martes, 11 de octubre de 2016

LA PAZZA GIOIA (LOCA ALEGRIA) de Paolo Virzi


LA ANORMALIDAD DE LA NORMALIDAD

Siempre me he preguntado qué tan locos estamos aquellos que parecemos cuerdos. Y qué tan cuerdos están aquellos que parecen locos. Ésta cuestión parece estar relacionada con el concepto de "normalidad". Entonces, cabe preguntarse: qué es lo normal? La condición de Normal es aquella que se ajusta a las normas o que se halla en su estado natural. Por lo general, aquello que se ajusta a valores medios. La normalidad, aplicada a los comportamientos humanos, está vinculada con la conducta de los individuos, es aquella que no muestra desviaciones significativas respecto a la conducta del resto de la comunidad.

Esa normalidad también se puede medir estadísticamente.  Este criterio determinaría que el hombre normal es el hombre promedio. Si el comportamiento, o sea, la conducta de una persona es semejante a las conductas de la mayoría de la comunidad, esa conducta es normal. Estamos frente a una persona adaptada.  Por otro lado, es el comportamiento deseable, lo esperable por el resto de la comunidad.

Por el contrario, la "anormalidad" es lo raro, lo atípico, lo indeseable. Llevado al campo de la salud, lo normal es lo saludable, y lo anormal es la enfermedad. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS)  es el estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar en forma productiva y es capaz de contribuir a su sociedad.

Esto nos lleva a preguntarnos sobre la locura, la cual se podría definir como un comportamiento que rechaza las normas sociales establecidas. O también como la desviación a la norma. El delirante es el desviado del surco. Antiguamente, se veía a los locos como iluminados y se los creía cercanos a Dios. Pero más tarde, la Iglesia, comenzó a considerarlos endemoniados, como una encarnación del mal. A partir del siglo 17 se comenzó a encerrar a los locos. Aparecen la ciencias, y la locura es vista como la antípoda de la razón. Aparecen los tratamientos y las curas, el electroshock, el uso de insulina, el baño frio, la lobotomía, etc. Y muchos años más tarde, la psiquiatría y la psicología.

El cine se ha ocupado de diversas formas respecto de la locura. La guerra puede considerarse un estado de locura generalizado. En "Senderos de Gloria, 1957", con Kirk Douglas, Stanley Kubrick  lo describió como pocos. Otro tanto hizo Michael Cimino con "El Francotirador" (The Deer Hunter, 1979), una profunda reflexión sobre la sinrazón de la guerra de Vietnam. No menos importante resultaba "One Flew Over The Cuckoo´s Nest", aquí denominada "Atrapado Sin Salida", con la magnífica actuación de Jack Nickolson, una persona privada de su libertad en función de su enfermedad;  o la alienación que mostraba Meryl Streep en su personificación de Sofía  a raíz de haber perdido sus hijos en un campo de Concentración en "La Decisión de Sofía, 1982" del siempre recordado Alan Pakula, y porqué no recordar aquella fuga desesperada del "american way of life" hacia la libertad total que protagonizaban "Thelma y Louise, 1991" en el soberbio film de Ridley Scott. La mayoría de estos personajes no son anormales por naturaleza sino que la anormalidad emerge de una situación vivida de carácter sumamente traumática que los enferma y los marca para toda la vida.

En "Loca Alegría", Beatrice (la extraordinaria Valeria Bruni Tedeschi) es una mitómana compulsiva que está internada, en un nosocomio en la Toscana, cerca de Lucca, donde parece estar bajo una "libertad condicional" porque padece de una alteración que aparentemente le impide administrar su dinero en forma correcta. Persona de familia adinerada, lo que desea es ejercer su libertad, salir de la casa de retiro y vivir su vida. Allí, llegará Donatella (Micaela Ramazzotti), una depresiva atormentada por un intento de suicidio y atontada por un coctel de medicamentos que pretenden mantenerla dopada, y que caerá como anillo al dedo, para que Beatrice la adopte como su protegida y la transforme en socia de correrías, que no tardarán en suceder, unos días después de una sesión de labor terapia en una chacra cercana.

El espectador las verá vagar libremente por la vida sin rumbo fijo ni objetivos concretos, solo disfrutando del placer de la libertad. Dejar de tomar una medicación que sienten que no es una cura, o gozar de las cosas más banales. Y entonces uno se preguntará qué tanto daño pueden llegar a cometer, tanto a sí mismas como a terceros. Estas dos supuestas "anormales" no hacen otra cosa que pagar con su libertad y un coctel inmenso de barbitúricos, los presuntos "crímenes"  de malgastar la herencia familiar en un caso,  o sufrir una depresión extrema que la pone al borde del suicidio en el otro. Y esto nos lleva a preguntarnos, quién es verdaderamente el dueño de nuestras vidas, cuál será el  juez nos tocará en suerte?.

Paolo Virzi, escritor y director italiano ("Caterina Vá in Cittá", 2003); ("Tutta la Vita Davanti", 2008); ("La Prima Cosa Bella", 2010); (Tutti il Santo Giorno, 2012); ("El Capital Humano", 2014), cuyo cine se enrola en la corriente que el cine italiano ha desarrollado con más éxito en los últimos 20 años, ello es el cine de las relaciones familiares, escribe y dirige esta comedia con enorme sutileza y talento, logrando un perfecto balance entre drama y comedia, generando uno de los mejores filmes de su ya vasta filmografía, diría a la par de su extraordinaria "La Prima cosa Bella", con aquella gran actuación de Stefanía Sandrelli como una madre caótica.


"Loca Alegría" es sin duda uno de los mejores films del año, sustentado en la escritura de un guión sin ningún tipo de fisuras, preciso y siempre interesante,  y una actuación inolvidable de sus dos intérpretes principales. Es un film que está con la autodeterminación del propio destino. Que cada uno es dueño de sí  mismo y de sus circunstancias.

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