TRES AMIGAS de Emanuele
Mouret
LAS RELACIONES PASAJERAS
Joan ya no está enamorada
de Víctor. No obstante ello, sufre porque no mantiene una relación clara con
él. Su mejor amiga, Alice, trata de transmitirle tranquilidad dado que ella
misma ya no siente pasión por Eric, aunque su relación no se ha roto. No
obstante, ella no sabe que su marido tiene un amorío con su amiga Rebeca. Joan
decidirá dejar a Víctor y éste se irá desapareciendo, tratando de encontrar una
vida distinta.
El film de Mouret trata sobre
los sentimientos encontrados en las relaciones de un grupo de personas que se
conocen desde su juventud. Han crecido juntos, vivido experiencias comunes, e
incluso, desencontrado varias veces en sus vidas. Tanto sus emociones como sus tristezas
resultan creíbles. Sus personajes son personas comunes que se conocen desde su
infancia y se quieren porque se conocen de toda una vida.
Entre ellos no hay hipocresía. Son lo que son, espontáneos y auténticos.
Priorizan la amistad, resultan queribles, sus emociones responden al común de la gente. En consecuencia, el film
resulta conmovedor, sensato y realista en gran parte debido a las actuaciones creíbles
de un grupo de excelentes actores que cumplen su rol con eficacia y
verosimilitud.
El film es muy concreto. Las mujeres están pasando el inicio de una
crisis existencial. Son amigas que se apoyan entre ellas tratando de evitar
conversaciones que escuchen sus maridos. Viven con el celular en las manos y de
esa manera se conectan mutuamente.
El teléfono opera como si fuera un instrumento esencial de comunicación,
y sus catarsis operan baja esa misma cuerda. El teléfono opera como si fuera un
confesionario que expía todos los presuntos pecados.
El
director Emanuele Mouret elige un estilo Woody Allen donde las conversaciones
telefónicas reemplazan a los encuentros personales. Ello los lleva a
comunicarse diariamente por teléfono. Sus charlas son diarias y comunes. Facilita
la cuestión el conocerse desde la infancia. Entre ellos no existen los
secretos.
Cada
personaje arrastra una cruz. El plano central de la película lo monopoliza Joan.
Ella ha perdido interés en su marido, está sola y desea vincularse con oro hombre
al cual no encuentra. En consecuencia, se siente sola. Su amiga Alice finge un
amor que no siente. Eric es un hombre exigente y de una sola mujer. Y Rebecca completa
el cuadro viviendo su sexualidad desapasionadamente.
Con
planos limpios y diálogos claros, subrayado por la banda sonora de Benjamin
Esdraffo y climatizados por temas de Mozart, Ravel y Mendelson, el director
compone un ambiente de armonía y donde
ya ninguna relación es eterna, salvo aquellas que se crearon de niños.
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