GRANDES MAESTROS DE LOS ´60
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"¿A
quién llamarás cuando yo esté muerto?". Frase de Monicelli cuando los
periodistas lo requerían ante la muerte de otro artista italiano.
Director de cine y guionista italiano,
con una dilatada carrera donde se pueden
ver las huellas del neorrealismo y la impronta de una comedia inspirada
siempre en la picaresca y el gusto popular. Es considerado uno de los maestros
de la Comedia all'italiana, obra de un grupo de actores, directores y
guionistas que intercambiaban roles de película en película, una conjunción de
talentos que mezclaban risas y lágrimas. Era un cine que teniendo de fondo la
Italia empobrecida del Neorrealismo, no tenía ni su indulgencia ni su perfil
trágico de infelicidad y tormento. Dirigió 65 películas y fue cinco veces
candidato al Oscar: dos veces como guionista por Camaradas (1963) y Casanova '70 (1965) y tres como mejor película extranjera: Rufufú (1958), La Gran Guerra (1959) y La Ragazza con la Pistola (1968).
En 1949, Monicelli comienza una muy
exitosa sociedad con Stefano Vanzina en la codirección y con Totó en la
actuación. Realizaron Totó Busca Piso. En los años siguientes codirigieron otros
ocho filmes con dicho cómico. En 1951 llegan sus mejores trabajos: Vida de Perros, y Guardias y Ladrones, premiado
en Cannes; y en 1957, y Padres e Hijos, premiada en Berlín. En 1958
dirige Los Desconocidos de Siempre con Gassman y Mastroianni,
una comedia que hace honor a su filosofía del humor: "El humor es la forma
más penetrante de mirar. Un bisturí que va al fondo de las cosas. La comedia a
la italiana comienza a surgir contando historias dramáticas con humor". Al
año siguiente estrena La Gran Guerra (León
de Oro en Venecia), comedia sobre la Primera Guerra Mundial con Sordi y
Gassman, que lo consagra.
El cine del director toscano está
construido sobre la idea del contraste entre la comicidad y la tragedia. El
proceso lleva a buscar un tema para desarrollarlo con humor, ver si aparece
algún aspecto significativo, y encontrar una veta que permita profundizado. El
objetivo es hacer pensar a la gente a través de la comicidad
Monicelli siempre fue un hombre práctico,
realista. Nunca un sentimental. La comedia siempre ha sido su forma de
expresión, su vehículo más idóneo para transmitir sus ideas. Para él, el humor
recrea, libera. Monicelli ha mantenido la comedia siempre cerca de su orígenes
populares, consciente de que la depreciación del humor es un fenómeno moderno. El maestro también dijo: “No hemos inventado
nada, la comedia italiana viene de la commedia dell’arte, con Arlequín,
Polichinela, y todos esos muertos de hambre cuyos padecimientos nos causan
gracia y dolor”. Si hay algo específico en el humor italiano se debe a la
posguerra, que a su juicio llevó a realizadores como él a buscar “la comicidad
en la melancolía”. Durante décadas fue
considerado un director menor. Incluso, él mismo ha renunciado a la idea de
autoría cinematográfica, criticando públicamente la dictadura del director.
Su obra derrocha la esencia de la
personalidad de un artista. Frente al neorrealismo, la comedia a la italiana
(lejos de la comedia americana) representa un espejo que devolvía al país su
imagen triste, decadente, que incluso criticaba a la nueva sociedad de
posguerra, al oportunismo, la doble moral y la corruptela de la administración
pública. Era un cine de una sociedad que se reía de sí misma para poder
afrontar mejor la crisis.
La bonanza económica de los años ´60 genera
un nuevo cambio en la comedia. Ese cine actúa como elemento de cohesión social,
ayudando a generar lazos que unen a unos con otros. La
nueva comedia comienza a tocar temas de carácter emocional de los personajes, las
relaciones a nivel laboral y social, y la unidad entre miembros de un grupo. Monicelli da cuenta de ello. La Ragazza con la
Pistola (1968) o La Mortadela (1971) asumen el modelo itinerante de un Sordi que
busca a su hombre en el mundo anglosajón. Amigos Mios (1970) es un proyecto de Pietro Germi, realizado
por Monicelli, que lo convierte en un gran éxito de público y de crítica.
Sus guiones fueron interpretados por todos
los grandes de aquel momento extraordinario: Monica Vitti, Anna Magnani, Vittorio
de Sica, Sophia Loren, Nino Manfredi, Gian Maria Volonté... "No teníamos
pretensiones políticas pero, sin quererlo, hacíamos política. Luego llegaron
los críticos y organizaron teorías, buscaron significados, intelectualizaron la
comedia. No éramos conscientes de la importancia de lo que estábamos haciendo”.
"La comedia fue para nosotros la mirada
natural. Sarcasmo, ironía. El humor es la forma más penetrante de mirar. Pero
para bromear sobre algo hay que conocerlo muy bien. Y hay que meditar mucho para
llegar al humor. La condición humana es de los que sufren, los que pierden, los
que son explotados y tratan de liberarse de su amo. No hace falta adoptar un
tono serio o grave para hablar de ello: a mí me gusta la gente que batalla con
alegría, con ironía, en compañía" decía Monicelli. Pocos directores pueden
reflejar con tanta claridad y convicción, con tanta elocuencia y sensibilidad
en sus películas lo que piensan. Monicelli lo logró. Por eso se puede ver ese
harakiri demencial a sus 95 años con una sonrisa. Porque como diría él
"humor es cuando uno, a pesar de todo, se ríe".
Durante 15 años fuimos el centro de la
creatividad, duró un par de generaciones".
PRINCIPALES OBRAS
-
LOS DESCONOCIDOS DE SIEMPRE (1958)
-
LA GRAN GUERRA (1959)
-
LOS COMPAÑEROS (1963)
-
LA ARMADA BRANCALEONI (1966)
-
UN BURGUES PEQUEÑO, PEQUEÑO… (1977)
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