viernes, 21 de enero de 2022

KING´S MAN de Matthew Vaughn y AGENTES 355 de Simon Kinberg

EL CINE VERTIGINOSO



Con los estrenos de King’s Man  y Agentes 355, la temporada cinematográfica de verano se renueva no solo en su tipo de estrenos sino también en su estilo. Ya no solo podemos decir que las películas que renovaron la cartelera  son pasatistas sino también que despliegan una inusitada velocidad narrativa que se constituye en el eje de lo que está pasando en la pantalla. Es el vértigo quien domina la acción.

Esto es tan cierto como que tanto en King´s Man como en Agentes 355 poco importa el argumento narrado. El argumento deja de ser la columna vertebral del relato para transformarse en una simple guía de lo que la película pretende ser, y se deja llevar por aquellos caminos que no siempre responden a la lógica del problema sino a las meras y caprichosa vueltas que los guionistas encuentran en pos de mantener un camino que no siempre resulta claro y mucho menos que deje avizorar un final con cierta lógica.

King´s Man está inspirada en el libro La Máquina del Tiempo de H. G. Wells e influida por películas como Escape al Futuro (1979). Lejos está de 2001, Odisea del Espacio de Stanley Kubrick. No obstante ello, se deja llevar por la idea principal para desarrollar una trama que a través de sus sucesivas vueltas de tuerca puedan cambiar la historia real.

Agentes 355 también es una película donde la pretensión de mejorar el mundo está presente a través de la entrada en acción de un grupo de tres mujeres que pertenecen a los servicios secretos. Esta idea también tiene sus antecedentes. Hace unos años atrás Charlize Theron protagonizo Atomic Blond en la cual interpretaba a una agente encubierta que  era enviada a Berlín durante la Guerra Fría para descubrir una lista de agentes dobles.

Pero lo cierto es que las novedades de esta semana tienen poco que ver con esas películas que a lo sumo pueden ser versiones libérrimas de los originales, sino por sus estructuras narrativas. En ambos casos, dichas estructuras son la piedra fundamental del relato. Ambas están basadas en la velocidad narrativa y en el modo de montaje. Un montaje muy rápido, diría Leo Salas, hecho añicos, donde las cosas suceden de tal manera que poco importa el hilo de la acción sino la acción misma.

Ambas películas están contadas en alta velocidad. Poco importa la lógica de su trama. En realidad, no la tiene. Solo importa lograr que el espectador adhiera, enganche y se deje llevar por la trama sin importar la lógica de la misma. Todo sucede en forma vertiginosa. Nunca alcanza el tiempo para desarrollar los personajes. Cada secuencia es un pequeño film es si mismo que comienza y termina en una sucesión de escenas que cuesta enhebrar en un todo si es que lo hay.

No puedo decir que ambas me aburrieron. Más vale me abrumaron. Las dos son exponentes de un cine híper moderno, como también lo fue  la película americana Nadie de Ilya Naishuller, cuya coherencia narrativa no solo estaba llevada en alta velocidad sino que nunca pierde la misma. No estoy hablando de que ambos films pierden la brújula sino que el tobogán en que ambos se deslizan termina siendo un pasatiempo absolutamente inconsistente y banal. Es decir, trivial, insustancial o de poco interés o intrascendencia.

A lo largo de mi vida he visto mucho cine. He acompañado los cambios, lo he entendido, los he seguido y la mayoría de ellos han sido positivos dado que han señalado nuevos caminos. Pero los estrenos de King´s Man y de Agente 355 señalan caminos que terminan en vías muertas, un espacio de tiempo en una sala oscura, lejos del mundanal ruido, disfrutando el confort de un aire acondicionado que nos libra de la peor canícula del verano, pero también permite sumergirnos en la pesadez de lo repetitivo, de lo que intuimos haber visto bajo otra forma más interesante, de aquello que ha perdido la capacidad de conmovernos estéticamente.  El vértigo puro no parece ser la forma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario