Escrita y dirigida por Mariano Cohn y Gaston Duprat el film
tiene las pretensiones de retratar a través de una estructura episódica el ser
argentino. Para ello, se nutre de buen
humor que ronda a lo largo del film, como así también en la melancolía que es
capaz de transmitir la capacidad actoral
que despliega Francella, proeza que implica dar vida a 16 personajes
diferentes.
El film tiene la pretensión de lograr una hazaña, la de
describir al ser argentino, el Homo Argentum que da título a la película. El
film es una comedia situacional que describir a través de una serie de
episodios el ser argentino.
No obstante, el film opera y cumple sin demasiadas
pretensiones. Realizada en base a 16 sketches que con el objetivo de poder dar
vida al “ser argento” pierde el ritmo de una comedia, se deshilvana como película
unitaria y se convierte en una serie de
mini comedias donde si bien luce la actuación de Franchela, no logra exponer su
objetivo de pretender la descripción del ser argentino a través del desarrollo
de 16 caracteres que interpreta con su vena de actor cómico.
El film si bien no pierde unidad temática, los sketches se
vuelven reiterativos y en definitiva la comedia termina transitando más por la
solvencia personal del actor que por los personajes que interpreta. Franchela
termina siendo Franchela ahogándose en sí mismo y dejando pasar una gran
oportunidad de la que no son ajenos los ya mencionados Cohn y Duplat.
Como dice el refrán, el que mucho abarca poco aprieta. La
intención fue buena pero el resultado no es el esperado. Las pretensiones eran
enormes. Parte de la responsabilidad es de lo productores. Pretender contar 16
historias para describir el ser argentino tal vez sea una meta difícil de
alcanzar. Pero más difícil todavía resulta que un solo actor monopolice todos
los tipos del ser argentino encarnados en un mismo actor.
El actor es muy capaz y hace lo que puede, pero los
directores, sobretodo el guion es donde se encuentra la mayor desventaja. Los
diversos estereotipos terminan siendo siempre Francella, un show a su medida
con el cual pretende definir el ser argentino. El film se vuelve reiterativo y
Francella termina aburriendo tratando de convencer que no hay un estereotipo
del argentino sino 16, un número que escapa a cualquier veracidad.
No obstante ello, el film permite el lucimiento personal de actor,
muestra una alta capacidad para mimetizarse en los diversos personajes delineando
al ser argentino. En el fondo, el film entretiene pero no llega a su objetivo
principal, el de encontrar al estereotipo. No obstante, cabe destacar esa larga
lista de personajes que en el fondo siempre es el mismo, pero permite que
Franchela termine mostrando una gran ductilidad para lograr su objetivo.
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