jueves, 14 de enero de 2016

THE BIG SHORT de Adan Mc Key


LA GRAN APUESTA

Alguien se preguntó alguna vez porqué La Biblia resultaba un libro tan leído y apasionante. Y otro le respondió: Porque es un thriller.  Adan comió la manzana, el fruto prohibido y cometió pecado. O sea, violó la ley de Dios. Y no lo hizo solo. Obró bajo la seducción de Eva. Ella lo tentó. En consecuencia, lo indujo al pecado. En una palabra, Eva se convirtió en una mujer fatal, una villana de película. Ese episodio es un desencadenador de la historia. Sin pecado, no hubiera ocurrido la misma. Sin violación de una ley no hay thriller.

En La Gran Apuesta no hay héroes ni villanos. Sólo hay personajes de de traje gris o azul según su importancia en el trabajo. El problema de Mc Key es querer  que estos personajes se transformen en villanos, entonces los delira y enloquece para que parezcan émulos de Nickolson en The Shining. Pero ninguno es tan malo ni tan bueno como parece. Menos aún existe una Eva capaz de hacerlos cometer un pecado, peor aún un delito. Por eso La Gran Apuesta no puede ser un thriller. Tal vez, con otros ojos, se la pueda ver como un falso documental. En ese caso, funciona mejor. El problema es que la forma nunca determina el contenido. En consecuencia, no podemos hacer villanos de banqueros ni héroes de brokers de mercado. Llevamos más de 110 años de cine, y nos han contado la misma historia de mil maneras diferentes.  "The Big Short" pretende ser  un thriller financiero olvidando que en el mundo de la especulación solo existen ganadores y perdedores. Esas son las reglas del juego. La actividad bancaria, la mayoría de las veces, es solo una actividad al servicio del consumo y la producción. Aquí estamos hablando de banca de inversión.

El relato cinematográfico narra la historia de unos de unos señores que compran y venden papeles en Manhattan y están conectados con todo el mundo. Mueven miles de millones de dólares por día y operan pérdidas y ganancias a granel. Ellos son los que pisan el palito. Supuestamente, los malos de la película. El problema es que alguien que debía controlar, no controla. O sea, los que debían ser los buenos, se convierten también en malos. En consecuencia, todo se desmadra, y cuando el mundo se da cuenta, ya es tarde, la burbuja financiera estalla  y una recesión madre se desata a nivel internacional.  La debilidad de la película está en que  todos parecen ser malos, entonces, alguien debería ser el bueno, y como buenos no hay, no se les ocurre mejor idea  que imputar a todos de especuladores cuyas víctimas finales son la pobre gente a la que no le alcanzan sus ingresos para pagar una hipoteca. En consecuencia, el tendal de pobres que queda en el camino asumirán el papel de los buenos engañados por los hombres malos de color gris. Un poco forzado. Tengo la impresión que estamos ante una interpretación tendenciosa de la historia.

Ni muy muy, ni tan, tan. Para la película estos tipos son delincuentes que operan irresponsablemente con la anuencia de los controladores y los calificadores de riesgo. Y lo peor, es que sus productos llegan a una masa de ahorristas "supuestamente" desprevenidos que creen estar ahorrando en cedulas hipotecarias de bajo riesgo cuando en realidad el pedal es tan grande que la relación deuda / cobertura se ha licuado. Esa situación es la que define el mentiroso título local de la película: la apuesta. ¿Pero es realmente así? ¿Fueron los banqueros verdaderamente culpables de estafar al público? ¿Cuál fue el rol de los controladores? ¿Todo aquel que opera en el mercado de securities es un especulador? ¿Acaso la gente supuestamente estafada, no perseguía también algún fin de lucro? En las finanzas no hay santos  como tampoco debe haber distraídos.

Toda la película transcurre en el medio financiero de Nueva York. Corre fines de 2005 y un bróker se da cuenta que las posiciones en securities de los grandes bancos de inversión están formadas con un enorme pedal en hipotecas de clase baja. La economía ya está superando la crisis de 2001 y en consecuencia la tasa de interés ha comenzado a crecer.  Saca la conclusión que la tasa actual,  que está en 5 % puede llegar a 8%. En ese caso, el crack será inevitable dado que nadie podrá pagar los intereses de las hipotecas de bajo costo. Decide vender toda la posición (el Big Short del título original).

Para entendidos en el tema, el film tiene mucho de documental y puede resultar apasionante. Pero para los no entendidos, la carencia real de buenos y villanos complica el relato.  Si bien se trata de una ficción basada en la más cruel realidad, cuesta ubicar santos inocentes perjudicados por villanos de baja estofa. Si fuera así, sería una mirada simplista de una cuestión que produjo una crisis mundial, la caída de varios bancos, y el apoyo del gobierno americano a varias empresas.

Pero si bien hubo una gran cantidad de gente perjudicada alrededor el mundo, sería ingenuo deducir, como hace la película, que esa gente es una gran cantidad de personas estafadas. Para que ocurriera una estafa debería haber primado el dolo y la intención deliberada de estafa.  Acá, más vale, se trata de una cuestión ideológica: Liberalismo vs. Intervencionismo. No obstante, los entes reguladores fallaron. También se permitió que las calificadoras de riesgo conservaran ratings prudenciales cuando claramente la cuestión se había agravado. Pero la intención, lejos de la estafa, fue no provocar pánico. Obviamente, lo inevitable sucedió. La crisis igual se produjo y dejó el tendal.

