sábado, 30 de mayo de 2020

MICHELÁNGELO ANTONIONI (1912 -2007)


GRANDES DIRECTORES DE LOS ´60

“Detesto el papel de incomprendido. Si hay algo enigmático en lo que hago, es por error mío. Lo malo es que mis errores son, seguramente, lo más personal que hay en mis películas". Michelángelo Antonioni

Michelángelo Antonioni comienza como asistente y guionista de Roberto Rossellini, de quien, obviamente, recibe una influencia que determinará su orientación estilística. Trabajó en films como Roma, Ciudad Abierta, Paisá, y Alemania, Año Cero (1947),  en los cuales Rossellini comenzaba a insinuar el marco moral de la nueva sociedad italiana de posguerra. El cine moderno daba sus primeros pasos. La propuesta de Antonioni parece provenir del cuarto de hora final de Alemania, con el largo y silencioso vagabundeo del Edmund por las calles de una Berlín en ruinas que culmina con su salto al vacío desde la terraza de un edificio en construcción.
Antonioni es el director de la introversión y la angustia de la burguesía. Es reconocido como uno de los cineastas que ha reflexionado sobre la relación del individuo moderno con el espacio, con el lugar a través del cine. Proveniente del movimiento neorrealista, desarrolló la necesidad de entender las formas en las que distintas espacialidades (la ciudad, el campo, el país, etc.) pueden configurar diferentes vivencias. Como pensador en imágenes, trató de generar conceptos fílmicos que problematizan la relación espacio-vida desde el cine. Lo hizo a partir de una selección de prácticas y técnicas que permitieran entender lo fílmico como un elemento más complejo que el simple escenario.

Una de las propuestas más concretas y originales del autor vendrá a través del tratamiento del paisaje como poética del espacio, que permitirá revalorizar la imagen paisajística (contra la escénica tradicional) como imagen-poética a partir de una nueva forma de concebir al paisaje y sus características como el resultado en imágenes de la interioridad y la conciencia de sus protagonistas. De esta forma, para Antonioni el paisaje se convertirá en tensión poética traducida en imágenes, que será resonancia de los potenciales afectivos y de la conciencia a través de las cuales los individuos se relacionan con el mundo.

Así, el cine de Antonioni, en su intento por capturar “no tanto la relación del individuo con el ambiente, sino el individuo en sí”, con toda su compleja e inquietante verdad hará de la imagen paisajística un fractal de la complejidad de sus personajes, de sus vivencias, de su ser.

Otra característica de su cine es la fisonomía femenina. Mientras las divas del cine italiano eran mujeres desbordantes de sensualidad, gritonas y mundanas, la diva de Antonioni era Mónica Vitti, una mujer joven, flaca fría, algo distante, y casi inaccesible. Otra diferencia establece que mientras el neorrealismo italiano se inspiraba en la realidad (el cine al servicio de los grandes temas sociales), Antonioni creaba su propia realidad, intimista, buceando en los sentimientos de una burguesía introvertida, encontrando barreras impenetrables, distancias abismales entre hombres y mujeres, como si un cable se hubiera desconectado y la señal se hubiera perdido.

LA OBRA DEL REALIZADOR (Ver Sección COMENTARIOS)

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