LEJOS DE
CIPOL, MUY CERCA DE RITCHIE
El agente
de Cipol fue una serie americana en blanco y negro que brilló a mediados de los
años 60 inspirada en los episodios posbélicos desatados en esos años que se
dieron en llamar "la guerra fría", y a la luz del fenómeno de las películas
de James Bond, cuyo furor comenzó 3 años antes. Lo curioso del caso es que
estos agentes no trabajaban ni para la CIA ni para su majestad inglesa, sino
para una secreta organización que se ocultaba tras la fachada de una tintorería
en Nueva York y que obviamente estaba al servicio del bien.
La
diferencia entre los personajes de la serie y estos nuevos espías de la
película son muchas, y posiblemente no vale la pena enumerarlas. Lo que queda
claro es que Guy Ritchie, como buen guionista y director que es, hizo su propia
película inspirada en aquellos agentes. Por comenzar , ésta es una precuela de
aquella serie, es decir, los acontecimientos que narra ocurren antes de la
creación de CIPOL, y básicamente relata el encuentro forzado de los dos
agentes, Napoleón Solo, ahora un flemático ingles, e Illya Kuryaki en el
momento de comenzar una riesgosa persecución en Berlín, donde también aparece quien luego será
"la chica de CIPOL". En esta escena inicial, repleta de humor, acción
y suspenso, comienza a lucirse Ritchie, y sin lugar a dudas, dicha escena ronda
lo antológico.
El resto es
una película de espías al mejor estilo Ritchie. Se podría decir que este film
es muy suyo y que su sello esta en cada
una de sus escenas. El film todo, no solo tiene ritmo, sino que
audiovisualmente, es realmente notable. Ritchie narra a un ritmo vertiginoso.
Su cine es un cine muy moderno, lejos de la estética de la serie cuya narración
era convencional y su único artilugio era generar elipsis rápidas con una
especie de cortina que nos indicaba que la acción cambiaba de lugar. Acá ,
ahora, todo es vertiginoso, dentro de un equilibrio que muy pocos pueden lograr
generando un tipo de cine muy personal como el que hace Ritchie. Porque no solo
se basa en el vértigo narrativo que lo
caracteriza sino también en la utilización inteligente de la banda sonora.
Ritchie rompe convencionalismos en cada escena. No solo en esta película, lo
hace en todas las que he visto. Su cine toma un genero, por ejemplo, la comedia
policial, pero lo deshace y lo transforma, ironizándolo, y para ello no solo se
basa en situaciones, sino también en actuaciones (sus actores son excelentes) y en la
musicalización de la película. Por ejemplo, en "El Agente…" hay una
persecución en lancha, clásica de este tipo de películas. Lo primero que hace ,
es llenarla de humor. Kuryaki lo pierde a Solo, quien se cae de la lancha y
nada hacia la orilla, donde encuentra un camión. Sube y pone la radio, y mientras
Kuryaki es perseguido por varios malvados, Napoleón Solo escucha a Luigi Tenco
cantando "Il Mio Regno", música que termina acompañando toda la
persecución de Kuryaki, o sea, una ruptura notable entre el vertigo visual y la
lentitud del tema musical. En el final, repite con Nina Simone en su fabulosa
versión de "Take Care of Business" cuando todo el complot es
desbaratado por los agentes. Es decir, la ruptura de la realidad hacia la fantasía
es constante, y hay muy pocos directores que lo hagan tan bien.
En pocas
palabras, el nuevo Agente de CIPOL puede verse como una aventura pre psicodélica
y sobretodo subrealista. Poco tiene que ver con la vieja serie de nuestra
infancia y mucho con el interesante cine que hace Guy Ritchie, un cine de
ruptura de géneros y de quien hay que reconocer que en esta oportunidad se sacó
los tabúes de encima y encaró con luz propia este aggiornamiento de El Agente
de CIPOL. Los resultados obtenidos son buenos. No está a la atura de sus
anteriores Snacht (2000) o especialmente de la extraordinaria
"Rokanrolla"(2008), pero uno puede ir al cine sin salir defraudado del
mismo. El nuevo CIPOL es una muestra de un cine muy moderno y entretenido.
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