sábado, 14 de septiembre de 2019

YESTERDAY de Danny Boyle

EVOCANDO A LOS GENIOS

Yesterday es la nueva película, una comedia, del director escoces Danny Boyle, ganador del Oscar 2008 a la Mejor Película y al Mejor Director por Slumdog Millonaire (Quiere Ser Millonario?), autor también de Trainspotting (1996), película que lo dió a conocer, y Steve Jobs (2015), para mí su mejor película, entre otras.

El cine de Boyle se distingue por su velocidad. Su cine arranca y no para. El resultado de ello son películas generalmente entretenidas, con alto poder de síntesis, que generalmente contienen una interesante visión de lo social, aunque a veces, no alcanzan la profundidad deseada.

Su nuevo film, obviamente, tiene todas estas características partiendo esta vez, de una idea bastante original. Un músico, más precisamente un cantautor, buen guitarrista, sufre un accidente y cuando sale del coma que lo ha inducido su internación, le cuesta entender que cuando canta canciones de los Beatles, nadie las reconoce. ¿Acaso todos se han olvidado del cuarteto más famoso del mundo?
El film juega con la idea de una línea de tiempo alternativa, tomando esa idea de la ciencia ficción, y de películas y series de televisión tales como Volver al Futuro (Back to the Future, 1985) o Rumbo a los Desconocido (The Outer Limits), vista en la TV al inicio de los años 60.

Bajo esa idea, Himesh Patel personifica a Jack Malic, un músico cuyo accidente lo ha colocado cerebralmente en una línea de tiempo diferente a la que vivía, y como resultado de ello todo su pasado es diferente al resto de su generación, por lo cual, todo el mudo lo reconoce físicamente pero no comparte su historia. Su pasado deja de ser el mismo que la del resto de sus contemporáneos.

Consecuencia de ello, cuando canta una canción de Los Beatles, nadie la reconoce y comienzan a considerarlo un nuevo genio de la música. Ha llegado la hora de su fama. Todo el mundo lo adora y ama su música. Las compañías discográficas más grandes del mundo lo convocan. Su vida se transforma. Un gran momento del film, por su incuestionable graficación de la realidad, es cuando entra a Internet y descubre que no existe nada de lo que él conocía, incluso algunas grandes marcas. Es también interesante ver cómo tiene que apelar a su memoria, y su memoria falla al estar mediatizada, para recordar una canción como Eleanor Rigby que ya no existe en Internet.

No obstante ello, la idea de Boyle no pasa por contar la historia de Jack Malic sino por rendir tributo a la inmortal música de los Beatles. Y obviamente eso lo hace con creces recorriendo la mayor parte de los grandes éxitos del cuarteto de Liverpool cantados por el propio Patel acompañado de su guitarra.

Pero si bien el film es sobretodo un gran homenaje al conjunto inglés, también es cierto que su estructura responde a una comedia clásica al mejor estilo de las de Doris Day. Detrás de todas las canciones late desde el mismo principio una historia de amor que desea ser consumada. Y Boyle no es ajeno a ello. No por homenajear a los Beatles se olvida que ha elegido narrar una comedia que es básicamente una historia de amor.


El resultado final resulta equilibrado. Aunque reconozcamos que a la música de Los Beatles, 40 años después, no hay con que darle, y si bien Patel, incluso resulte poco agraciado comparándolo vocalmente con Lennon o Mc Cartney, el entusiasmo que pone en sus vocalizaciones no solo se deja escuchar sino también contagia a la película de un gran amor por la vida, haciendo que su final feliz rinda un justo homenaje a la comedia.

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