miércoles, 21 de diciembre de 2022

JUEGO PERFECTO de Russell Crowe


 UN POLICIAL A LA ANTIGUA

Jake Folley, interpretado por el propio Russell Crowe, también director de la película, es un millonario que tiene que enfrentarse a la muerte. Su problema es que sus planes son interrumpidos por ladrones de arte...

Se trata de un jugador profesional del juego de cartas, un gran jugador de póquer, adicto a la tecnología que invita y desafía a sus amigos a pasar una noche de puro juego. Las reglas las impone el dueño de casa, y la principal de ellas es que para jugar deberán confesar sus peores pecados.

Es casi obvio que el dueño de casa se transformará en una especie de Poncio Pilatos, y durante toda la película tratará de hacer justicia con su propia vara. Obviamente, no cree en la justicia divina y mucho menos en la justicia de los hombres, pero es evidente que cree en su propia justicia y su vida está colmada de enemigos.

La trama entra de lleno por el camino de la limpieza. Al dueño de casa le gustan las cosas claras y se dedica a barrer a sus enemigos y también amigos durante todo el film. Limpia y elimina todo aquello que molesta o está demás.

La película no solo entretiene sino que resulta divertida y también logra interesar con armas nobles. Va de frente. No tiene pretensiones estéticas ni morales. Su objetivo es simple y directo. Busca agradar al simple espectador y lo consigue. Sus múltiples tramas siempre van en la misma dirección: encuentran a Jake, y Crowe se toma al personaje en serio, Y eso es correcto.

Crowe se luce en sus dos papeles: actor y director. En el primer rubro, logra componer un duro de verdad que remite directamente tanto al Don Corleone de Marlon Brando como al de su hijo Michael. Es una mezcla de ambos. Un hombre que establece sus propias reglas, pero que también ejecuta sus propias sentencias. Capo de pocas palabras y de mucha acción, reaviva el rubro con una versión moderna que ocurre en nuestros días, contada en velocidad scorsesa.

En su papel de director, el film resulta difícil de criticar, no está nada mal. Por el contrario, es entretenido, coherente, bien actuado. Tiene mucha influencia de la austeridad narrativa del cine inglés, y nos hace recordar algunas viejas series policiales de los ´60. El trabajo de cámara y sobre todo el encierro que generan los primeros planos dan el nivel de intimidad que requiere una trama que recrea climas tensionados de alto voltaje.

Volviendo a la actualidad, deja rondando la falta de autoridad. La tremenda indefensión del ciudadano. La desprotección de la vida pública y sobre todo la privada. Pasa como una película de acción más, pero tiene la virtud de dejar pensándonos.

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