Entonces volvemos al principio. Si "La Gran Apuesta" fuera un thriller, los malos pisarían el palito o cometerían el error. Y eso nunca sucede porque la realidad es otra. Es básicamente un sistema fuera de control.  Calificar indiscriminativamente que el sistema financiero son los malos y las clases pobres perjudicadas son los buenos, es una simpleza que acota cualquier atisbo de realismo de "La Gran Apuesta". Lo único que en el film se acerca al thriller es el suspenso que genera la suba de la tasa de interés, y las dudas que genera: Se frenará, caerá o seguirá subiendo. El palito se coloca en el 8 %. A esta altura de la historia, ya todos conocemos la respuesta. La realidad es inapelable. El thriller pierde consistencia, se disipa, y solo queda el drama de la crisis. El thriller suele terminar en drama.


Es posible que una parte del público salga del cine sin entender  la trama de la película pero si con el concepto claro  que si se trata de una apuesta hubo juego, y si hubo juego alguien ganó y alguien perdió, y que esos perdedores son miles de ahorristas desprevenidos y estafados. Creo que se trata de una opinión tendenciosa e inducida.  En cambio, lo que hay que entender es que se descubrió un negocio que parecía seguro en el mercado de las securities, el crecimiento del negocio superó la capacidad y la celeridad de los controladores bancarios y bursátiles, quienes no atinaron a generar controles adecuados. El sistema se propagó por todo el mundo generando una burbuja financiera de gran dimensión que en determinado momento se pinchó y generó una crisis financiera mundial. 


Acusar a un sistema de especulación es al menos temeroso dado que en todos los productos financieros de cobertura, una punta, al menos, está apostando que lo que va a ocurrir es lo contrario a lo que piensa la contraparte. Reducir la cuestión a un juego de buenos y malos, y determinar que las clases pobres son las perjudicadas, y acusar al sector financiero de ser el gran canalla de la película, es no entender demasiado los complejos mecanismos que operaron detrás de todo ello, y constituye una interpretación simplista de la película y del sistema financiero mundial.

Para entendidos en el tema, el film tiene mucho de documental y puede resultar apasionante. Pero para los no entendidos, la carencia real de buenos y villanos complica el relato.  Si bien se trata de una ficción basada en la más cruel realidad, cuesta ubicar santos inocentes perjudicados por villanos de baja estofa. Si fuera asi, sería una mirada simplista de una cuestión que produjo una crisis mundial, la caída de varios bancos, y el apoyo del gobierno americano a varias empresas.

Pero si bien hubo una gran cantidad de gente perjudicada alrededor el mundo, sería ingenuo deducir, como hace la pelicula, que esa gente es una gran cantidad de personas estafadas. Para que ocurriera una estafa debería haber primado el dolo y la intención deliberada de estafa.  No obstante, los entes reguladores fallaron. También se permitió que las calificadoras de riesgo conservaran ratings prudenciales cuando claramente la cuestión se había agravado. Pero la intención, lejos de la estafa, fue no provocar pánico. Obviamente, lo inevitable sucedió. La crisis igual se produjo y dejó el tendal.

Entonces volvemos al principio. Si "La Gran Apuesta" fuera un thriller, los malos pisarían el palito o cometerían el error. Y eso nunca sucede porque la realidad es otra. Es basicamente un sistema fuera de control.  Calificar indiscriminativamente que el sistema financiero son los malos y las clases pobres perjudicadas son los buenos, es una simpleza que acota cualquier atisbo de realismo de "La Gran Apuesta". Lo único que en el film se acerca al thriller es el suspenso que genera la suba de la tasa de interés, y las dudas que genera:  se frenará, caerá ó seguirá subiendo. El palito se coloca en el 8 %. A esta altura de la historia, ya todos conocemos la respuesta. La realidad es inapelable. El thriller pierde consistencia, se disipa, y solo queda el drama de la crisis. El thriller suele terminar en drama.



Es posible que una parte del público salga del cine sin entender  la trama de la pelicula pero si con el concepto claro  que si se trata de una apuesta hubo juego, y si hubo juego alguien ganó y alguien perdió, y que esos perdedores son miles de ahorristas desprevenidos y estafados. Creo que se trata de una opinión tendenciosa e inducida.  En cambio, lo que hay que entender es que se descubrió un negocio que parecía seguro en el mercado de las securities, el crecimiento del negocio superó la capacidad y la celeridad de los controladores bancarios y bursátiles, quienes no atinaron a generar controles adecuados. El sistema se propagó por todo el mundo generando una burbuja financiera de gran dimensión que en determinado momento se pinchó y generó una crisis financiera mundial. 

Acusar a un sistema de especulación es al menos temerosos dado que en todos los productos financieros de cobertura, una punta, al menos, está apostando que lo que va a ocurrir es lo contrario a lo que piensa la contraparte. Reducir la cuestión a un juego de buenos y malos, y determinar que las clases pobres son las perjudicadas, y acusar al sector financiero de ser el gran canalla de la película, es no entender demasiado los complejos mecanismos que operaron detrás de todo ello, y constituye una interpretación simplista de la película y del sistema financiero mundial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario