Francios Ozon es uno de los herederos de la Novelle
Vague. Tal vez, el más importante, el que más se ha destacado. Su filmografía
ya ocupa un lugar importante en la historia del cine francés. Tiene en su haber
más de 20 películas estrenadas, más precisamente 24.
En Cuando Cae el otoño, se encuentra nuevamente frente a
un film cálido, donde poder manejar los sentimientos nos llevan,
particularmente a poder comunicarnos con los seres queridos y aquellos con
quienes queremos comunicarnos.
El film resulta una película interesante en lo
concerniente a la necesidad de comunicación que necesitan los seres humanos.
Sus personajes son unas señoras de unos 60/70 años que viven aisladas en casas
de campos. Su protagonista principal es Michelle, interpretada por Helene
Vincent, una mujer que transita los cerca 60 años, es actriz y acaba de
completar su primer protagónico. Vive sola en medio de una zona lejana a Paris.
Su vecina y mejor amiga
Michelle es una mujer anciana que vive preocupada en
mantener las relaciones familiares siempre latentes que se ve involucrada en
una trama familiar que le permite a Ozon desarrollar el relato haciéndolo
caminar por una cuerda floja que llena al film de suspenso. Michelle les cocina unas setas
silvestres que resultan ser tóxicas. Todo lo que acontece después parece fruto
del infortunio, pero la sombra de la duda crece cuando conoce al hijo de
Marie-Claude, que acaba de salir de prisión.
La narración adquiere fuerza para mantenerse a sí misma
sin trampas ni golpes bajos, dejando que el director se desprenda del modelo y
dando mayor dimensión a sus personajes. Un incidente inesperado saca de la
tranquilidad a los personajes encerrándolo en una especie de thriller familiar.
En todo momento el film es gobernado por la ambigüedad
del relato. Michelle hace una pregunta pero la respuesta nunca llega. La falta de certeza se apodera
del relato. La aparición de otro hijo recién salido de prisión complica más la
trama.
Los personajes toman fuertes decisiones, se equivocan,
otras veces, aciertan, pero el film late con fuerza. Una película interesante del director francés que
atrapa al espectador no solo por las buenas intenciones sino también por la excelente construcción de
un suspenso que logra mantener al espectador hasta el final mismo de la película.
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