Alguien se preguntó alguna vez porqué La Biblia resultaba un libro tan
leído y apasionante. Y otro le respondió: Porque es un thriller. Adan
comió la manzana, el fruto prohibido y cometió pecado. O sea, violó la ley de
Dios. Y no lo hizo solo. Obró bajo la seducción de Eva. Ella lo tentó. En
consecuencia, lo indujo al pecado. En una palabra, Eva se convirtió en una
mujer fatal, una villana de película. Ese episodio es un desencadenador de la
historia. Sin pecado, no hubiera ocurrido la misma. Sin violación de una ley no
hay thriller.
En La Gran Apuesta no hay héroes ni villanos. Sólo hay personajes de de
traje gris o azul según su importancia en el trabajo. El problema de Mc Key es
querer que estos personajes se transformen en villanos, entonces los
delira y enloquece para que parezcan émulos de Nickolson en The Shining. Pero
ninguno es tan malo ni tan bueno como parece. Menos aún existe una Eva capaz de
hacerlos cometer un pecado, peor aún un delito. Por eso La Gran Apuesta no
puede ser un thriller. Tal vez, con otros ojos, se la pueda ver como un falso
documental. En ese caso, funciona mejor. El problema es que la forma nunca
determina el contenido. En consecuencia, no podemos hacer villanos de banqueros
ni héroes de brokers de mercado. Llevamos más de 110 años de cine, y nos han
contado la misma historia de mil maneras diferentes. "The Big
Short" pretende ser un thriller financiero olvidando que en el mundo
de la especulación solo existen ganadores y perdedores. Esas son las reglas del
juego. La actividad bancaria, la mayoría de las veces, es solo una actividad al
servicio del consumo y la producción. Aquí estamos hablando de banca de
inversión.
El relato cinematográfico narra la historia de unos de unos señores que compran
y venden papeles en Manhattan y están conectados con todo el mundo. Mueven
miles de millones de dólares por día y operan pérdidas y ganancias a granel.
Ellos son los que pisan el palito. Supuestamente, los malos de la película. El
problema es que alguien que debía controlar, no controla. O sea, los que debían
ser los buenos, se convierten también en malos. En consecuencia, todo se
desmadra, y cuando el mundo se da cuenta, ya es tarde, la burbuja financiera
estalla y una recesión madre se desata a nivel internacional. La
debilidad de la película está en que todos parecen ser malos, entonces,
alguien debería ser el bueno, y como buenos no hay, no se les ocurre mejor
idea que imputar a todos de especuladores cuyas víctimas finales son la
pobre gente a la que no le alcanzan sus ingresos para pagar una hipoteca. En
consecuencia, el tendal de pobres que queda en el camino asumirán el papel de
los buenos engañados por los hombres malos de color gris. Un poco forzado.
Tengo la impresión que estamos ante una interpretación tendenciosa de la
historia.
Ni muy muy, ni tan, tan. Para la película estos tipos son delincuentes
que operan irresponsablemente con la anuencia de los controladores y los
calificadores de riesgo. Y lo peor, es que sus productos llegan a una masa de
ahorristas "supuestamente" desprevenidos que creen estar ahorrando en
cedulas hipotecarias de bajo riesgo cuando en realidad el pedal es tan grande
que la relación deuda / cobertura se ha licuado. Esa situación es la que define
el mentiroso título local de la película: la apuesta. ¿Pero es realmente así? ¿Fueron
los banqueros verdaderamente culpables de estafar al público? ¿Cuál fue el rol
de los controladores? ¿Todo aquel que opera en el mercado de securities es un
especulador? ¿Acaso la gente supuestamente estafada, no perseguía también algún
fin de lucro? En las finanzas no hay santos como tampoco debe haber
distraídos.
Toda la película transcurre en el medio financiero de Nueva York. Corre
fines de 2005 y un bróker se da cuenta que las posiciones en securities de los
grandes bancos de inversión están formadas con un enorme pedal en hipotecas de
clase baja. La economía ya está superando la crisis de 2001 y en consecuencia
la tasa de interés ha comenzado a crecer. Saca la conclusión que la tasa
actual, que está en 5 % puede llegar a 8%. En ese caso, el crack será
inevitable dado que nadie podrá pagar los intereses de las hipotecas de bajo
costo. Decide vender toda la posición (el Big Short del título original).
Para entendidos en el tema, el film tiene mucho de documental y puede
resultar apasionante. Pero para los no entendidos, la carencia real de buenos y
villanos complica el relato. Si bien se trata de una ficción basada en la
más cruel realidad, cuesta ubicar santos inocentes perjudicados por villanos de
baja estofa. Si fuera así, sería una mirada simplista de una cuestión que
produjo una crisis mundial, la caída de varios bancos, y el apoyo del gobierno
americano a varias empresas.
Pero si bien hubo una gran cantidad de gente perjudicada alrededor el
mundo, sería ingenuo deducir, como hace la película, que esa gente es una gran
cantidad de personas estafadas. Para que ocurriera una estafa debería haber
primado el dolo y la intención deliberada de estafa. Acá, más vale, se
trata de una cuestión ideológica: Liberalismo vs. Intervencionismo. No obstante,
los entes reguladores fallaron. También se permitió que las calificadoras de
riesgo conservaran ratings prudenciales cuando claramente la cuestión se había
agravado. Pero la intención, lejos de la estafa, fue no provocar pánico.
