martes, 26 de enero de 2016

JOY de David O. Russell


OTRO SUEÑO AMERICANO

Hace dos años atrás, con motivo del estreno de "Estafa Americana" (American Hustle), decía del autor y director americano, David O. Russell que su pelicula hablaba de seres marginales, de aquéllos grandes perdedores, de los que viven fuera de la ley, habitando los bordes de ese mismo sueño americano, eligiendo el camino equivocado por el cual nunca podrán alcanzar ese "sueño", y en consecuencia, nunca satisfacer sus anhelos. Que "Estafa Americana" era como un gran juego de espejos donde sus personajes, todos unos pobres desgraciados, vivían su vida arruinando la vida de los demás, pretendiéndoles vender una realidad deformada por sus propia necesidad de pertenecer a un mundo y poder compartir un sueño, que no les era suyo.

En "Joy", su ultima pelicula recientemente estrenada en Buenos Aires, Russell continua radiografiando la clase media baja de los Estados Unidos pero esta vez con mucho más optimismo, aunque no con la misma fortuna cinematográfica. Joy es el nombre de la protagonista casi excluyente, interpretada por Jennifer Lawrence, el descubrimiento actoral más importante del cine americano de los últimos 5 años, a quien acompaña un monumental elenco, en cual, obviamente, están todos bien: De Niro, Isabella Rosellini, Virginia Madsen, Edgar Ramírez, Bradley Cooper, y varios próceres más algo menos conocidos pero grandes actores.

Todo el film está en función del personaje de Joy, que cuando comienza el film está recién separada, tiene una pequeña niña, y trabaja en una aerolínea en la cual se queda sin trabajo. Vive en su propia casa, sobre la cual, obviamente, pesa una hipoteca, donde también aloja a su madre, su abuela y a su ex marido. Para colmo de males, su padre se separa de su segunda esposa, y también viene a Joy en busca de protección y sobre todo, techo. Para más datos, Joy tiene una media hermana más grande que la ayuda pero la cela. En esta composición inicial, el guion de Russell y Annie Mumolo se luce bastante. Es ágil, dinámico, se concentra en los cruces familiares donde se va tejiendo todo un mundo de relaciones familiares cuyo epicentro es Joy, donde no hay duda que la ayuda mutua no abunda pero es claro que a todos les conviene empujar detrás de esa locomotora imparable que es Joy.

La pelicula está narrada por la abuela, lo que la transforma en una narración sobre otra narración. Eso es un recurso sumamente interesante dado que lo acerca al sueño, le da un aire de irrealidad que en definitiva , vuelve a los personajes más personajes todavía, conformando un micro mundo donde todos, de una manera u otra, tienen sueños y viven luchando para alcanzarlos, aunque la suerte les sea esquiva la mayor parte del tiempo. En el fondo, es otra vuelta de tuerca de Russell sobre el "sueño americano". Y Joy será la artífice de ese sueño. Ella es la que siempre se ha destacado en esa familia por ser una buena estudiante y sobre todo, porque tiene alma de inventora.

En su primera hora de metraje, "Joy, la pelicula", se dedica a narrar todas las vicisitudes por la que pasa esta familia uniendo y desatando lazos familiares donde lo que prevalece es una pintura humanística que conforma una gran tragicomedia americana sobre la imposibilidad de alcanzar el famoso sueño americano.

Pero en su segunda hora, Russell y Mumolo se apiadan de los personajes y disparan en varias direcciones contrapuestas para completar el micro mundo que están pintando. La línea principal, obviamente, la sigue a Joy, quien se transformará en la joven inventora inocente que conocerá a un productor de un programa venta masiva por televisión (Bradley Cooper), quien le dará la oportunidad de vender su invento por ese medio. Acá la pelicula cae en la "americanada típica", y toda la destreza narrativa y la capacidad para pintar la clase media que tiene David Russell se desperdicia en la vorágine demagógica que encierra esta parte final del relato.

"Joy" entretiene, está bien narrada, estupendamente actuada, mejor musicalizada, pero está lejos de las mejores obras de Russell. Es como si Russell necesitara recuperar la idea del sueño americano después de haberlo matado. Es como si en esta época post industrial necesitara recuperarlo para ponerlo de zanahoria de los jóvenes emprendedores y decirles que el sueño aún está vivo y que el futuro de América ahora depende de ellos, la juventud, los emprendedores, los grandes vendedores masivos, la televisión, y sobre todo, la gran creatividad americana. Mucho de panfleto y relativamente poco de cine.

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