Muy floja es
esta película candidata a 8 nominaciones para el Oscar, entre ellas la de mejor
película. Eso si, prolijamente narrada, debe ser una gran producción inglesa
que los estudios de Hollywood han decidido dar distribución mundial.
La cosa se
complica cuando el director se da cuenta que en sus manos no tiene más que un
mediometraje para una película de suspenso, entonces decide descubrir la
homosexualidad de Turing y se da cuenta que si relata el amor platónico entre
él y su discípula Joan Clarke, interpretada por la siempre correcta Keira Knightley, no sólo va a ganar en
metraje, sino que le va a permitir ir más lejos, colocar al héroe en papel de víctima
de los prejuicios sociales y transformarlo en un perseguido político como
consecuencia de su homosexualidad, haciendo del film en un canto por los
derechos humanos.
No vayan a
pensar que lo anterior responde a prejuicios de mi parte. No es asi. Pero el
film da tantas vueltas de tuerca que finalmente terminó cansándome. Realmente,
me defraudó. No fue el film que esperaba ver. Fui en busca de thriller, un film
de guerra y espionaje, y me terminé encontrando con un melodrama intimo de
denuncia social demasiado azucarado para mi gusto. Tal vez no tomé las debidas
precauciones. No obstante, puedo considerarlo entretenido.
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