Obviamente, lo inevitable sucedió. La crisis igual se produjo y dejó el tendal.
Entonces volvemos al principio. Si "La Gran Apuesta" fuera un
thriller, los malos pisarían el palito o cometerían el error. Y eso nunca
sucede porque la realidad es otra. Es básicamente un sistema fuera de control.
Calificar indiscriminativamente que el sistema financiero son los malos y
las clases pobres perjudicadas son los buenos, es una simpleza que acota
cualquier atisbo de realismo de "La Gran Apuesta". Lo único que en el
film se acerca al thriller es el suspenso que genera la suba de la tasa de interés,
y las dudas que genera: Se frenará, caerá o seguirá subiendo. El palito se
coloca en el 8 %. A esta altura de la historia, ya todos conocemos la
respuesta. La realidad es inapelable. El thriller pierde consistencia, se
disipa, y solo queda el drama de la crisis. El thriller suele terminar en
drama.
Es posible que una parte del público salga del cine sin entender
la trama de la película pero si con el concepto claro que si se trata de
una apuesta hubo juego, y si hubo juego alguien ganó y alguien perdió, y que
esos perdedores son miles de ahorristas desprevenidos y estafados. Creo que se
trata de una opinión tendenciosa e inducida. En cambio, lo que hay que
entender es que se descubrió un negocio que parecía seguro en el mercado de las
securities, el crecimiento del negocio superó la capacidad y la celeridad de
los controladores bancarios y bursátiles, quienes no atinaron a generar
controles adecuados. El sistema se propagó por todo el mundo generando una
burbuja financiera de gran dimensión que en determinado momento se pinchó y
generó una crisis financiera mundial.
Acusar a un sistema
de especulación es al menos temeroso dado que en todos los productos
financieros de cobertura, una punta, al menos, está apostando que lo que va a
ocurrir es lo contrario a lo que piensa la contraparte. Reducir la cuestión a
un juego de buenos y malos, y determinar que las clases pobres son las
perjudicadas, y acusar al sector financiero de ser el gran canalla de la
película, es no entender demasiado los complejos mecanismos que operaron detrás
de todo ello, y constituye una interpretación simplista de la película y del
sistema financiero mundial.
Para entendidos en el tema, el film tiene mucho de
documental y puede resultar apasionante. Pero para los no entendidos, la carencia
real de buenos y villanos complica el relato. Si bien se trata de una ficción basada en la
más cruel realidad, cuesta ubicar santos inocentes perjudicados por villanos de
baja estofa. Si fuera asi, sería una mirada simplista de una cuestión que
produjo una crisis mundial, la caída de varios bancos, y el apoyo del gobierno
americano a varias empresas.
Pero si bien hubo una gran cantidad de gente perjudicada
alrededor el mundo, sería ingenuo deducir, como hace la pelicula, que esa gente
es una gran cantidad de personas estafadas. Para que ocurriera una estafa debería
haber primado el dolo y la intención deliberada de estafa. No obstante, los entes reguladores fallaron.
También se permitió que las calificadoras de riesgo conservaran ratings
prudenciales cuando claramente la cuestión se había agravado. Pero la
intención, lejos de la estafa, fue no provocar pánico. Obviamente, lo
inevitable sucedió. La crisis igual se produjo y dejó el tendal.
Entonces volvemos al principio. Si "La Gran Apuesta"
fuera un thriller, los malos pisarían el palito o cometerían el error. Y eso
nunca sucede porque la realidad es otra. Es basicamente un sistema fuera de control.
Calificar indiscriminativamente que el
sistema financiero son los malos y las clases pobres perjudicadas son los
buenos, es una simpleza que acota cualquier atisbo de realismo de "La Gran
Apuesta". Lo único que en el film se acerca al thriller es el suspenso que
genera la suba de la tasa de interés, y las dudas que genera: se frenará, caerá ó seguirá subiendo. El
palito se coloca en el 8 %. A esta altura de la historia, ya todos conocemos la
respuesta. La realidad es inapelable. El thriller pierde consistencia, se
disipa, y solo queda el drama de la crisis. El thriller suele terminar en
drama.
Es posible que una parte del público salga del cine sin
entender la trama de la pelicula pero si
con el concepto claro que si se trata de
una apuesta hubo juego, y si hubo juego alguien ganó y alguien perdió, y que
esos perdedores son miles de ahorristas desprevenidos y estafados. Creo que se
trata de una opinión tendenciosa e inducida. En cambio, lo que hay que entender es que se
descubrió un negocio que parecía seguro en el mercado de las securities, el
crecimiento del negocio superó la capacidad y la celeridad de los controladores
bancarios y bursátiles, quienes no atinaron a generar controles adecuados. El
sistema se propagó por todo el mundo generando una burbuja financiera de gran
dimensión que en determinado momento se pinchó y generó una crisis financiera
mundial.
Acusar a un sistema de
especulación es al menos temerosos dado que en todos los productos financieros
de cobertura, una punta, al menos, está apostando que lo que va a ocurrir es lo
contrario a lo que piensa la contraparte. Reducir la cuestión a un juego de
buenos y malos, y determinar que las clases pobres son las perjudicadas, y
acusar al sector financiero de ser el gran canalla de la película, es no entender
demasiado los complejos mecanismos que operaron detrás de todo ello, y
constituye una interpretación simplista de la película y del sistema financiero
mundial.
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