era escasa pero su
capacidad de cambio era notable.
El método era muy simple. Se basaba en sonidos básicos
que uniéndolos musicalmente generaban
una banda sonora que subrayaba las imágenes del film dándole un ritmo
diferente, seco y contundente, como un enojo o creando una atmosfera que
determinaba el estallido de la acción.
Su música nacía del tarareo, al cual trasladaba a
la composición, y de allí a la musicalización cinematográfica. Un dechado de
sentido común, simpleza y capacidad de innovación que enfatizaba la capacidad
de transmisión de la propia imagen.
Tornatore dirige el film con la misma simpleza de
su maestro, buscando material de archivo donde encuentra registros notables que
nos van dando pistas a través de escenas sumamente ingeniosas y elocuentes, a
la vez que la banda de sonido muestra como una idea musical, tal como un
silbido, se va convirtiendo lentamente en un acompañamiento de una orquesta.
Gran trabajo didáctico del director.
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