miércoles, 30 de julio de 2025

TRES AMIGAS de Emanuele Mouret

TRES AMIGAS de Emanuele Mouret

LAS RELACIONES PASAJERAS

Joan ya no está enamorada de Víctor. No obstante ello, sufre porque no mantiene una relación clara con él. Su mejor amiga, Alice, trata de transmitirle tranquilidad dado que ella misma ya no siente pasión por Eric, aunque su relación no se ha roto. No obstante, ella no sabe que su marido tiene un amorío con su amiga Rebeca. Joan decidirá dejar a Víctor y éste se irá desapareciendo, tratando de encontrar una vida distinta.

El film de Mouret trata sobre los sentimientos encontrados en las relaciones de un grupo de personas que se conocen desde su juventud. Han crecido juntos, vivido experiencias comunes, e incluso, desencontrado varias veces en sus vidas. Tanto sus  emociones como sus tristezas resultan creíbles. Sus personajes son personas comunes que se conocen desde su infancia y se quieren porque se conocen de toda una vida.

Entre ellos no hay hipocresía. Son lo que son, espontáneos y auténticos. Priorizan la amistad, resultan queribles, sus emociones responden  al común de la gente. En consecuencia, el film resulta conmovedor, sensato y realista en gran parte debido a las actuaciones creíbles de un grupo de excelentes actores que cumplen su rol con eficacia y verosimilitud.

El film es muy concreto. Las mujeres están pasando el inicio de una crisis existencial. Son amigas que se apoyan entre ellas tratando de evitar conversaciones que escuchen sus maridos. Viven con el celular en las manos y de esa manera se conectan mutuamente.

El teléfono opera como si fuera un instrumento esencial de comunicación, y sus catarsis operan baja esa misma cuerda. El teléfono opera como si fuera un confesionario que expía todos los presuntos pecados.

El director Emanuele Mouret elige un estilo Woody Allen donde las conversaciones telefónicas reemplazan a los encuentros personales. Ello los lleva a comunicarse diariamente por teléfono. Sus charlas son diarias y comunes. Facilita la cuestión el conocerse desde la infancia. Entre ellos no existen los secretos.

Cada personaje arrastra una cruz. El plano central de la película lo monopoliza Joan. Ella ha perdido interés en su marido, está sola y desea vincularse con oro hombre al cual no encuentra. En consecuencia, se siente sola. Su amiga Alice finge un amor que no siente. Eric es un hombre exigente y de una sola mujer. Y Rebecca completa el cuadro viviendo su sexualidad desapasionadamente.

Con planos limpios y diálogos claros, subrayado por la banda sonora de Benjamin Esdraffo y climatizados por temas de Mozart, Ravel y Mendelson, el director compone un ambiente de armonía  y donde ya ninguna relación es eterna, salvo aquellas que se crearon de niños.


De lo mejor que ha presentado el cine francés en los últimos tiempos

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