martes, 23 de junio de 2020

MARIO MONICELLI (1915 – 2010)


GRANDES MAESTROS DE LOS ´60

-          "¿A quién llamarás cuando yo esté muerto?". Frase de Monicelli cuando los periodistas lo requerían ante la muerte de otro artista italiano.

Director de cine y guionista italiano, con una dilatada carrera donde se pueden  ver las huellas del neorrealismo y la impronta de una comedia inspirada siempre en la picaresca y el gusto popular. Es considerado uno de los maestros de la Comedia all'italiana, obra de un grupo de actores, directores y guionistas que intercambiaban roles de película en película, una conjunción de talentos que mezclaban risas y lágrimas. Era un cine que teniendo de fondo la Italia empobrecida del Neorrealismo, no tenía ni su indulgencia ni su perfil trágico de infelicidad y tormento. Dirigió 65 películas y fue cinco veces candidato al Oscar: dos veces como guionista por Camaradas (1963) y Casanova '70 (1965) y tres como mejor película extranjera: Rufufú (1958), La Gran Guerra (1959) y La Ragazza con la Pistola (1968).

En 1949, Monicelli comienza una muy exitosa sociedad con Stefano Vanzina en la codirección y con Totó en la actuación. Realizaron Totó Busca Piso. En los años siguientes codirigieron otros ocho filmes con dicho cómico. En 1951 llegan sus mejores trabajos: Vida de Perros, y Guardias y Ladronespremiado en Cannes; y en 1957, y Padres e Hijos, premiada en Berlín. En 1958 dirige Los Desconocidos de Siempre con Gassman y Mastroianni, una comedia que hace honor a su filosofía del humor: "El humor es la forma más penetrante de mirar. Un bisturí que va al fondo de las cosas. La comedia a la italiana comienza a surgir contando historias dramáticas con humor". Al año siguiente estrena La Gran Guerra (León de Oro en Venecia), comedia sobre la Primera Guerra Mundial con Sordi y Gassman, que lo consagra.

El cine del director toscano está construido sobre la idea del contraste entre la comicidad y la tragedia. El proceso lleva a buscar un tema para desarrollarlo con humor, ver si aparece algún aspecto significativo, y encontrar una veta que permita profundizado. El objetivo es hacer pensar a la gente a través de la  comicidad

Monicelli siempre fue un hombre práctico, realista. Nunca un sentimental. La comedia siempre ha sido su forma de expresión, su vehículo más idóneo para transmitir sus ideas. Para él, el humor recrea, libera. Monicelli ha mantenido la comedia siempre cerca de su orígenes populares, consciente de que la depreciación del humor es un fenómeno moderno.  El maestro también dijo: “No hemos inventado nada, la comedia italiana viene de la commedia dell’arte, con Arlequín, Polichinela, y todos esos muertos de hambre cuyos padecimientos nos causan gracia y dolor”. Si hay algo específico en el humor italiano se debe a la posguerra, que a su juicio llevó a realizadores como él a buscar “la comicidad en la melancolía”.  Durante décadas fue considerado un director menor. Incluso, él mismo ha renunciado a la idea de autoría cinematográfica, criticando públicamente la dictadura del director.

Su obra derrocha la esencia de la personalidad de un artista. Frente al neorrealismo, la comedia a la italiana (lejos de la comedia americana) representa un espejo que devolvía al país su imagen triste, decadente, que incluso criticaba a la nueva sociedad de posguerra, al oportunismo, la doble moral y la corruptela de la administración pública. Era un cine de una sociedad que se reía de sí misma para poder afrontar mejor la crisis.

La bonanza económica de los años ´60 genera un nuevo cambio en la comedia. Ese cine actúa como elemento de cohesión social, ayudando a generar lazos que unen a unos con otros. La nueva comedia comienza a tocar temas de carácter emocional de los personajes, las relaciones a nivel laboral y social, y la unidad entre miembros de un grupo.  Monicelli da cuenta de ello. La Ragazza con la Pistola (1968) o La Mortadela (1971)  asumen el modelo itinerante de un Sordi que busca a su hombre en el mundo anglosajón. Amigos Mios  (1970) es un proyecto de Pietro Germi, realizado por Monicelli, que lo convierte en un gran éxito de público y de crítica.

Sus guiones fueron interpretados por todos los grandes de aquel momento extraordinario: Monica Vitti, Anna Magnani, Vittorio de Sica, Sophia Loren, Nino Manfredi, Gian Maria Volonté... "No teníamos pretensiones políticas pero, sin quererlo, hacíamos política. Luego llegaron los críticos y organizaron teorías, buscaron significados, intelectualizaron la comedia. No éramos conscientes de la importancia de lo que estábamos haciendo”.
"La comedia fue para nosotros la mirada natural. Sarcasmo, ironía. El humor es la forma más penetrante de mirar. Pero para bromear sobre algo hay que conocerlo muy bien. Y hay que meditar mucho para llegar al humor. La condición humana es de los que sufren, los que pierden, los que son explotados y tratan de liberarse de su amo. No hace falta adoptar un tono serio o grave para hablar de ello: a mí me gusta la gente que batalla con alegría, con ironía, en compañía" decía Monicelli. Pocos directores pueden reflejar con tanta claridad y convicción, con tanta elocuencia y sensibilidad en sus películas lo que piensan. Monicelli lo logró. Por eso se puede ver ese harakiri demencial a sus 95 años con una sonrisa. Porque como diría él "humor es cuando uno, a pesar de todo, se ríe".
Durante 15 años fuimos el centro de la creatividad, duró un par de generaciones".


PRINCIPALES OBRAS 

-          LOS DESCONOCIDOS DE SIEMPRE (1958)
-          LA GRAN GUERRA (1959)
-          LOS COMPAÑEROS (1963)
-          LA ARMADA BRANCALEONI (1966)
-          UN BURGUES PEQUEÑO, PEQUEÑO… (1977)

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