jueves, 8 de julio de 2021

NADIE de Ilya Naishuller

 UN NUEVO VENGADOR

La venganza es la satisfacción del agravio o daño recibidos. 

Esta obra inaugural de la filmografía de Naishuller, un cineasta proveniente del cortometraje, representa una bocanada de aire fresco en el cine americano. El film, no exento de convencionalidades, se destaca por su iracundia, su irreverencia hacia los modelos establecidos que abreva en el propio cine de los ´70 y ´80 (Harry, el Sucio de Don Siegel con Clint Eastwood, 1971; El Vengador Anónimo de Michael Winner con Charles Bronson, 1974;  y Duro de Matar de John Mc Tiernan, con Bruce Willis, 1988).

A diferencia de estos modelos que modificaron el policial tradicional donde la diferenciación entre buenos y malos no solo era la caracterización moral sino la violencia utilizada en nombre del bien, esta incursión de Naishuller en el  policial convencional rompe con la tradicionalidad del modelo igualando moralmente a quienes están dentro y fuera de la ley.

Hutch Mansell (Bob Odenkirk) tiene algo de cada uno de aquellos personajes inolvidables, pero se diferencia de ellos por su desapego total a la ley. No solo es un auténtico justiciero sino que lejos del departamento de policía, Hutch trabaja para los servicios secretos, ha sido participe de la guerra fría, está acostumbrado a vivir fuera de casa y cuando es atacado le importa poco la justicia de los tribunales. Para él, la mejor justicia es la que hace con sus propias manos.

Naishuller está frente a su obra inaugural en el largometraje, y está dispuesto, sobre todo, a entretener y dar una clase magistral de un cine moderno que toma solo el esqueleto de los convencionalismos narrativos para poder realizar un cine físico de manera tal que el espectador pueda no solo entender la trama (algo elemental) sino sobre todo, sentir lo que representa la fisicidad de la injusticia y su reverso mediante justicia por mano propia.

De esta manera el film se vuelve una vorágine de violencia tal que solo el sentido de un humor irreverente siempre presente permite digerir el aquelarre desatado bajo el lema de Hutch que parece repetirnos aquella verdad absoluta que dice “si no mato, me matan”. El simple intento de un robo hogareño en su casa, lo lleva a buscar a sus responsables encontrando a una pareja de “ladrones muertos de hambre”, a los cuales apadrina una capo de la mafia rusa que ha sido su adversario en operaciones secretas en Rusia tras la caída del muro de Berlín. Hutch ha encontrado un rival de su tamaño. La película gana en intensidad.

Nobody, tal su título en inglés, alude a un estado de indefensión total por parte del ciudadano común. Una inexistencia tanto de fuerza policial como ineficiencia del sistema judicial. Sin policía ni justicia no queda otra que el obrar por cuenta propia. Y ese estado de cosas conduce a un nivel de violencia extrema que supera todo orden social, lo cual coloca al ciudadano en un estado de soledad absoluta que niega hasta la posibilidad de la convivencia familiar por la misma inseguridad reinante.

El título del film también alude a que nadie es capaz de defender tu vida, que tu vida en sociedad desaparece, que tu soledad es total, y si no defiendes lo tuyo simplemente lo perderás porque otro te lo robará, en una óptica que lo abarca todo, desde lo material a lo espiritual. No hay policía, no hay justicia, no hay estado que pueda defenderte. Ese robo comenzará por la pérdida de algún bien, tu reclamo se perderá en la inoperancia policial y judicial y terminará con la vida de alguno de tus seres queridos o semejantes.

Bob Odenkirk, un actor poco conocido, realiza una actuación consagratoria en el papel de Hutch, sustentando con esfuerzo físico y  presencia actoral en pantalla el noventa por ciento del film.

Asimismo, destaca la capacidad narrativa de Ilya Naishuller, director del film, quien en la sala de montaje, transforma en película a un enorme rompecabezas cuyo relato está basado en pequeños cortes, manteniendo siempre la coherencia del relato, sosteniendo en todo momento una enorme expresividad y velocidad narrativa, transformándolo en un interesante exponente de un cine moderno que no solo provee entretenimiento sino también, denuncia social.

Nobody (Nadie) es una película que no permite la distracción, resalta la violencia y la injusticia de una sociedad, dejando al desnudo la situación de desamparo del individuo, la inoperancia policial, la incapacidad de la ley y sus consecuencias: la justicia por mano propia, fuera de toda ley y contención.

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