"No
Despierten al León Dormido"

Por el otro
lado, Robert, el personaje de Denzel Washington, protagonista principal de este
film, no es un policía ni responde a
fuerza policial alguna. Por el contrario, es un agente retirado de la CIA, y que
por alguna razón que desconocemos, está amparado bajo un sistema del protección
tipo testigo clave, que lo mantiene fuera de acción y viviendo en un anonimato
absoluto trabajando como instructor de servicios de seguridad en un
supermercado de materiales para la construcción. Cuando Alina, una prostituta
que frecuenta el mismo bar que Robert,
aparece semi desfigurada por una paliza que le propinó alguien relacionado con
la mafia rusa, la película se deslizará hacia una desenfrenada violencia que
poco tiene que ver con la chata y bucólica vida que hasta aquí conocemos lleva
Robert.
Es en este
momento donde uno, conservador apegado a las buenas costumbres, legalista y pacifista, se pregunta por qué el héroe
clásico, individualista y solitario, es quien debe restablecer el orden y
salvar a la muchacha, y no la sociedad y sus instituciones, o sea, la policía y
la justicia, haciendo lo suyo a su debido tiempo y decorosamente. Y más allá de
las convenciones cinematográficas, nos es inevitable encontramos con la
realidad nuestra de todos los días. No es que con este comentario pretenda realizar
una apología de la violencia individualista como forma de solucionar los
problemas de seguridad que se han instalado en las sociedades modernas, pero es
claro ver que las soluciones convencionales que aplicamos diariamente no dan
respuesta a este tipo de problemas donde mafias o terrorismos tienen más poder económico,
más poder de fuego, más recursos humanos y mucho menos escrúpulos para respetar
leyes y reglamentos que los que tienen que
respetar no solo las víctimas del conflicto, sino también las instituciones, sus
representantes y hasta el propio sistema que las cobija. O acaso no será que
todavía no hemos superado el drama de nuestra noche más oscura, y todo aquello
que suene a orden y a represión, abre nuestras heridas y altera nuestros sentimientos,
haciéndonos perder objetividad respecto del verdadero sentido de la justicia?
Posiblemente
un film menor, impecablemente realizado, incluso con menos pretensiones que las
que yo le adjudico, pero si lugar a dudas, un film que me dejo pensando sobre
esa sensación de inseguridad que sentimos todos los días. Tal vez sea solo eso, haber visto un film honesto, un film que llama a las cosas por su nombre.