martes, 23 de julio de 2019

EN LOS 90 de Jonah Hill


LA EDUCACION DE STEVIE

Se trata de la opera prima de un joven actor americano de menos de 40 años de edad con casi 60 participaciones cinematográficas y experiencia tanto como productor como escritor. En el estreno de esta semana, Hill es responsable del libro y de la dirección de su película, la cual resulta una sorpresa positiva en todo sentido.

Ubicada claramente en el joven cine independiente americano, remite en tema y en forma a películas recientemente estrenadas tales como Lady Bird (2017) de Greta Gerwig y Proyecto Florida (2017) de Sean Baker, ambas relacionadas con aspectos marginales de la juventud americana.

La diferencia entre estas películas y la de Jonah Hill es que la suya transcurre en los 90 y las recientemente mencionadas en la actualidad. Pero de alguna manera, se encuentran emparentadas por un factor común que es la marginalidad de sus protagonistas, los problemas derivados de las mudanzas de ciudad y la total ausencia de sus padres en la educación.

Aquí Stevie se muda de barrio a un lugar marginal de la ciudad de Los Angeles. Es un adolescente de 13 años de edad cuya madre parece estar separada de su padre. La ausencia del mismo se hace notar toda vez que un hermano mayor parece adoptar la paternidad de Stevie sin ningún resultado alentador en su educación. La cuestión del adolescente es que, en verano y sin aparentes obligaciones escolares, debe comenzar a adaptarse al nuevo barrio donde la práctica de skate es poco menos que obligatoria.

La cuestión que rápidamente se plantea Stevie es poder llegar a pertenecer a esa cofradía de jóvenes que practican el skate, lo cual representa un desafío toda vez que debe hacer un adiestramiento completo en todo lo referente a ese deporte sino también necesita graduarse de adolescente (iniciación sexual) para poder ser aceptado en esa comunidad tan especial, lo cual pone a Stevie en la necesidad de asumir el rol con toda celeridad. Sexo, porro, y destrezas en el arte del skate son las materias a aprobar. Para ello Stevie cuenta con una gran simpatía, una caradurez a toda prueba, y una férrea voluntad de aprender el arte y asumir el riesgo de las pruebas más difíciles de ese deporte.

Jonah Hill acierta en la aproximación de esa comunidad juvenil para retratar de manera tal de lograr pintar la iniciación de un adolescente en una edad rebelde por naturaleza. Con una mirada inspirada en lo documentalista, donde claramente las imágenes prevalecen sobre los diálogos, donde el ritmo cinematográfico es eminentemente el del cine americano, el novel director lograr lucirse con una película cuya discreción contrasta con la profundidad del análisis que realiza de toda una generación.

La película, siendo una ópera prima, tiene la gran virtud de profundizar en la psicología de los diversos personajes con claridad sin volverlos una maqueta. Aquí no hay personajes buenos y personajes malos. Eso genera una gran naturalidad tanto en las actuaciones como en el desarrollo del comportamiento de los personajes y en la resolución de situaciones.

Lo más interesante de esta ópera prima de Hill es que su dirección es directa, no se distrae ni busca alargar las escenas innecesariamente. De esa manera, logra un film concreto en su propósito y conciso en su exposición. Nada sobra ni falta en esta película que comienza sin prologo y termina sin fin. Es una mirada sobre un momento de los ´90 que simplemente registra el cambio de un niño a su adolescencia, su proceso de adaptación, y su iniciación en el skate.

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