domingo, 4 de julio de 2021

El ATAQUE de Ziad Doueiri


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EL ODIO Y LA VIOLENCIA

Esta película del director libanés Ziad Doueiri realizada en 2012, también autor de “El Insulto” (2017),  es un excelente ejercicio de estilo sustentado en el género de suspenso a la manera del modelo típicamente hitchcockniano, en el cual un joven médico recibe la noticia que su esposa ha muerto en un atentado terrorista, comenzando a sospechar que ella se ha inmolado por la causa palestina haciendo explotar una bomba en plena vía pública convirtiéndose en una mártir.  Pero sobre todo, es un una profunda introspección sobre la vida y la muerte.

Amín, el personaje principal es un joven y afamado médico que pareciera haber superado las barreras del conflicto árabe israelí. Nacido en Líbano, ha estudiado, vive y practica la medicina en Israel. El propósito de su vida es ayudar al prójimo. La inmolación de su esposa lo lleva de la sorpresa al asombro, dejándolo perplejo y sin entender con quién había compartido un matrimonio.

Toda su vida ha respetado los aspectos religiosos, ha superado las barreras ideológicas y étnicas aceptando la vida en una sociedad en la que no solo ha desarrollado su vida matrimonial y familiar sino también profesional como médico en un hospital de Tel Aviv. 

El atentado que protagoniza su esposa lo llevará al descubrimiento de quien era ella y fundamentalmente, quien es él mismo. En la inmolación de Siham hay un elemento totalmente contrapuesto al de su esposo Amín. Él no sería nunca capaz de hacer lo que ha hecho ella: matar y morir por una causa. Su objetivo es todo lo contrario: salvar vidas practicando su profesión.

Doueiri, autor también del guión, sale exitoso de dicha dicotomía.  El film no tiene la intención de examinar ese matrimonio, ni tampoco los fundamentos que llevan a ella a inmolarse en nombre de su Dios. El fanatismo de Siham esta expresado simplemente en su propia inmolación.

Por otro lado, la columna vertebral del relato está sustentada en un darse cuenta, un proceso de desgarro interior, que si bien lo lleva a un descubrimiento tardío del otro,  también lo conduce a conocerse a sí mismo, deja en descubierto su franqueza, su ignorancia política y como joven médico, a un potencial “salvador de vidas”, un modelo de integración social, todo lo contrario a la mujer con la cual estaba casado. Es interesante observar que el film nunca es contado hacia atrás sino que la respuesta buscada está en el mismo presente en el que se rebelan los hechos y en el conocimiento de las personas que lo rodean, fundamentalmente, uno de sus cuñados.

El planteo contrapuesto de roles vuelve al film muy interesante. Su mujer se transforma en un simple aparato de destrucción y muerte, paradójicamente, glorificada por el pueblo en su inmolación por una causa. Para ese pueblo, ella es una mártir capaz de sacrificar su propia vida por una causa noble. Su marido, en cambio, sufre la muerte de su mujer pero su objetivo de vida será todo lo contrario, salvar vidas. Si su duelo adquiere sentido es por su capacidad de enfrentar la verdad.

La película se transforma en un thriller de suspenso con el trasfondo de una historia de amor, y va desde el drama personal a una poderosa declaración política, sobre un hombre cuya vida da un vuelco total en tan solo un instante. Doueiri muestra con equilibrio los sentimientos encontrados, logrando transmitir los pensamientos de ambas partes de un conflicto político y social que excede a los protagonistas, los cuales se transforman en simples juguetes de un destino inexorable.

El film no es tan solo una mirada humana sobre un enfrentamiento  de larga data en el tiempo, sino fundamentalmente, una  mirada sobre el odio y la violencia, a los costos del conflicto, de los cuales, lo humano, es el principal. Es también la historia de un amor imposible  entre dos personas antagónicas que nunca tendrán la oportunidad de conocerse íntimamente a pesar de haber vivido juntas y conformado un matrimonio.

Doueiri no elige un bando. Se focaliza  en el personaje de Amín, quien trata de no ser destruido por la paranoia del conflicto. No hay otra respuesta para resolverlo y la imparcialidad frente al mismo, no está permitida. No obstante, el film funciona como una cachetada que intenta hacer valer la cordura.

Esta interesante película no es una reflexión sobre el fanatismo sino el simple descubrimiento de un ser que ya no está, por parte de un hombre que ha amado a una mujer durante un tiempo considerable, y que nunca ha llegado a conocer, durante un conflicto donde las posiciones extremas no dejan lugar a la indiferencia ni a la oposición, ni siquiera a la política. Tampoco al amor.

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