En los años 60, leía sus aventuras en las revistas
mexicanas. Más tarde, vería la serie de televisión de Batman y Robín donde Guasón
era un villano simpático. En 1966, los héroes pasan al cine. Joker fue personificado
por George Romero. En 1989, Warner decide revivir a Batman, Tim Burton en la
dirección y Jack Nicholson como Guasón. Se genera una saga que dura toda una década.
A mediados de los 2000, reaparece Batman y en 2008 el Joker en El Caballero de
la Noche, personificado por Heath Ledger. Su actuación extraordinaria le vale
un Oscar. Ahora, la Warner asociada con DC, deciden dar vida propia al Joker. Todo
un acierto.
Hace tiempo que el cine americano no produce una joya
cinematográfica como ésta. Más allá de las diferentes versiones mencionadas y
de sus formas (revistas, televisión y cine), en esta nueva versión con Joaquín
Phoenix el personaje se transforma en un ser desclasado, con importantes problemas
mentales que representa el desconformismo y el resentimiento de toda una clase
social que no ve otra salida que la violencia.
En Joker, tanto el texto de Todd Philips como su dirección,
enfatizan en la indiferencia de esa sociedad en estado de cambio donde el
trabajo no abunda y mucho menos para aquellos que sufren algún tipo de
marginalidad o carecen de los estudios adecuados.
El personaje no es una persona normal. Sufre las
consecuencias de una alteración mental que es tratada a través del suministro
de unas pastillas que le dan los servicios sociales de la ciudad después de una
visita periódica a una asistente social.
Vive en Nueva York con su madre, una anciana que padece de
problemas cardiacos severos. Trabaja para una empresa de publicidad en la que
encara el papel del hombre sándwich. Es victima permanente de todos los vándalos
que habitan el barrio.
Joker es Arthur Fleck, y Joaquín Phoenix lo interpreta realizando
la actuación de su vida. Es por definición un looser, un perdedor clásico de
esta época violenta, que sueña con ser actor. La madre, durante su juventud, ha
sido mucama en una mansión y dado que nunca conoció a su padre, intuye que puede
serlo el multimillonario Wayne (el padre de Batman). Son acaso hermanos de
padre?
El guion de Philips juega con todos estos elementos dirigiéndolos
hacia la tragedia haciendo siempre incapie en las cuestiones sociales. Fleck
vive en un departamento en mal estado en un suburbio violento. Se maneja en
trenes siempre abarrotados rodeado de gente prepotente y violenta. Su trabajo
no es una excepción. Lo consigue solo de vez en cuando y la paga es miserable.
No es descabellado pensar que este sujeto desee poder
cambiar algo de su vida. Pretende ser actor. Asiste regularmente buscando una oportunidad
a los programas de Murray Franklin, un presentador de televisión interpretado por
Robert de Niro (con su solvencia de siempre).
Phillips maneja su guión con una destreza e inteligencia única.
Su film adquiere la forma de una farsa que inevitablemente conduce a la violencia.
Cada escena es una pieza de un rompecabezas que no solo conforma una
personalidad única sino también una serie de situaciones que más allá del
crimen y la tragedia, convergerán en el caos social.
Encuentro en Joker influencias del cine neoyorkino de Martin
Scorsese. Concretamente de Taxi Driver, donde el personaje que interpreta Robert
de Niro (Travis Bickle) arrastra secuelas parecidas aunque con orígenes diferentes.
Aquello tenía que ver con la intervención de una guerra sucia y la actualidad
con cambios profundos en los paradigmas laborales.
Joker es una de las mejores películas americanas que he
visto en los últimos años. Partiendo de un personaje conocido por todos, Philips
pone en escena toda una tragedia de nuestra época. La falta de trabajo, las
relaciones amorosas inestables, la falta de sensibilidad social de los poderosos,
la violencia callejera, la marginalidad de los seres diferentes, la soledad que
se sufre en las grandes ciudades, la falta de respeto hacia el otro.
Pinta a Joker como una víctima social que, aunque bajo los
efectos de barbitúricos y disturbios mentales, tiene la dualidad de habitar
entre el bien y el mal, siendo capaz de generar un caos que no es otra cosa que
una llamada de atención a una sociedad que está perdiendo sus valores básicos y
sobretodo, éticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario