LA MEMORIA Y LA NOSTALGIA
Mimmo Calopresti es un director italiano, poco conocido en Argentina, que tiene en su haber una treintena de films. Particularmente, no conocía su obra y creyendo no estar en un error, me temo que sus films no han sido presentados comercialmente en Argentina.
Éste, su última película, datada en 2019, es una aguda
reflexión sobre la vida, el terruño, el paso del tiempo, la memoria y
sobretodo, la nostalgia, interpretando
sus papeles principales Marcello
Fonte y Valeria Bruni Tedeschi. La
acción del film se sitúa en Reggio, Calabria, en 1951, donde nace un niño, se
cría y se vuelve hombre.
El film nos habla sobre la
memoria y la nostalgia. La memoria como una función del cerebro que nos permite
recordar información sobre nuestro pasado. La nostalgia como un sentimiento de
pena por la lejanía, la ausencia, la privación o la pérdida de alguien o algo
querido. La memoria es la que permite
retener experiencias pasadas codificando y almacenando información sobre
el pasado.
En Aspromonte los pobladores se sublevan reclamando la asistencia de un médico y una ruta que los conecte con los centros más poblados. Los lugareños enfrentan no sólo la situación de pobreza del lugar sino también la corrupción local y la violencia de los tradicionales caudillos de las mafias. Todo está cercado por una gran soledad. Hay en su accionar una especie de contradicción abierta, la de alguien que sabe que debe emigrar para acceder a un mundo mejor, con mayores posibilidades, y por otro, esta esa tierra donde se ha nacido que retiene y no suelta. Simultáneamente, llegará al lugar una maestra de escuela interpretada por Valeria Bruni Tedeschi.
Una impronta neorrealista impregna
a la película, que alude a una Italia dividida y postergada después del caos
vivido durante la Segunda Guerra. Las consecuencias del desamparo originados por
la adhesión de Mussolini al eje alemán postergaron el desarrollo italiano. Los
cambios hacia un mejor bienestar no mostraron signos que hicieran soñar un
futuro prometedor.
Un acierto de Calopresti
es su lenguaje. Siempre narra en forma llana y directa, evitando recargar el
film de melancolía como tampoco al personaje, mostrándolo lejano a un sentido
trágico de la vida sino dejando que, pese a todas las malarias que viven sus
protagonistas, siempre puedan encontrar una salida que les permita soñar una
vida más conveniente.
Aspromonte no ofrece mucha novedad ni originalidad,
respecto a lo ya visto. No obstante, su diferencia
más notable es que este film carece de referencias. Aquí no existen aquellos juegos
de cine dentro del cine como las que realizan y forman parte central de las
películas de Tornatore y Sorrentino.
Esa ausencia vuelve a la película de Calopresti mucho más real, personal,
sin válvula de escape hacia otras direcciones, donde los relatos emergen
amortiguados ante el impacto de las carencias cotidianas. La labor de la
maestra recién llegada al pueblo desde la Lombardía, las tierras ricas del
norte, ofrece a los chicos del pueblo la herramienta de la literatura como
vehículo para viajar y soñar sin necesidad de atravesar ni el mar ni las
montañas manteniéndolos en un tipo de encierro a cielo abierto que básicamente les
permite ser ellos mismos.
El objetivo de Calopresti es ir más allá de los sueños, es decir, vivir
el presente aceptando condicionamientos, y hacer lo que se debe hacer para
poder alcanzar el futuro. En ello queda claro que no hay lugar para los
individualismos, y que más allá de los sueños, el hombre necesita del hombre,
es decir, logar vivir en comunidad bajo reglas que se respeten con el propósito
de lograr el bienestar general al que todos aspiran.
No obstante, este film habla de memoria, la nostalgia y la melancolía. La
memoria alude a las experiencias pasadas. La primera alude a todo aquello
necesario para adquirir un conocimiento que nos facilite un futuro. Tiene que
ver con el aprendizaje. La segunda, a un cambio, un sentimiento
de pena por la lejanía, la ausencia, la privación o la pérdida de alguien o
algo queridos. La tercera, por un estado de ánimo de tristeza y
desinterés, causado por cuestiones fiscas o morales, por lo general, de leve
importancia.
Calopresti, en este film, nos está hablando de la necesidad de conocer y
hacer, y a la vez, de no dejarnos vencer por lo que hemos perdido, y sobre todo,
de no perder la esperanza de vivir un poco mejor.
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